¿Se está reduciendo el gasto público? Una respuesta intuitiva diría que sí. Pero un análisis más cercano a la realidad lo matiza. Es verdad que el consumo del sector público tiende a debilitarse, pero lo que ha ocurrido en 2013 tiene que ver, ni más ni menos, con una frenada en seco en el proceso de ajuste presupuestario. Un par de datos lo revelan.
El gasto en consumo final de las Administraciones Públicas en 2012 –primer año de Gobierno de Mariano Rajoy– cayó en 14.158 millones de euros respecto del año anterior. Pero en 2013 todas las Administraciones (y no sólo la central) han decidido levantar el pie del acelerador y el recorte del consumo público final apenas ha descendido en 2.158 millones.
Esto quiere decir que el ajuste del año pasado supone la sexta parte del que se realizó el ejercicio anterior. Algo que explicaría, en parte, la salida de España de la recesión a medida que las Administraciones han ido levantando la presión sobre el gasto. No hay que olvidar que una quinta parte del PIB depende de la evolución del consumo público, por lo que esta influye de forma decisiva en la marcha de la economía.
Las cifras proceden de la Contabilidad Nacional, y en tíérminos relativos suponen que si en 2012 el consumo público final cayó un 6,5%, el año pasado el descenso fue del 1%. Exactamente la misma tasa de variación que se registró en 2011 respecto de 2010, cuando la Unión Europea obligó al anterior Gobierno a recortar el gasto público si España quería seguir formando parte del euro.
Aun así, el consumo público (sin tener en cuenta las inversiones) ascendió el año pasado a 205.515 millones de euros, un 20,1% del PIB, lo que da idea de su importancia en tíérminos económicos.
Tres años de ajustes
Los datos, en todo caso, muestran que el ajuste en el gasto público (un 8,5% desde el máximo alcanzado en 2010) se ha concentrado en el último trienio, toda vez que en los años anteriores desde el año 2000 siempre había crecido. Hasta un 10,2% en 2004, que es el año en que más avanzó el consumo público.
Los datos del consumo público son, en cualquier caso, parciales y no reflejan todo el gasto de las distintas Administraciones. Todavía no hay datos del año pasado –los presentará en los próximos días el ministro Montoro–, pero en 2012 llegaron a suponer 493.660 millones de euros. O lo que es lo mismo, el 47,9% del producto interior bruto (PIB).
Lo que mide el consumo público es el gasto de las Administraciones Públicas en prestaciones que benefician a la sociedad. Así, por ejemplo, alrededor del 30% se destina a sanidad; otro 21%, a educación; un 9% a seguridad y un porcentaje similar a servicios públicos de carácter general.
Las cifras de la Contabilidad Nacional, igualmente, ponen de relieve cómo han afrontado la crisis los distintos sectores económicos. Y en particular, los hogares y el sector público. El resultado es significativo.
Con base 100 en el año de la crisis, el consumo de las Administraciones Públicas ha bajado hasta los 97,5 puntos porcentuales. Pero es que en el caso de los hogares se ha situado en 90,5 puntos. Esta evolución refleja una sensible diferencia, aunque hay que tener en cuenta que el aumento del gasto público tiene mucho que ver con el hecho de que las Administraciones están obligadas a cubrir necesidades sociales y económicas de las familias y empresas derivadas de la crisis. Existe, por lo tanto, un trasvase de renta entre distintos agentes económicos.
