Las posibilidades de que la economía China ralentice su crecimiento bruscamente son cada vez más significantes, según el último documento publicado por la entidad financiera suiza Credit Suisse, que ha catalogado este escenario como el más peligroso para la economía global.
"¿Cuál es el mayor riesgo económico al que se enfrenta el mundo en 2015? La díébil economía europea es uno de los más grandes, pero el mayor riesgo para el mundo es otro. La posibilidad de que la economía china aterrice de forma brusca es el escenario más complicado", señala dicho documento.
Y es que para este banco los problemas que afronta el gigante asiático siguen ganando peso: sobre-oferta en el mercado inmobiliario, un endeudamiento elevado estimulado por el críédito y la burbuja que vive la inversión, que en tíérminos relativos (inversión/PIB) dobla la de los países desarrollados.
Por si esto fuera poco, la preocupación por la caída del precio de la vivienda sigue aumentando tras seis meses de descensos crecientes. Las salidas de capital del país están cerca de su ríécord histórico, mientras que el crecimiento de los depósitos se ha parado en seco.
Una frase que define el problema de China ha sido pronunciada por Andrew Garthwaite, analista de Credit Suisse: "La triple burbuja (vivienda, críédito e inversión) continúa siendo la misma que hace un año, pero muchos otros factores han empeorado recientemente".
Afectados por la caída de China
Si finalmente los pronósticos de la entidad suiza se cumplen, la caída de la economía en China tocará de lleno a varios países y sectores. Esto serán los más afectados, según describe Credit Suisse:
Australia sería uno de los países más damnificados. Un tercio de sus exportaciones van directas a China, lo que representa en tíérminos relativos un 5% de su PIB. Esta caída en la demanda de los bienes y servicios producidos en Australia depreciaría el dólar australiano. Una divisa que ya ha perdido parte de su valor tras las últimas medidas del banco central para estimular la economía.
El cobre y el aluminio se desplomarían, son dos minerales totalmente dependientes de la demanda china. Según Credit Suisse el cobre podría caer desde los 2,48 dólares por tonelada a alrededor de los 2 dólares. Mientras que el aluminio podría perder un 20% de su valor.
Por último, desde Alemania debería vigilar con atención la economía china, sobre todo desde el sector del automóvil, cuyos ingresos en el gigante asiático representan el 30% del total para el conjunto de la industria, una cifra que es superior para algunas marcas como BMW. El fabricante de coches de alta gama vende sus automóviles en China entre un 50% y un 100% más caros de lo que lo hace en el mercado europeo. Los márgenes que logra BMW en China hace gran parte del resultado de la marca alemana, que se vería seriamente afectada por la desaceleración del crecimiento en China
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