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El gobierno de Arabia Saudita flexibilizó su legislación relativa a la inversión y en lo sucesivo permitirá a firmas extranjeras poseer el 100 por ciento de los negocios minoristas y mayoristas, destacaron hoy fuentes especializadas.
La decisión adoptada el lunes en la noche en la reunión del Consejo de Ministros presidido por el rey Salman bin Abdulaziz tiene su antecedente más inmediato en septiembre de 2015, cuando se anunció la posibilidad de permitir la propiedad total de foráneos en operaciones de menudeo y mayoreo.
Comentaristas económicos destacaron este miíércoles que se trata de un paso destinado a estimular el flujo de capitales allende fronteras como parte del plan nacional denominado Visión 2030 que modifica la propiedad de inversionistas extranjeros, hasta ahora con un techo del 75 por ciento.
Asimismo, el ministro de Estado y titular en funciones de Cultura e Información, Aasem Saeed, confirmó que el ejecutivo aprobó un impuesto del 2,5 por ciento anual sobre el valor de los terrenos urbanos no explotados y designados para uso comercial o residencial.
Ese gravamen será aplicado por etapas a los propietarios de parcelas con más de cinco mil metros cuadrados y pretende ayudar a resolver una escasez de viviendas asequibles en Arabia Saudita al colocar en el mercado más tierras en desuso que puedan ser adquiridas por constructoras, explicó.
Todas esas decisiones están en línea con la reciíén anunciada Visión 2030 para reducir las restricciones sobre la inversión extranjera y la propiedad en el sector minorista a fin de atraer firmas regionales e internacionales y contribuir a crear oportunidades de empleo para ciudadanos en ese sector.
El gobierno determinó que el Ministerio de Vivienda recaudará el impuesto y las multas que se impongan por violaciones de las nuevas normas, lo cual ayudará a disponer de medios para emprender proyectos en ese ámbito.
La agencia oficial de noticias SPA indicó, además, que el gabinete reestructuró la junta de directores de la compañía insignia Saudi Arabian Airlines, encabezada por un presidente que es nombrado mediante una orden del primer ministro.
