La inestabilidad política en Grecia y el arreciar de la tormenta financiera en China se alían en esta mañana de viernes para una apertura que promete ser más que movida, según los mercados de futuros. Caídas del orden del 3% anticipan estos indicadores. Dos semanas lleva el mercado conteniendo la respiración ante la de elevada inestabilidad en Asia y hoy, al parecer, el inversor capitula.
Detrás de la caída, las dudas sobre China. A la depreciación del yuan y la caída de la Bolsa se añaden hoy más riesgos sobre el crecimiento: la actividad industrial ha caído al nivel más bajo en seis años: 47,1 puntos en el índice PMI. La ralentización económica y el miedo a un estallido de la burbuja crediticia son los motivos de fondo tras las últimas turbulencias, así que hoy Shanghai vuelve a caer. Todos los parquíés de Asia caen entre el 2% y el 3%.
A ello se añade la incertidumbre sobre Grecia. Anoche Alexis Tsipras dimitió como paso previo para una convocatoria de elecciones para septiembre, las segundas en nueve meses. Aunque el país ya recibió ayer el dinero del primer tramo del rescate y ha hecho frente a los pagos más urgentes, un nuevo gobierno o una mayoría insuficiente pueden devolver a Atenas al limbo.
De hecho, anoche Wall Street ya cerró con una caída del 2%, castigada tambiíén por las dudas sobre el crecimiento que llegan sobre todo desde China. Se reflejan tambiíén en el precio del petróleo. El precio del crudo puede cerrar hoy bajando por octava semana consecutiva. Hacía 29 años que esto no sucedía. El West Texas está a punto de perder los 40 dólares.
La situación en otros mercados no es mejor. La divisas de Malaisia o la lira turca, mercados como el de Corea del Sur: los inversores han activado el botón del miedo y los activos emergentes en general, y los ligados a China o las materias primas en particular, son los que más sufren. Incluso Australia, donde el dólar está en mínimos de seis años.
EFE