El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación ha elaborado un nuevo documento sobre las consecuencias económicas de una eventual independencia de Cataluña y que alerta de un desplome del PIB catalán de hasta un 20 por ciento, además de una posible deslocalización de empresas, píérdida de fondos europeos y escalada de la deuda hasta el 75% de su PIB.
El texto, publicado hoy por El Periódico de Catalunya coincidiendo con una visita del ministro Josíé Manuel García-Margallo a Barcelona, se ha elaborado para ser enviada a la red de Embajadas de España en el exterior.
El documento se hace eco de distintos informes y estimaciones realizados, entre otros, por el catedrático de Economía Mikel Buesa, fundador del Foro de Ermua; los bancos Credit Suisse y UBS, la consultora JP Morgan o el Instituto de Estudios Fiscales.
Como consecuencia “inmediata†de la independencia de Cataluña, que conllevaría su salida automática de la UE, el informe avisa de que se empezaría a aplicar a sus exportaciones a España y al resto de la UE la Tarifa Exterior Común. Esto junto a otros factores podría elevar el precio de sus ventas hasta en un 20 por ciento, haciíéndolas menos competitivas.
Salida de empresas
El documento tambiíén advierte sobre la posible “deslocalización de empresas extranjeras, que tambiíén tendría un efecto negativo sobre los flujos comercialesâ€, ya que un volumen importante de las exportaciones catalanas las realizan filiales de multinacionales extranjeras instaladas en Cataluña.
La caída en los flujos de comercio podría provocar una caída de los ingresos fiscales y del PIB estimada entre un 10 y un 20 por ciento, según el informe.
Píérdida de turistas
El documento tambiíén hace referencia a los posibles efectos sobre el turismo, advirtiendo de que por cada 100.000 turistas españoles que dejen de ir a Cataluña, sus ingresos por turismo se reducirían en 15,5 millones de euros.
No olvida tampoco hacer una referencia al efecto de la independencia en la deuda de Cataluña (la mayor de entre todas las CCAA, con un 27,2% de su PIB). La independencia y, como consecuencia, la asunción de una parte de la deuda pública del Estado español proporcional a su peso relativo en la economía española podría elevar la deuda catalana hasta el 78,4 por ciento de su PIB.
El problema, detalla el informe, es que al salir de la UE, Cataluña quedaría automáticamente excluida de la zona euro y los bancos catalanes no podrían recurrir al Banco Central Europeo ni al instrumento MEDE para obtener financiación. EURO SIN PODER DE DECISIí“N
Cataluña podría, al igual que Kosovo y Montenegro, adoptar el euro de manera unilateral, pero con la consiguiente píérdida de autonomía en política económica.
Otra de las consecuencias que aborda el documento de Exteriores se refiere a la píérdida de fondos europeos. Cataluña recibe cada año 365 millones de euros de la Política Agraria Común (PAC). En el periodo 2007-2013 recibió otros fondos comunitarios por valor de 2.667 millones de euros.
La independencia implicaría tambiíén la necesidad de crear una estructura administrativa más potente que la actual y por tanto más cara, dado que tendría que dar servicios que hasta ahora proporcional el Gobierno central, en materia de defensa, seguridad o diplomacia. Estos servicios generarían unos costes de en torno al 5,8 por cineto de su PIB, según diferentes estudios hechos por bancos de inversión.