En seis jornadas el Ibex 35 ha pasado de marcar un mínimo en 7.820,10 puntos a escalar hasta un máximo en 9.883,8. Entre ambos, una revalorización del 26,38% que, siendo importante, sabe a poco tras el fuerte descalabro sufrido en octubre.
En el titular de la semana anterior decíamos que la subida a la que estábamos asistiendo se trataba, al menos de momento, de un rebote tíécnico. Es cierto que todas las fases alcistas comienzan con un rebote tíécnico, que luego va tomando cuerpo y consistencia. Pero seguimos pensando que no está el patio para poner en marcha una fase alcista.
Lo que si puede haber ocurrido, y nos encantaría no equivocarnos, es que hayamos tocado fondo en muchos valores y, por quíé no, incluso en el Ibex 35, gobernado como todos sabemos por los cinco pesos pesados que, en algunos momentos, suponen el 60% del valor del mismo.
Desde el pasado 28 de octubre, cuando el Ibex 35 marcó un mínimo de sesión en 7.820,10 puntos, hemos asistido a seis jornadas alcistas que han supuesto para el índice una revalorización del 26,38%. El borde del precipicio desde el que se desplomó el índice está en la cota de los 11.000 puntos. Muy lejos aún de los 9.300 actuales.
Para la mayor parte de los inversores, este rally alcista sólo significa perder menos. Pero regresar a los niveles que tenía el índice en la segunda quincena de septiembre, es retomar la tendencia bajista que mantenía nuestro principal indicador bursátil.
Volver a donde estábamos, si es que ocurre, permitiría una reestructuración de carteras, sacar cadáveres del armario y no volver a cometer los mismos errores. Lo ideal sería que la euforia que estamos viendo en la tarde del viernes se modere. Las subidas en vertical se agotan de forma prematura. Sólo en los casos en los que el mercado va consolidando, con sucesivos retrocesos, cada nuevo paso adelante, llega lejos.
Wall Street está de fiesta
La economía de Estados Unidos recibe al presidente electo, Barack Obama, con el peor dato de desempleo de los últimos 14 años. Wall Street no lo ha cotizado a la baja. Simplemente lo ha ignorado. El dato corresponde a lo ocurrido hasta ayer. Hoy es un nuevo día. Obama ha traído la ilusión. Y decir con una sola voz, junto al presidente saliente, cuyo partido pasa a la oposición, que la tarea es "salvar al pueblo norteamericano" ¡que envidia!, es poner la primera piedra para que, hombro con hombro, salgan adelante.
No va a ser un camino fácil. En cada curva habrá un nuevo peligro. Pero en la tarde viernes, los índice bursátiles de París, Francfort y Madrid, subieron en vertical descontando que si ellos salen adelante, serán la locomotora que nos saque a todos de esta peligrosa encrucijada. La bolsa volverá a bajar, pero confiamos en que el suelo ya estíé fijado. Y si es así, a medio plazo hay poco que temer y mucho que ganar.
