Por... Amilcar Morales Garcia
El nuevo ministro de Trabajo, Empleo y Diálogo Social de Francia, Franí§ois Rebsamen, asume el cargo con el complejo objetivo de reducir la elevada tasa de paro que afecta a casi tres millones 350 mil personas.
Rebsamen, hasta ahora líder del grupo del gubernamental Partido Socialista (PS) en el Senado, es una de las figuras más cercanas del jefe de Estado, Franí§ois Hollande, quien decidió colocarlo en una cartera muy sensible, cuyos malos resultados influyeron en el revíés sufrido en los comicios municipales.
La falta de trabajo, el elevado costo de la vida y el alza de impuestos fueron los factores determinantes en el voto contra el PS, o la ausencia a las urnas en las elecciones del 23 y 30 de marzo, que rebasó el 36 por ciento.
Tras los comicios, las principales figuras del gobierno, incluido el mismo Hollande, reconocieron que el descontento, la desilusión y hasta la cólera de la población se tradujeron en la píérdida de más de 150 ciudades, entre ellas algunas emblemáticas, como Toulouse.
Este revíés llevó a la renuncia del gobierno del ex primer ministro Jean-Marc Ayrault y la reorganización del ejecutivo bajo la dirección de Manuel Valls, si bien la mayor parte de los funcionarios escogidos estuvieron en la anterior administración.
Uno de los nuevos miembros del gabinete es precisamente Rebsamen, cuya primera y difícil tarea será convencer a los sindicatos de que el denominado Pacto de Responsabilidad es la vía adecuada para resolver el problema del paro.
La iniciativa, presentada a principios de año por el presidente, consiste en otorgar rebajas fiscales por 30 mil millones de euros al sector privado, a cambio de abrir fuentes de trabajo e invertir más en el país.
El proyecto fue acogido con beneplácito por los patronos y la derecha, pero rechazado por los gremios que lo consideran un regalo a los empresarios, sin ninguna garantía del cumplimiento de la contraparte.
La víspera, la Confederación General del Trabajo (CGT) advirtió que ese pacto es un ataque a las bases del sistema de seguridad social, porque desvía importantes fondos estatales para bajar los costos de los propietarios.
Mientras, los especialistas señalan que la disminución del desempleo no es una cuestión de medidas administrativas, sino un problema estructural: la economía no crece en la forma adecuada.
De acuerdo con el Observatorio Francíés de Coyunturas Económicas, para resolver los desequilibrios del mercado laboral el Producto Interno Bruto (PIB) debe aumentar de manera sostenida por lo menos en 1,5 puntos, cifra bastante lejana de la actualidad.
En 2012 el PIB estuvo estancado, el año pasado solo se incrementó en tres díécimas de punto y para el próximo diciembre se proyecta un alza de 0,9 por ciento.
Por esta razón, precisan los economistas, programas como "Empleos del futuro" y "Contrato de generación", impulsados por el gobierno de Hollande, no dieron los resultados esperados.
Ante este panorama el margen de maniobra de Rebsamen en la cartera de Trabajo será bastante restringido y, además, el tiempo de que dispone para mostrar algún resultado es prácticamente nulo.
En mayo los franceses tienen otra cita con las urnas para elegir a los diputados al Parlamento Europeo y en septiembre se renueva una tercera parte de la cámara alta, donde el PS tiene una frágil mayoría que podría perder.
Es verdad que los senadores no se escogen por voto directo de la población, pero las representaciones locales tienen una importante influencia en ese proceso y, tras el revíés de los últimos comicios, la mayoría de los gobiernos municipales pasó del Partido Socialista a la conservadora Unión por un Movimiento Popular.
Como se puede apreciar, un difícil horizonte aguarda al denominado "gobierno de combate" de Valls, pero sobre todo al encargado de Trabajo, Empleo y Diálogo Social, tres tareas de pronóstico reservado en este país.