El Ministerio de Salud de Liberia ha confirmado el fallecimiento de cinco personas que habían llegado en busca de tratamiento míédico desde Guinea Conakry, donde se ha registrado un brote de esta fiebre hemorrágica que ha provocado ya 59 muertes.
Las cinco víctimas, las primeras registradas en Liberia, habían acudido a hospitales de los distritos de Foya y Zorzor en Lofa County, en el norte del país, para recibir tratamiento, tal y como ha informado la viceministra de Salud de Liberia, Bernice Dahn.
Cuatro de los fallecidos eran mujeres y la quinta víctima era un niño, precisó Dahn en rueda de prensa.
El brote de esta enfermedad mortal comenzó en las localidades guineanas de Gueckedou, Nzíéríékoríé, Kissidougou y Macenta, que se encuentran muy cerca a la frontera con Liberia, según la responsable sanitaria liberiana.
Las autoridades sanitarias liberianas han enviado un equipo para investigar la situación en la región.
Allí, los míédicos intentarán rastrear los contactos de los fallecidos con otras personas, recogerán muestras de sangre e informarán a las autoridades locales sobre el peligro de la enfermedad.
"El equipo de evaluación llevará consigo mascarillas, guantes y gafas para proteger al personal sanitario en los hospitales afectados", explicó.
Dahn llamó a los liberianos a evitar el contacto directo con los fluidos corporales de personas infectadas o muertas, así como evitar todo contacto físico, incluidos los besos y los apretones de manos.
Lavarse las manos con frecuencia, evitar el contacto y no consumir animales como los murciíélagos y los monos y tratar con cloro el agua potable fueron otros de los consejos que la viceministra ofreció para prevenir el contagio.
Mientras tanto, instó a trasladar a aquellos sospechosos de haberse contagiado al centro de salud más cercano.
En la vecina Guinea, Míédicos Sin Fronteras (MSF) está centrando sus esfuerzos en identificar y localizar a los enfermos, según ha informado la organización en un comunidad.
La ONG ha establecido una unidad de atención en Gueckedou (donde ocho pacientes permanecen aislados) y se está instalando otra en Macenta.
Otros equipos intentan trazar la ruta de los contagios e investigan la situación en Kissidougou y Nzíéríékoríé, así como en los países vecinos, Sierra Leona y Liberia.
Los primeros síntomas del í‰bola son fiebre repentina, una debilidad intensa, dolor muscular, de cabeza y de garganta, seguidos de vómitos, diarreas, erupción cutánea, funciones renal y hepáticas alteradas e intensas hemorragias internas y externas.
El virus del í‰bola se identificó por primera vez en 1976 en el oeste de Sudán y en una región cercana de la que es ahora la República Democrática del Congo, despuíés de varias epidemias en la zona.
El virus se transmite por contacto directo con la sangre y los fluidos y tejidos corporales de las personas o animales infectados. La infección resulta mortal en un gran número de casos (algunas investigaciones sitúan los casos mortales entorno al 90%).
Desde su descubrimiento, se han registrado unos 1.850 casos, de los que unos 1.200 han terminado con el fallecimiento de la persona.