Bienvenidos todos a la nueva normalidad creada por el Banco Central Europeo (BCE) y otras entidades monetarias del Viejo Continente. Las rentabilidades negativas en bonos ya no son solo exclusiva de los emisores públicos, las empresas han empezado a jugar esta partida con el hito histórico marcado el martes por Nestlíé. La firma suiza consiguió situar el primer bono corporativo senior en negativo (no confundir con una letra, cuyo vencimiento es de corto plazo: menos de un año). En este caso se trata de una emisión en euros por un total de 500 millones, con vencimiento en octubre de 2016 y que paga un cupón anual del 0,75%.
Según los datos recopilados por Bloomberg, nunca hubo otro bono corporativo que ofreciese rentabilidades negativas en el mercado secundario. En concreto, el retorno medio de este bono cayó el martes hasta el -0,002%. Esta situación refleja el gran apetito que tiene el mercado por la deuda europea, a la espera de que el BCE empiece a disparar al mercado 60.000 millones de euros al mes hasta septiembre de 2016.
Los bonos de Nestlíé pueden saber amargos por su rentabilidad en negativo, sin embargo, si un inversor que comprara el martes este título lo vendiese antes de su vencimiento, podría ganar dinero. Esto es así porque en renta fija, rentabilidad y precio se mueven en direcciones opuestas, por lo que si las rentabilidades siguen cayendo, conseguirá un retorno positivo.
Los bonos de la compañía de alimentación pueden marcar un precedente para que otras empresas sigan sus pasos hasta el terreno negativo. Las bajas tasas de inflación y el pobre rendimiento que dan otros títulos con más riesgo, han llevado a muchos inversores a aceptar rentabilidades negativas para su dinero. En el caso de Nestlíé, se trata de una de las compañías del Viejo Continente con mejor rating para las agencias de calificación. Moody's S&P sitúan su deuda a dos peldaños de la máxima calificación (Aa2).
Esta situación tan extraordinaria que está viviendo el mercado de deuda quedó confirmada el martes por otro hecho insólito: la rentabilidad del bono alemán a 10 años cayó por debajo de la del japoníés por primera vez. El Bund cerró la sesión en el 0,346%, lo que significa un nuevo mínimo histórico
Javier G. Jorrín