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Autor Tema: EL ADN TRANSMITE LA MEMORIA DE NUESTROS ANTEPASADOS, NUEVO ESTUDIO CIENTíFICO  (Leído 4001 veces)

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Libíérate de los contratos familiares, códigos que nos impiden ser nosotros
 
 
  http://soyespiritual.com/autoconocimiento/liberate-contratos-familiares.html

 
Son una especie de “códigos” que están situados en lo más profundo de nuestras mentes en forma de creencias y de todo tipo de inhibiciones que nos paralizan.

Cuenta Marianne Costa que en un momento de su vida escribió en un papel de pergamino: “soy una fracasada”. Despuíés lo firmó con una gota de su sangre y lo enterró. En ese lugar plantó una bella flor y empezó a diseñar su realidad liberada de esa maldición. (Es un acto psicomágico, donde nos liberamos de esos códigos que recibimos de nuestra familia)

Un contrato es un acuerdo entre dos partes que se comprometen a dar algo y a recibir algo a cambio. Pero no todos los contratos están sobre papel, ni siquiera son verbalizados, ni tampoco todos están en el plano de la consciencia. Más aún, como en el caso del nombre, hay contratos que aceptamos en desigualdad de condiciones porque se “sellan” en la más tierna infancia: el niño intuye que el incumplimiento implica no ser querido, lo que significa la muerte. Nuestro cerebro más primitivo nos dicta la orden de obedecer cuando la amenaza es ser expulsado del clan.

familia

Estos contratos pueden afectar a nuestros cuatro egos:

Ejemplos de contratos intelectuales:
Muchas de las creencias que tenemos son contratos que mantenemos con nuestro árbol genealógico, ideas que se nos han transmitido desde nuestros bisabuelos y que no podemos cuestionar. (Debemos deshacernos de cualquier creencia que no sea bella y útil)

a) “Serás abogado, como los hombres de provecho de esta familia”
(En árboles donde el artista es considerado como un muerto de hambre, que en realidad no sabe hacer nada)
 
   

 
b) “En esta casa se habla cristiano”
(No me salgas con querer estudiar lenguas…sólo hay que hablar una lengua: la materna)

c) “Eres torpe como tu madre”
(Una profecí­a que actúa como una maldición que acaba cumpliíéndose)

d) “En la vida debemos dejar las cosas igual que nos las hemos encontrado”
(Señal de que el árbol se ha estancado…)

e) “Un hijo nunca debe superar a un padre”
(Una locura absoluta que se conecta con la neurosis de fracaso)

Los contratos intelectuales son como las “ideas irracionales” que describe Albert Ellis, raí­ces de nuestras emociones perturbadas y comportamientos desajustados. La psicogenealogí­a conecta con su famosa y en muchos casos efectiva RET (Terapia Racional Emotiva), en el sentido que la familia configura un esquema de creencias tóxicas que nosotros adoptamos por lealtad a ella y que se mueven en cuatro ejes fundamentales:

*Si no tienes lo que necesitas, te mueres. (“Si mi novio me deja, me muero”)

La herencia tóxica es confundir la necesidad con el deseo. Si no tienes alimento, te mueres, pero si deseas a tu novio y no lo tienes, sigues viviendo…

*Esto es horrible (“Es horrible que tenga que cancelar mis vacaciones”)
Se juzga en exceso. No hay nada categóricamente malo o bueno. Hay hechos que nos causan más o menos dolor. Si ordenamos los hechos dolorosos de 0 a 10 y en el 10 ponemos la muerte de un ser querido, ¿cómo valoraremos cancelar unas vacaciones?

*No lo soporto (“No soporto la soledad”)

Hay situaciones que matan, son insoportables. Creer que algo es el lí­mite entre la vida y la muerte nos hace sentirnos agonizantes cada vez que eso sucede. Eso lleva a preferir un desastre de relación amorosa, ya que la soledad está prohibida por el árbol, porque es acercarse a la muerte.

*Si sucede algo malo es que hay un culpable y tiene que ser condenado. La familia nos enseña a juzgar y buscar culpables en los que descargar la responsabilidad de lo que pase, o a culparnos a nosotros mismos. Los acontecimientos no son una confluencia de factores, nada tiene una única causa. Si nos sentimos culpables de algo, la mejor medicina es una fórmula con tres elementos: la aceptación, la reparación y el aprendizaje de lo sucedido para evitar en lo posible repetir el mismo error en el futuro.

Ejemplos de contratos emocionales:

Suelen venir en formato de inhibiciones emocionales. Muy asociados a los niveles de consciencia infantiles…

a) “No crezcas”
(Si se hace mayor un dí­a abandonará a sus padres. Esta orden lo mantendrá con una edad emocional de 10 años para el resto de su vida)

b) “Aquí­ somos del Madrid”
(Desde el primer mes de vida el niño es socio del club. Cuando crece no tiene alternativa, si no le gusta el fútbol o no es madridista, será considerado un traidor o un enfermo)

c) “No seas tonto y no te hagas novia”
(Quíédate con la madre…ella no te defraudará)

e) La pareja es para toda la vida
(Nadie se ha divorciado jamás, en nuestra familia todos somos muy católicos)
Los contratos emocionales nos atan con fuerza al pasado y fomentan las relaciones basadas en la dependencia emocional. Disolver estos contratos es abrir al fin la puerta a la libertad de amar con un nivel de consciencia superior.

Ejemplos de contratos libidinales:

Aquí­ están todas las inhibiciones creativas y sexuales
a) “El teatro-la pintura-la música, son una píérdida de tiempo”
(Es como decir que no debes dedicarte a cosas que no son de provecho…)

b) “Esta relación no te conviene”
(Podrí­amos preguntarnos: ¿a quiíén no le conviene en realidad?)

c) “Te casarás a los 25 años y a los 26 llegará la única hija”
Este podrí­a ser un contrato inconsciente que se repite de generación en generación. Un proyecto que el árbol tiene para nosotros

d)”La mujer que expresa deseo sexual es una fulana”
(Si el sexo de la mujer es sólo un instrumento de procreación, se le prohí­be gozar con su energí­a libidinal y a la postre de la creación y de la vida).

La prohibición de la homosexualidad y de prácticas sexuales no existentes en el repertorio del árbol, tambiíén son contratos que al incumplirlos nos bloquean la libido o nos sentimos culpables y merecedores de castigos si “nos salimos del tiesto”.

Ejemplos de contratos materiales-corporales-económicos:
Las inhibiciones económicas. Es necesario que encontremos los elementos que permitan separarnos de la violencia, del miedo y de la culpabilidad…

a) “Eres idíéntico a tu abuelo”
(Y con ello uno de los linajes toma posesión del hijo)

b) “No toques los botones que los romperás”
(Cuando no te dejan tocar nada es porque no tienes espacio)

c) “El dinero es el pecado”
(Si nos hacen creer que el dinero es sucio, nos generará mucha culpabilidad ganarlo)

d) “El que arriesga pierde”, “Más vale pájaro en mano que ciento volando”, “Más vale malo conocido que bueno por conocer”…

(Salir del territorio es una deslealtad imperdonable y tenemos un miedo ancestral a no volver a ser admitidos en el clan).
Todo esto insta a acomodarse con una pareja que ya no aporta nada, un trabajo insatisfactorio, una casa que no es un hogar y tambiíén a una ciudad, un banco, un grupo de amigos etc. Instalados en un territorio para siempre, porque nos han enseñado que arriesgarse es perderlo todo, en lugar de impulsarnos a seguir nuestros deseos como sabio camino de transformación.

Los contratos se cumplen por lealtad, pero tambiíén por temor a las consecuencias. Digamos que hay un miedo a ser castigados, a que se cumplan esas predicciones (maldiciones): “Si te divorcias, te mirarán mal”, “si te haces artista, vivirás en la pobreza”. Un acto psicomágico para sanar este tipo de miedo al incumplimiento a lo que los padres ordenaron, consistirí­a en realizar metafóricamente la predicción, escenificándola delante de ellos.

Alejandro Jodorowsky nos dice en sus 10 recetas para ser feliz, “no hay alivio mas grande que comenzar a ser lo que en realidad somos. Desde la infancia nos imponen destinos ajenos. Es conveniente recordar que no estamos en el mundo para realizar los sueños de nuestros padres, sino los propios.

Tomado de http://libres-de-ser-sin-miedos-y-sin-temor.blogspot.com/

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http://www.infobae.com/2011/08/23/1032005-los-secretos-familia-pueden-matar


"Los secretos de familia pueden matar"
Una lealtad invisible nos lleva a repetir acontecimientos dolorosos que vivieron nuestros antepasados. Traumas de generaciones anteriores pueden heredarse sin contacto directo. Infobae Amíérica entrevistó a Evelyne Bissone, especialista en análisis transgeneracional


"El inconsciente tiene buena memoria", revela Anne Ancelin Schí¼tzenberger en su libro "¡Ay, mis ancestros!". "Uno se puede tejer un cáncer a la edad que quiere", suele decir tambiíén esta prestigiosa analista, una de las más grandes psicodramatistas mundiales. De nacionalidad francesa, desde 1967 es profesora emíérita de la Universidad de Niza.

Evelyne Bissone Jeufroy es la discí­pula autorizada de Schí¼tzenberger para trabajar en paí­ses de habla hispana en el análisis transgeneracional y, en la actualidad, la única que cuenta con permiso para difundir su obra. De nacionalidad argentina, y con una extensa formación profesional en Francia, Bissone Jeufroy ha pasado gran parte de su vida estudiando y trabajando en aquel paí­s sobre esta temática. Su desempeño en el área de selección de personal en IBM en Francia y el trabajo con niños reveló su habilidad para detectar y tratar a personas que cargan con "secretos de familia". í‰ste es el diálogo que mantuvo con Infobae Amíérica:

¿Por quíé repetimos situaciones vividas por nuestros ancestros?

Hay varios motivos, puede ser por fidelidad o por lealtad familiar inconsciente con una persona amada o importante en la familia. Otra razón posible es que algo no haya sido hablado. Si hubo un trauma, como un suicidio, un aborto espontáneo o provocado, un robo, una bancarrota o un reparto injusto de bienes hereditarios, y no se habló de ello, estos acontecimientos se van a volver a repetir hasta que alguien los trabaje y salgan a la luz. Los padres repercuten sobre los hijos, como los abuelos repercutieron sobre los padres, los tatarabuelos sobre los abuelos y así­ podemos seguir...

¿Cómo pueden sacarse a la luz esos acontecimientos no hablados?

La tarea de reparar el trauma es tan intensa y cansadora como la de arar la tierra. La persona hace el trabajo y yo la acompaño. Lo comparo a un bosque en el que se sacan todas las ramas muertas y entra la luz del sol. Cuando uno trabaja un trauma, la primera vez sube al menos cuatro generaciones y si despuíés la persona vuelve con más datos, lo hacemos a partir de la quinta. Hay quienes me dicen que dejaron valijas de varios kilos en mi consultorio porque el inconsciente familiar pesa, y mucho. Una paciente me dijo: "Le dejíé una valija de 120 kilos, usted no se imagina lo que pesaban estas dos familias." Incestos, suicidios, cosas muy graves.

¿Cómo es una primera sesión?

Cuando vienen a verme les pregunto cuál es la razón primordial por la que se acercaron a mí­. Tienen que elegir un tema que se trata en una sola sesión de 3 horas y media. Despuíés de esa vez, la mayorí­a de la gente no necesita verme durante un año. Yo les aviso que luego de esa sesión no van a tener ganas de salir, porque es muy cansador. Pero tengo que darme cuenta si el problema que me plantea el paciente es la real motivación por la que vino. De lo contrario, tengo que reencauzarlo. Anne (Ancelin Schí¼tzenberger) compara este trabajo con el de Agatha Christie o Sherlock Holmes, porque hay que ver por dónde me lleva la persona con sus asociaciones inconscientes.

Si no se supera un trauma, ¿podrí­a íéste provocarnos una enfermedad grave o un accidente? 

Anne trabajó con enfermos de cáncer y descubrió que muchos desarrollaban la enfermedad a la misma edad que sus antepasados. "Uno se puede tejer un cáncer a la edad que quiere", suele repetir ella. En 1970, los míédicos le decí­an que esa enfermedad era provocada por cuestiones geníéticas, pero ella demostró que no, asistiendo a una mujer de 35 años con un cáncer terminal. Encontró que su madre habí­a muerto de lo mismo a la misma edad y se dio cuenta que estaba tan identificada con ella que iba a repetir su trágico destino. Eso es lo que se denomina "sí­ndrome de aniversario".

¿Puede pasar lo mismo con los accidentes?

Respecto a los accidentes, Anne les preguntó a los míédicos si estos tambiíén son de origen geníético y le respondieron que no. Pero ella logró demostrar que sí­ lo son. Hay algunos que se repiten en las familias y, cuando se sube en el árbol genealógico, se encuentra el trauma inicial. Hay muchos que no tienen razón de ser e incluso la persona dice que no los provocó y, efectivamente, no fue su culpa. Pero miro las generaciones anteriores y veo lo mismo, las mismas fechas...

¿Y quíé puede hacerse?

 

Nosotros trabajamos los "aniversarios de fragilidad". Por ejemplo, en la semana que murió un pariente muy amado las personas están en una íépoca de fragilidad y tienen que evitar operarse, por ejemplo, porque sus defensas estarán bajas. Además, por razones que no entendemos, los hospitales y las clí­nicas te dan esas fechas. Nosotros le decimos a la gente que las cambie, pero a veces no se puede. Una persona se tení­a que operar de un cáncer el 7 agosto y el 8 se conmemoraba el fallecimiento de su padre. Como no pudo cambiar el dí­a, trabajamos con ella para subirle las defensas. Y eso pasa todo el tiempo.

¿De quíé manera la psicogenealogí­a puede ayudar a un paciente que presenta algún trauma?

 

La psicogenealogí­a pone en relieve las transmisiones útiles para la persona que está en la búsqueda del origen de un trauma. Tambiíén se trabaja sobre su identidad. El paciente habla y se pone al trauma en su contexto. Por ejemplo, hace más de treinta años tener un hijo sin estar casado o sin haberle dicho al niño quiíén era su padre les generaba un trauma tanto al pequeño como a la madre, porque era inaceptable para la sociedad. El pequeño era rechazado por sus compañeros de escuela, quienes se burlaban de íél y lo señalaban. Por eso la importancia de poner al trauma en el contexto en que ocurrió, si no, no entendemos nada. Podemos revivir tambiíén el hambre que nuestros antepasados vivieron durante la guerra, eso tambiíén se contextualiza.

¿Cómo se encuentran esas transmisiones entre generaciones?

 

Trabajamos en una pizarra, exponemos el problema y revivimos las emociones mediante preguntas. En este trabajo no se juzga, por el contrario, entra mucha compasión y mucho amor por las personas, y si hicieron daño separamos el acto del individuo. Alguien que mató o se suicidó no es malo, lo hizo porque tuvo un momento de desesperación o de depresión. Cuando la persona lo contextualiza, empieza a entender que el sufrimiento viene de sus antepasados.

¿Podrí­a comentarnos algún caso?

 

Una vez vino a verme una mujer que odiaba a su mamá, porque la habí­a abandonado en un asilo junto a su hermano cuando tení­a apenas cuatro años y no conocí­a a su padre. Pero cuando nos pusimos a trabajar, observamos que su madre tampoco habí­a conocido al suyo. Subimos cuatro generaciones y  nos dimos cuenta que no habí­a hombres en esa familia y las mujeres siempre estaban solas. Casualmente ella habí­a tenido dos hijos y ni noticias del padre. Habí­a repetido la historia como sus antepasados. A esta mujer no se le puede quitar el sufrimiento porque no se puede abandonar a un chico a los cuatro años. Su hermano nunca se repuso, pero ella, sí­, aunque fue muy lastimada. Este trabajo le dio compresión porque contextualizó que su madre no tení­a modo de hacer las cosas de otra forma. Ahora sigue adelante. Creo que una parte de su odio disminuyó, pero el daño no se puede sanar. Cargarse de odio tambiíén es muy pesado y hace mucho mal.

¿Estamos impulsados por una inconsciente fidelidad a nuestra historia familiar?

Sí­, estamos impulsados por el inconsciente que es mucho más importante que el consciente, porque es el que nos maneja. Esta tarea nos da mucha humildad, porque nosotros creemos que tomamos decisiones para nuestras profesiones o para elegir la persona con la que nos vamos a casar, pero en realidad es el inconsciente el que elige.

¿Se puede romper esa cadena invisible?

 

Cuando el trauma es hablado y sale a la luz ya no se necesita repetirlo por fidelidad. Son cosas que no se dicen porque los secretos de familia tienen como base la vergí¼enza. No tener padre, haber sido ví­ctima de incesto, haber nacido en una familia donde alguien estuvo en prisión o donde se escondió a un hijo que tení­a una discapacidad son situaciones que generan vergí¼enza y íésta se tapa con un secreto. Pero a veces íéste puede matar.

¿Quíé es un genosociograma?

 

Es una poderosa herramienta de la psicogenealogí­a que no se puede utilizar con todos los pacientes porque si la persona está muy frágil o con depresión puede salir completamente destruida. Es un árbol genealógico comentado en una pizarra o sobre una o dos hojas que la persona se lleva a su casa. Allí­ se indican los principales acontecimientos positivos o negativos que han dejado una marca: casamientos, accidentes, mudanzas, píérdidas de trabajo, fallecimientos, herencias, injusticias, todo lo que tiene importancia sobre varias generaciones. Tambiíén se anotan todas las píérdidas de objetos de amor, como un perro o una casa. Se agregan los lazos conflictivos, los  positivos y negativos, los constructivos y destructivos, las frases que nos han dañado, los mandatos, etc.

¿Es necesario investigar sobre nuestros antepasados antes de la sesión?

No, porque todo está grabado en el inconsciente. Se dice que los chicos y los perros saben todo de una casa y es absolutamente cierto. Los niños escuchan detrás de las puertas, se dan cuenta cuando su madre cambia el tono de voz al hablar sobre un tema que la incomoda y hasta notan cuando una tí­a desví­a el tema de conversación al observar su presencia. Ellos quieren saber de quíé se trata y tienen razón: tienen derecho a conocer lo que pasa en su familia. Hay adultos que dicen que no se acuerdan de nada, pero eso es imposible. No recuerdan lo consciente, porque íéste borra lo que no es cómodo. La mente se olvida de todo lo que duele, pero el inconsciente y el cuerpo no se olvidan jamás. Allí­ queda la huella de lo ocurrido.

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Tenemos que aprender a desidentificarnos de nuestro árbol

http://planosinfin.com/tenemos-que-aprender-a-desidentificarnos-de-nuestro-arbol/

Alejandro Jodorowsky: “El daño se transmite de generación en generación: el embrujado se convierte en embrujador, proyectando sobre sus hijos lo que fue proyectado sobre íél, a no ser que una toma de consciencia logre romper el cí­rculo vicioso. No hay que temer hundirse profundamente en uno mismo para enfrentar la parte del ser mal constituido, el horror de la no realización, haciendo saltar el obstaculo genealógico que se levanta ante nosotros como una barrera y que se opone al flujo y reflujo de la vida.

En esta barrera encontramos los amargos sedimientos psicológicos de nuestro padre y de nuestra madre, de nuestros abuelos y bisabuelos. Tenemos que aprender a desidentificarnos del árbol y comprender que no está en el pasado: por el contrario, vive, presente en el interior de cada uno de nosotros. Cada vez que tenemos un problema que nos parece individual, toda la familia está concernida. En el momento en que nos hacemos conscientes, de una manera o de otra la familia comienza a evolucionar. No sólo los vivos, tambiíén los muertos. El pasado no es inamovible. Cambia según nuestro punto de vista.

Ancestros a quienes consideramos odiosamente culpables, al mutar nuestra mentalidad, los comprendemos en forma diferente. Despuíés de perdonarlos debemos honrarlos, es decir, conocerlos, analizarlos, disolverlos, rehacerlos, agradecerles, amarlos, para finalmente ver el “buda” en cada uno de ellos. Todo aquello que espiritualmente hemos realizado podrí­a haberlo hecho cada uno de nuestros parientes. La responsabilidad es inmensa. Cualquier caí­da arrastra a toda la familia, incluyendo a los niños que están por venir, durante tres o cuatro generaciones.”

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http://evolucionconsciente.org/mapa-de-los-secretos-familiares-y-nuestras-dolencias-corporales/


Secretos familiares y dolencias corporales


Todas las familias tienen secretos guardados, hasta las más normales, porque todos los seres humanos hacen cosas de las que luego se arrepienten. Las silencian. Cuando alguien me dice “en mi familia no hay ningún secreto” yo pienso: “Lo que pasa es que todaví­a no lo has descubierto”.
El secreto es como un animalillo inmortal que se pretende ocultar en una generación, pero que en las siguientes reaparecerá ingeniosamente disfrazado.
Por vergí¼enza, por protección a los hijos o por diferentes miedos, hay hechos y circunstancias que las familias pretenden que no salgan a la luz. Estos secretos forman una estructura que se deslizará de diferentes maneras sobre las generaciones siguientes.
Los más comunes se refieren a enfermedades mentales, asesinatos, suicidios, violaciones, homosexualidad, incesto, prostitución, exilios, cárcel… Frecuentemente se manifiestan en los descendientes por medio de accidentes, fobias, repeticiones, psicosis, autismo, enfermedades congíénitas que afectan a los órganos de los sentidos, quistes… Por ejemplo, una niña pierde la virginidad por accidente (una escopeta de juguete se le clava en el himen) en la misma fecha que su bisabuela fue violada, hecho que se mantuvo en secreto generación tras generación.
La realización personal de cada miembro del árbol y vivir en la autenticidad, tiene un gran valor profiláctico para la salud de nuevos frutos que estíén por nacer.
Secretos De Familia
¿Quíé es la familia?
La familia es lo permanente, estaba antes de que llegáramos, le pertenecemos mientras vivamos y seguirá existiendo despuíés de nosotros. Es una generación de vivos, que caminan como mí­nimo con dos generaciones de muertos a la espalda hasta la lí­nea de meta, donde le toca subirse a la espalda de la siguiente generación de vivos.
¿Yo soy mi familia?
Recordemos que desde la perspectiva de la psicogenealogí­a Jodorowskyana, cada uno de nosotros está habitado por las tres generaciones que lo preceden, lo que hace un mí­nimo de catorce personas. Desde esta perspectiva, consideramos que los secretos guardados en una generación son un manantial insano de traumas y conflictos para los que lleguen detrás, “es agua sucia”.
¿Hay alguna relación entre la enfermedad y los secretos familiares?
La relación entre enfermedad y secretos familiares se hace bastante evidente en el estudio de los árboles genealógicos. La familia es como una olla psicológica llena de secretos, tabúes, silencios, vergí¼enzas. Hay asesinatos, locura, robos, infidelidades, cárcel, incesto, abusos… Así­, la enfermedad no es la solución del problema, sino una invitación a enfrentar un conflicto familiar que se ha mantenido secreto.
“Lo que es callado en la primera generación, la segunda lo lleva en el cuerpo.”
¿Quíé cosas, a nivel psicogenealógico, vamos cargando en el cuerpo?
En el lado derecho… está la herencia paterna
Lado izquierdo…herencia materna
El vientre…la madre
Problemas de espalda… cargas a los padres
Padres divorciados o separados…puntas de los pies se separan
Miedo a la sexualidad… pelvis movida hacia atrás
No te han amado… pecho endurecido e insensible
¿Si no uso palabras para expresar mi dolor, lo expresaríé con mi cuerpo?
Anne Ancelin Schí¼tzenberger lo ha estudiado a fondo: “Los duelos no hechos, las lágrimas no derramadas, los secretos de familia, las identificaciones inconscientes y lealtades familiares invisibles” pasean sobre los hijos y los descendientes. “Lo que no se expresa por palabras se expresa por dolores”. O por accidentes, como el caso de una biznieta que pierde su virginidad por accidente a los siete años (jugando al salto de píértiga) y estudiando su árbol, descubre que su bisabuela fue fruto de una violación, concebida en la misma fecha que ocurrió el episodio.
¿Cómo se pueden observar los secretos en el árbol genealógico?
Cuando el árbol quiere desvelarte un secreto, crea una estructura, algo que se repite, con eso pretende llamar tu atención. Por ejemplo una fecha que se repite, un estilo de elección de la pareja, unos accidentes con ingredientes similares. Estos secretos se guardan por vergí¼enza, por pudor, por proteger a los niños o auto protegerse ante la sociedad.
¿Dónde se sitúan esos secretos?
Cada secreto que tenemos está en el estrato que le corresponde (los cuatro egos):
– Mis ideas locas secretas, podemos identificarlas en el nivel de mis bisabuelos
– Mis emociones secretas, están en mis abuelos
– Mis secretos sexuales-creativos, están en mis padres
– Mis secretos materiales, de territorio, están en mis hermanos
Cuando el secreto lo porta un miembro de la familia, íéste lo vive como un cuerpo extraño y molesto, su cuerpo lo vive como un tumor o un bolo alimenticio que tiene que salir fuera. Nunca debemos contar secretos a los niños, es un Abuso con mayúsculas.
Sabemos además el poder de la comunicación no verbal, si alguien delante de ti se calla una información importante, se delatará tarde o temprano con algún gesto inconsciente. Freud decí­a que “Aquel cuyos labios callan, conversa con la punta de los dedos. Se traiciona por todos los poros”.
…”vale más saber una verdad, aun cuando sea difí­cil, vergonzosa o trágica, que ocultarla, porque aquello que se calla, es subordinado o adivinado por los otros y ese secreto, se convierte en un traumatismo más grave a largo plazo”.
Los secretos hay que airearlos si son del presente, de la manera más adecuada y en el momento más propicio, o sanarlos con la psicomagia si son del pasado. Una herramienta útil es dibujar el árbol sanado: se trata de hacer una obra en la que representemos a todos los miembros, con dibujos o fotografí­as pegadas a modo de collage. A cada uno le pondremos su finalidad cumplida, todo aquello que les damos nos lo damos a nosotros mismos, y ahí­ aparecerán todos los secretos convertidos en bendiciones.
No A Los Secretos
En psicogenealogí­a, se considera que los secretos guardados en una generación son un manantial insano de traumas y conflictos para las sucesivas generaciones. Sabemos además el poder de la comunicación no verbal, si alguien delante de ti se calla una información importante, se delatará tarde o temprano con algún gesto inconsciente. Los secretos hay que airearlos si son del presente o sanarlos con la psicomagia si son del pasado. Lo importante es hacerlo de la manera adecuada y en el momento más oportuno.
Alejandro Jodorowsky: la enfermedad no es la solución del problema, sino una invitación a enfrentar un conflicto familiar que se ha mantenido secreto.
Franí§oise Dolo: “Lo que es callado en la primera generación, la segunda lo lleva en el cuerpo.”
Anne Ancelin Schí¼tzenberger: “Los duelos no hechos, las lágrimas no derramadas, los secretos de familia, las identificaciones inconscientes y “lealtades familiares invisibles” pasean sobre los hijos y los descendientes. “Lo que no se expresa por palabras se expresa por dolores”.
Freud: “Aquel cuyos labios callan, conversa con la punta de los dedos. Se traiciona por todos los poros”. Claudine Vegh: “Vale más saber una verdad, aun cuando sea difí­cil, vergonzosa o trágica, que ocultarla,
porque aquello que se calla, es subordinado o adivinado por los otros y ese secreto, se convierte en un
traumatismo más grave a largo plazo”.
La Familia y Los Secretos Del írbol Genealógico
– ¿Quíé significado tiene la familia?
La familia es lo permanente. Estaba antes de que llegáramos, le pertenecemos mientras vivamos y seguirá existiendo despuíés de nosotros.
Alejandro Jodorowsky nos invita a liberarnos del árbol familiar, del encasillamiento forzado por el que se nos atribuyen frecuentemente cualidades de personas muertas, lejanas, o se toma algún incidente de nuestra infancia para asignarnos de por vida un papel, y donde estamos marcados por un número en el escalafón.
– ¿Cuáles son los lí­mites en lo tocante a la familia?
Una primera definición que he encontrado: “La familia es una generación de vivos, que caminan con dos generaciones de muertos a la espalda hasta la lí­nea de meta, donde le toca subirse a la espalda de la siguiente generación de vivos”
O como dice Alejandro Jodorowsky:” Cada uno de nosotros está habitado por las tres generaciones que lo preceden, lo que hace un mí­nimo de catorce personas, si no contamos a los hermanos y hermanas o a los tí­os y las tí­as”.
– ¿Cómo podemos reconocer nuestro árbol genealógico?
Podemos reconocer a nuestro árbol por la huella que este ha dejado en nosotros. El cuerpo humano refleja los problemas o enfermedades heredadas del árbol. Ya comentamos alguna cosa al respecto, recordemos:
Lado derecho… herencia paterna
Lado izquierdo… herencia materna
El vientre… la madre
Dientes picados… es la rabia no expresada
Problemas de espalda… cargas a los padres
Eczemas… reflejan tu inadaptación social
Padres divorciados, o separados… puntas de los pies se separan
Regresión a la infancia… puntas de los pies miran hacia dentro
Huyes del pasado… caminas inclinándote ligeramente hacia delante
Eres un cobarde, miedo a entrar en la vida…te inclinas hacia atrás
No vives tu vida…caminas como un ladrón sin hacer ruido
Miedo a la sexualidad… pelvis movida hacia atrás
No te han amado… pecho endurecido e insensible
No te han acariciado… problemas de desviación de la columna
Caminar con la cabeza por delante… vivir en la cabeza sin reconocer tus deseos
– ¿Tiene importancia plantearse si en nuestra familia hay secretos escondidos?
Lo que un antepasado calla, tiende a ser expresado en uno de sus descendientes por múltiples ví­as: accidentes, enfermedades, elecciones de pareja, decisiones importantes, vocaciones, etc. Por ejemplo, una bisabuela fue violada y su biznieta tiene un accidente en el que se le rompe el himen. Parece ser que “lo no dicho” tiene su propia presencia generación tras generación y tiende a materializarse de alguna manera.
-Además de por hechos puntuales, ¿Cómo podemos darnos cuenta de que en nuestro árbol hay un secreto?
Cuando el árbol quiere desvelarte un secreto, crea una estructura, algo que se repite, con eso pretende llamar tu atención. Por ejemplo una fecha que se repite, un estilo de elección de maridos, unos accidentes con ingredientes similares.
-¿Por quíé cada árbol genealógico guarda sus secretos?
Entre otros, por vergí¼enza, por pudor, por proteger a los niños o auto protegerse ante la sociedad.
-¿Tiene importancia la generación que guardó el secreto en la estructura de nuestra personalidad?
Cada secreto que tenemos está en el estrato que le corresponde:
-Mis ideas locas secretas, están en mis bisabuelos
-Mis emociones secretas, están en mis abuelos
-Mis secretos sexuales-creativos, están en mis padres
-Mis secretos materiales, de territorio, están en mis hermanos
El árbol guarda secretos, al tiempo que puede intentar desvelarlos. En todo árbol hay un híéroe, el que lo sana y se sana, el que eleva su nivel de consciencia y frena de alguna manera que siga “corriendo el agua sucia” hacia generaciones venideras.
– ¿Hay árboles sanos?
A riesgo de equivocarnos, parece que no existen los árboles sanos porque vivimos en una sociedad enferma.
– ¿En quíé consiste la sanación del árbol genealógico?
“La sanación del árbol consiste en quitar la repetición, comprenderla, o repetirla en una forma positiva” (Alejandro Jodorowsky)

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http://evolucionconsciente.org/reparando-el-arbol-genealogico-con-mi-nombre/


Preparando el árbol genealógico con mi nombre



íšltimamente hemos aprendido que el árbol genealógico de la familia es todo un cofre de secretos y sorpresas.
Y si bien el árbol en sí­ mismo representa nuestra historia y dramas, tambiíén determina nuestro presente y nuestro porvenir.
Un aspecto importante a desentrañar en el árbol genealógico, son los nombres.
Porque sucede que por tradición, cultura, creencias y “amor”, nombramos a nuestros hijos como el padre, el tí­o, el abuelo, el bisabuelo, etc. Y no tomamos conciencia de que ese simple acto, está determinando un futuro para ellos.
Escuchamos a una madre decir algo como:
– Mi hijo llevará el nombre de mi abuelo, Benito, porque yo lo amaba, yo era su preferida.
Y resulta que el abuelo Benito, era un hombre desapegado, grosero, nada exitoso en su profesión, infiel, alcohólico, abandonado de niño, diabíético y para colmo, murió atropellado. Y con la única persona que fue cariñoso es precisamente la nieta que ahora espera a su bebíé.
Si el bebíé se llama Benito, nacerá con la misión de reparar toda la vida miserable del abuelo, de evitar ser como íél, de limpiar el “nombre” de BENITO en la familia. Por lo que un arranque de “cariño”, puede darle a nuestros hijos un destino nada agradable.
Los nombres, marcan destino dentro del árbol genealógico, enfermedades, vidas amorosas, así­ como tambiíén, marcan la suerte o una vida plena.
Hay familias, que mezclan, colocan revíés, invierten, los nombres, para que suene diferente y “sea otra cosa”.
Atención, para el inconsciente, no funciona eso.
Si la abuela se llamaba Marí­a, a la bebíé le ponen:
Mary, Mar, Aimar, etc. finalmente la niña, deberá reparar a la abuela.
Muchas familias, suman nombres: El padre se llama Leopoldo y la madre se llama Margarita y a la bebíé le ponen: Marle
…..para el inconsciente, es lo mismo, deberá reparar en vida, a sus dos padres.
Por lo tanto, no es de ninguna manera conveniente, repetir nombres en el árbol genealógico, mezclarlos, invertirlos, etc porque finalmente el inconsciente sabe que hay un “deber” de reparar vidas y dramas.
Y si el nombre que se les busca es maya, irlandíés o japoníés, revisen perfectamente bien que el significado no implique reparar algo, ni dicho nombre lo tenga alguna persona con vida caótica que ustedes conozcan. De tal manera que puedan ustedes, como padres, decirles a sus hijos el significado, sin que haya referencia de nadie.
Hace poco tuve un caso, que me causó gran impacto. Una clienta me da su nombre completo, lo anoto y cuando comienzo a preguntarle los datos familiares sale algo parecido a lo siguiente (obviamente el nombre lo cambiaríé):
Nombre de la Cliente: Leticia Isabel.
Nombre de la madre del cliente: Leticia.
Nombre de la abuela materna: Leticia.
Nombre de la abuela paterna: Leticia.
Nombre del padre del cliente: Nicandro.
Nombres de los hermanos de la cliente:
– Leticia Marí­a.
– Leticia Sofí­a.
– Leticia Susana.
– Nicandro.
Cuando comenzamos a desentrañar la información, la cliente me decí­a que su madre tuvo y continuó teniendo hijas hasta que nació el niño, porque su padre, querí­a un heredero, un hijo con el cual jugar y compartir tiempo, un compañero.
Que su madre era maltratada, sumisa, y que querí­a darle gusto a su marido.
El padre decide, que todas las hijas lleven el hombre de Leticia, en honor a “su madre”, pero todas, al llamarse igual, arrastran destino. Y más grave aún, en el caso de las hermanas de la cliente, al llamarse igual todas, entre sí­ se anulaban.
Era como si estuvieran muertas, porque ninguna era especial. Ninguna era importante, ninguna sobresalí­a en nada, ninguna era tomada en cuenta
El hijo más querido por el padre, obviamente, resultó ser el menor, el niño, Nicandro, con el penoso deber de reparar al píésimo hombre que era su padre.
Y es que el nombre, pesa, marca, define….y si nuestro nombre es copia de alguien, perdemos identidad y fuerza.
Da lo mismo si yo me llamo Elizabeth por la Reina de Inglaterra, por la actriz de Hollywood o por mi tí­a…..todas y cada una de ellas, tuvieron una vida y dramas. Y sólo por eso, yo poseo una personalidad.
Ah, porque eso es otro aspecto importante del árbol genealógico.
Hay influencia de los nombres de todos los familiares y hay influencia del mismo modo por significados externos.
A mí­ me pueden poner el nombre del actor de moda, del híéroe futbolero, del presidente del paí­s, del abuelo o del vecino. Y en todos los casos, me marcará.
Si bien yo llevo la orden de reparar al familiar del cual llevo el nombre, tambiíén con el nombre, me obligan a tener una personalidad, una profesión, una vida amorosa, un íéxito o fracaso económico, etc.
Y si yo llevo el nombre de una gran actriz de cine, que es muy famosa y rica pero alcohólica, drogadicta, sin pareja estable, sin hijos, etc……igualmente me están marcando…y finalmente yo con ese nombre, afecto al árbol.
O tal vez le pongo Pablo a mi hijo, porque el nombre suena lindo y siempre me ha gustado, pero el único Pablo que conozco, es el señor que arregla zapatos en el mercado, es pobre, viejo, ciego y solo…….cuidado! Porque yo al tener esa referencia, se la imprimo a mi bebíé.
Conclusión:
– Si tu nombre representa algo negativo o a alguien negativo, cámbialo. en los registros civiles, eso es posible.
– Si el nombre es negativo porque lo han llevado familiares, haz una carta de duelo por ello y por ellos, para que tu inconsciente deje de actuar en base a ese destino.

– Si le pusiste un mal nombre a tu hijo, cualquiera de las opciones anteriores, o le cambias el nombre en le registro civil o haces una carta de duelo en donde además expreses que te liberas de ese gran error.