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El impulso estable del crecimiento de la Eurozona, con niveles relativamente bajos y divergencias entre sus miembros, resaltan hoy en las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El indicador que anticipa los puntos de inflexión de la tendencia de la actividad económica, aumentó una díécima, hasta los 100,5 puntos, precisó en un comunicado divulgado en su sede en París.
La entidad recalcó que el medidor apunta a un alza estable del crecimiento, aunque en niveles "relativamente bajos", algo que tambiíén sucederá en Francia.
Sin embargo, en el caso de Alemania, la llamada locomotora europea, y de Italia, los números indican una píérdida de fuerza en el avance.
Además de las dificultades económicas de los últimos años, la llamada zona de la moneda común enfrenta tambiíén el creciente debilitamiento del euro, que la víspera cayó hasta mínimos de nueve años al cotizarse a 1,1810 dólares.
En un entorno de riesgos de deflación, elevados niveles de endeudamiento agudizados por la imposición de severas de medidas de ajuste, el Banco Central Europeo (BCE) se encuentra ante la disyuntiva de lanzar nuevas medidas de estímulo monetario.
El presidente del BCE, el italiano Mario Draghi, ha reiterado la disposición a adoptar medidas no convencionales de política monetaria de ser necesario, las que podrían incluir la compra de bonos soberanos.
