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Autor Tema: La burbuja del euro explotará si no se detiene  (Leído 211 veces)

Scientia

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La burbuja del euro explotará si no se detiene
« en: Junio 02, 2014, 08:58:12 am »
La burbuja del euro explotará si no se detiene

 Matthew Lynn

En Francia, el paí­s que creó la Unión Europea y el euro, los votantes han respaldado a un partido que se propone acabar con todo ello. En Gran Bretaña, otro partido entregado a salir de la UE fue el primero en las urnas y se ha convertido en una fuerza polí­tica de masas. En España aparecen nuevos partidos anti-austeridad y Alemania ha instalado en el cargo a sus primeros polí­ticos opuestos a la moneda única. Por todo el continente, los polí­ticos que hacen campaña contra la mayor integración necesaria para que el euro funcione han obtenido grandes victorias.

A medio plazo, la zona euro se ha vuelto ingobernable. Pero hay un dato curioso: a los mercados por lo visto les da igual. Las acciones han subido, los bonos apenas se han movido y los rendimientos se sitúan en niveles mí­nimos históricos. Por supuesto, los mercados podrí­an tener razón en el sentido de que las elecciones no son más que un ruido de fondo, sin importancia a largo plazo pero lo más plausible es que esto sea una burbuja.

Si la definición del mercado que sufre de exuberancia irracional es aquíél que cierra los oí­dos a las malas noticias y sólo cree en lo que quiere creer, los mercados de la Eurozona han llegado a ese punto. La UE y el euro podrí­an estar condenados aunque, paradójicamente, por el momento hay una fiebre de compras. Esta burbuja, como todas las demás, podrí­a durar algún tiempo.

Catástrofe para la moneda única

Los resultados de las elecciones europeas del fin de semana sólo se pueden interpretar como una catástrofe para la moneda única. Fueron los polí­ticos franceses los que originalmente diseñaron la UE y su presidente Mitterrand quien abogó por el euro. Ahora, ese mismo paí­s ha votado al Frente Nacional de Marine Le Pen, que ha prometido restaurar el franco.

Gran Bretaña ha votado al Partido de la Independencia del Reino Unido, la primera agrupación nueva que lidera unos comicios nacionales desde hace más de un siglo. Los partidos anti-UE han triunfado en las urnas griegas y en Dinamarca.

En Alemania, el escíéptico Alternativa por Alemania ha salido elegido por primera vez, en un primer paso hacia otorgar respetabilidad a la oposición del euro en el paí­s. En España, hasta ahora inmune al populismo anti-UE, los partidos opuestos a la austeridad que exige la membresí­a del euro han logrado importantes victorias. Los partidos establecidos han visto cómo su porcentaje de votos caí­a del 81% al 49%. Alemania y España están en la situación de Gran Bretaña y Francia hace una díécada: comienzan el recorrido hacia la victoria en las urnas de los partidos anti-UE.

El parlamento europeo podrá tener poca influencia pero los votos todaví­a cuentan porque para sobrevivir a medio plazo, la Eurozona necesita más integración. Hace falta una unión bancaria completa para que se pueda rescatar a las entidades financieras que lo necesiten y el sistema no se desmorone. Tambiíén es necesaria una polí­tica fiscal común para que el gasto tributario pueda nivelar los altibajos entre las regiones y paí­ses (en lugar de que un paí­s como Alemania prospere mientras otros como Italia siguen anclados en una recesión permanente). En resumidas cuentas, la moneda única necesita un gobierno único que la apoye. La Eurozona debe ponerse manos a la obra enseguida.

Pero no lo hará. Los partidos anti-UE no han obtenido mayorí­a absoluta en el parlamento ni tienen demasiado poder y los gobiernos nacionales pueden seguir avanzando hacia la integración si quieren pero, en una democracia, el electorado importa. ¿Cuántos polí­ticos querrán presentar a sus ciudadanos un plan de unión bancaria cocinado en Bruselas? Para eso que dimitan y se pongan a buscar trabajo. Se ahorrarí­an la molestia de que les echen en las urnas. Cualquier medida importante hacia la integración requerirá cambios de tratados que deben ratificarse en referendo en casi todo el continente. Y no se aprobará ninguno, ni ahora ni en un futuro próximo.

La eurozona no se integrará más y sin más integración, no puede sobrevivir. Se anquilosará en una depresión constante hasta que los paí­ses se cansen del crecimiento cero y el desempleo masivo, y empiecen a separarse. Fin de la historia. Los mercados parecen pintar otro cuadro. Las acciones europeas subieron el lunes por la mañana según se iban conociendo los resultados. El mercado italiano creció más del 2,5% por el alivio de que al cómico convertido en polí­tico Beppe Grillo no le haya ido mejor. Y se ha duplicado desde las profundidades de la crisis del euro. El DAX ascendió a su máximo histórico, al igual que el CAC-40 francíés. Los mercados de bonos europeos han sido aún más fuertes. España, casi en la quiebra hace tres años, puede pedir prestado casi tan barato como EEUU. El rendimiento de un bono griego a diez años bajó al 6,5%. En 2012 superaba el 30%.

Una locura. Cualquiera que compre el CAC-40 se introduce en un mercado donde el partido más popular promete un cambio caótico de moneda, junto a una muralla proteccionista de barreras arancelarias. Lo que ocurra con las acciones de Airbus o L'Oreal mejor ni pensarlo. El que compre bonos griegos está apostando por un paí­s con deudas crecientes, todaví­a en recesión y que acaba de votar a la extrema izquierda y la extrema derecha, deshaciíéndose de los moderados. Más nos valdrí­a llevarnos el dinero al casino (y de paso nos divertimos un rato). Una burbuja es un mercado que ha dejado de mirar los hechos y sólo se escucha a sí­ mismo. Si el mercado actuase con racionalidad, se fijarí­a en los resultados electorales, admitirí­a que implican que el euro tiene problemas a medio plazo y empezarí­a a revalorar las acciones y los bonos en consecuencia. No es lo que está ocurriendo. Al contrario, los activos de la zona euro se han vuelto una burbuja autopropulsada, con una ola de dinero global y la especulación cada vez más freníética de que el Banco Central Europeo desatará su propia versión de la flexibilización cuantitativa el mes que viene. Lo que hemos aprendido de las burbujas en las dos últimas díécadas es que pueden durar mucho tiempo. A íésta especialmente le queda mucha vida aunque, como todas las demás, un dí­a explotará. Si los resultados electorales no han parado la estampida hacia los activos de la zona euro, nada lo hará (al menos en los próximos años). Paradójicamente, todaví­a se puede ganar mucho dinero en Europa, aunque sólo los inversores lo bastante inteligentes como para marcharse a tiempo.

Sumario: Los resultados electorales muestran que hay partidos anti-UE y anti moneda única Cualquier medida hacia la integración requerirá tratados que se ratifiquen en todo el continente

Matthew Lynn, director ejecutivo de Strategy Economics.


http://www.eleconomista.es/interstitial/volver/reform/firmas/noticias/5826863/06/14/La-burbuja-del-euro-explotara-si-no-se-detiene.html#.Kku8I7MYknQD8Fs