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Autor Tema: Cuando las paredes hablan, los edificios mejoran su eficiencia y seguridad...  (Leído 85 veces)

OCIN

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Por...  Amaya Quincoces Riesco




Sensores, chips y otras tecnologí­as están revolucionando los edificios en temas de confort, ahorro energíético, seguridad y optimización de espacios. El último grito, los detectores de presencia en paredes y techos que permiten monitorizar el nivel de ocupación de las salas y mejorar el reparto de la gente.

Dadas sus múltiples ventajas, estos sensores de presencia de última generación se están implantando ya en edificios de distintas empresas en el mundo, por ejemplo en Carrefour en Francia.

Se trata de una tecnologí­a que ahorra consumo de energí­a a la empresa, porque al identificar y comunicar donde hay gente se puede regular de forma más eficiente la luz y la calefacción, pero tiene otras ventajas.

Por ejemplo, permite localizar de forma inmediata a las personas, y eso ayuda a su posible evacuación en caso de emergencias tipo incendios.

Tambiíén identifica sin cámaras y sin tener que abrir puertas las salas de reuniones vací­as, lo que soluciona el problema de no utilizar determinados espacios en las oficinas, únicamente porque no se ha actualizado el sistema de comunicación interno en donde aparecen como reservados sin que finalmente se utilicen.

Los empleados reciben las comunicaciones en tiempo real en sus dispositivos móviles, lo que les ayuda a evitar desplazamientos innecesarios dentro del edificio; así­, por ejemplo, si reciben la notificación de que la cafeterí­a está llena, pueden decidir posponer el cafíé para más tarde.

La multinacional francesa Schneider Electric, lí­der mundial en fabricación de material elíéctrico y soluciones de eficiencia energíética, ha desarrollado una tecnologí­a de este tipo que combina sensores de presencia y sistemas de radiofrecuencia junto con "nanochips" de identificación que llevan los empleados en portatarjetas.

Esta empresa, que en España cuenta con seis plantas de producción y en 2011 se hizo con el grupo de "software" Telvent, acaba de celebrar en Parí­s, con la presencia de sus máximos directivos, una jornada internacional con periodistas de todo el mundo para informar de sus últimas soluciones de eficiencia energíética.

El presidente de la compañí­a en España y Portugal, Patrick Gaonach, ha aprovechado la cita para anunciar la creación este mismo año de "un centro de excelencia" en Barcelona de "ciudades inteligentes", junto con el ayuntamiento y un consorcio de empresas, incluida Schneider Electric, con el objetivo de definir una plataforma para este tipo de urbes extensible a todo el mundo.

En este ámbito de ciudades "inteligentes" se enmarca el "software" de gestión Gilif (Give Life to Real Estate) para medir la ocupación de espacios en edificios, que por el momento se ha empezado a implantar en inmuebles empresariales, pero podrí­a ser trasladable a otros espacios como centros comerciales o museos, según sus responsables.

Esta tecnologí­a podrí­a ayudar a localizar niños extraviados o personas con enfermedades neurodegenerativas. Además, evitarí­a sustos tan desagradables como dejar encerrado por error a alguien únicamente por desconocerse que hay alguien dentro.

El área que detecta cada uno de estos sensores es de 15 metros cuadrados. Su implantación se combina con un sistema de radiofrecuencia y chips RFID de identificación personal que los empleados llevan adosados en portatarjetas.

El chip carece de daños para la salud, porque tiene unas emisiones bají­simas (un millón de veces menos que las de un telíéfono móvil con wifi, y diez millones menos comparado con la conexión 3G).

Otra de las ventajas del sistema es que es anónimo al borrarse automáticamente los datos personales de la persona identificada una vez obtenidos. La tecnologí­a sólo desvela su ubicación y el tipo de vinculación con la empresa (visitante, empleado, personal directivo).


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 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...