Cambio de ciclo en la recaudación fiscal. Por primera vez desde el comienzo de la crisis, las bases imponibles que grava Hacienda crecieron en 2014. En concreto, un 2,6%. La tasa de variación es todavía reducida, pero refleja un evidente cambio de tendencia. Desde 2007 han caído un 18%, lo que pone de relieve la virulencia de la crisis. O expresado de forma más concreta. Lo que puede gravar Hacienda se ha hundido en nada menos que 231.963 millones desde el comienzo de la crisis.
Las bases imponibles son la clave de bóveda de todo el sistema tributario, toda vez que reflejan la capacidad económica de familias y empresas. Representan, de hecho, el conjunto de rentas generadas por la economía, y Hacienda recauda en función del montante que resulte. En 2014 alcanzarán los 1,1 billones de euros, una cantidad ligeramente superior al producto interior bruto (PIB).
El aumento de las bases imponibles –uno de los objetivos de toda reforma fiscal– tiene que ver con la evolución de las rentas generadas por las empresas y por el comportamiento del gasto final sujeto a IVA. Por el contrario, las bases imponibles derivadas del consumo de hidrocarburos y tabaco siguen cayendo (un 2%).
Lo más relevante, sin embargo, es que la renta bruta de los hogares –que representa la mitad de las bases imponibles totales– ha dejado de caer. En concreto, y hasta el mes de noviembre, ha tenido un comportamiento neutral (0,0%). Para hacerse una idea de la intensidad de la crisis hay que tener en cuenta que entre 2007 y 2014 ha caído en nada menos que 53.531 millones de euros. Esa es, en realidad, la factura de la crisis para las familias, que han visto reducida su renta en esa cuantía.
Teniendo en cuenta que, según la Encuesta de Población Activa (EPA), en España existen 18,3 millones de hogares, eso significa que la crisis le ha costado a cada familia algo más de 2.900 euros. O dicho en otros tíérminos. El desplome de la actividad económica ha provocado una caída de la renta bruta de los hogares del 10%. Ese es el coste de la crisis en tíérminos agregados. Lógicamente, los hogares en los que alguno o algunos de sus miembros han perdido el empleo, habrán visto como se reduce en mayor medida sus rentas. Mientras que en los hogares que no ha sucedido esto, su nivel de ingresos ha descendido menos. O, incluso, en algunos ha podido aumentar.
Alivio para Hacienda
Los datos de la Agencia Tributaria, en todo caso, suponen un alivio para Hacienda despuíés de media docena de años con bases imponibles a la baja. Y gracias a ello, los ingresos acumulados hasta noviembre (sin retenciones de deuda pública) crecen ya a un ritmo del 4,3%, con incremento tanto en ingresos brutos (3,6%) como en devoluciones (1,1%). Los ingresos en tíérminos homogíéneos tambiíén crecen un 4,3%.
En el caso del IRPF el aumento es muy similar (el 4,2%), pero con una evolución muy distinta en función del tamaño del pagador. Las retenciones en las grandes empresas están creciendo más que en las pequeñas. En cuanto al IVA, los ingresos crecen en el año un 8,3%, un 6,6% en tíérminos homogíéneos. Se trata, sostiene la Agencia Tributaria, de un crecimiento similar al experimentado hasta octubre y en el entorno del que se estima para el gasto sujeto al impuesto en los tres primeros trimestres (5,8%).
