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Autor Tema: Alarma en Irlanda por Brexit: representa la mayor crisis en 50 años...  (Leído 74 veces)

OCIN

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Bloomberg


El Reino Unido e Irlanda se incorporaron a la Comunidad Económica Europea en 1973. Más de 40 años despuíés, los dos paí­ses siguen unidos tanto en el plano económico como en el cultural, por lo que se advierten graves consecuencias del Brexit en Dublí­n.

El primer ministro está presionado, los economistas reducen los pronósticos de crecimiento y las empresas advierten sobre las graves consecuencias del Brexit. ¿Londres? No, Dublí­n.

El entrelazamiento de comercio y finanzas significa que Irlanda es el paí­s que más siente las consecuencias del voto del Reino Unido a favor de abandonar la Unión Europea. El año que los irlandeses conmemoraron el centenario de su levantamiento contra el gobierno británico, el paí­s sigue a merced del drama que se desarrolla en su vecino más cercano.

“Es el problema más serio y difí­cil que enfrenta el paí­s en 50 años”, dijo John Bruton, de 69 años, que fue primer ministro irlandíés entre 1994 y 1997 y se desempeñó luego como embajador de la UE en los Estados Unidos.

Los exportadores han advertido que la declinación de la libra afectará las ganancias y el crecimiento económico en momentos en que se consolidaba una recuperación despuíés del rescate internacional de 2010 que siguió a la crisis bancaria. Las acciones irlandesas han bajado, entre otras cosas porque el Reino Unido es el principal destino de las exportaciones del paí­s despuíés de los Estados Unidos y el mayor para el sector de servicios.

Mientras tanto, el primer ministro Enda Kenny rechaza las exigencias de los nacionalistas irlandeses del norte de una votación sobre la reunificación mientras enfrenta la píérdida de un aliado clave de la UE y los intentos de desestabilizarlo de su propio partido. Tambiíén está el futuro de la única frontera terrestre del Reino Unido con la UE.
“Las consecuencias son inimaginables”, dijo Eoin Fahy, economista jefe de Kleinwort Benson Investors en la capital irlandesa.


VIEJOS VECINOS

El Reino Unido e Irlanda se incorporaron a la Comunidad Económica Europea en 1973. Irlanda se sintió atraí­da en parte para escapar de lo que un polí­tico llamó “nuestra actitud de umbral en relación con Inglaterra”. Más de 40 años despuíés, los dos paí­ses siguen unidos tanto en el plano económico como en el cultural y el lingí¼í­stico.

Irlanda utiliza el euro pero desarrolla un comercio de alrededor de 45 mil millones de dólares con el Reino Unido. Unos 380 mil ciudadanos irlandeses viven en el Reino Unido y votaron en el referíéndum sobre el Brexit.

El Reino Unido tambiíén aportó al rescate de Irlanda hace seis años, a pesar de no formar parte de la zona del euro. Cuando Theresa May asumió el miíércoles el cargo de primera ministra británica, Kenny fue uno de los tres gobernantes con los que habló, junto con la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francíés Franí§ois Hollande.

Compañí­as como Netwatch Systems prosperaron sobre la base de esos ví­nculos. Desde su sede de Carlow, en la zona sudeste de Irlanda, la compañí­a de videovigilancia monitorea más de 500 lugares en ciudades como Birmingham, Manchester y Londres, y enví­a advertencias de audio a los intrusos. Netwatch, que incursionó en el Reino Unido en 2007, genera ahí­ alrededor de la quinta parte de sus ventas. La declinación de la libra de 8 por ciento contra el euro desde el 23 de junio la ha afectado.

El problema más evidente es la frontera de 500 kilómetros entre el norte y la república.

Las celebraciones anuales unionistas de la semana pasada en Belfast subrayaron el delicado equilibrio de Irlanda del Norte, que permaneció en el Reino Unido luego de la independencia irlandesa de 1922. Hubo escaramuzas entre grupos protestantes y católicos y se lanzó una bomba falsa desde un auto durante el desfile.

Los principales partidos están divididos respecto del Brexit. El Partido Unionista Democrático, de mayorí­a protestante, respaldó la salida de la UE, mientras que el Sinn Fein, de mayorí­a católica, hizo campaña a favor de permanecer en el bloque.

Las divisiones polí­ticas entre el norte y el sur se hicieron evidentes dí­as despuíés de la votación, cuando la oposición norirlandesa obligó a Kenny a abandonar la idea de crear un foro sobre el Brexit en toda Irlanda, error que llevó a miembros de su propio partido a establecer un cronograma para su partida.



TENSIONES LATENTES

   

Mal manejado, el Brexit podrí­a “revelar tensiones entre unionistas y nacionalistas que siempre estuvieron presentes”, dijo Lee McGowan, profesor de Ciencias Polí­ticas de la Queen’s University de Belfast.

La violencia en Irlanda del Norte ya ha quedado atrás y se ha abrazado el mercado único europeo, por lo cual los controles fronterizos han desaparecido. Alrededor de 30 mil personas atraviesan a diario una frontera famosa por el tráfico de armas durante la campaña del Ejíército Republicano Irlandíés (IRA por la sigla en inglíés) contra el dominio británico.

Despuíés de la votación, el ministro de Relaciones Exteriores, Charlie Flanagan, advirtió que “la probabilidad de una frontera difí­cil” es algo que preocupa a los irlandeses. En privado, los funcionarios se muestran menos preocupados y sostienen que a nadie le convendrí­a el restablecimiento de controles.

Peter Madden viaja dos veces por semana desde su casa en Meath, en el sur, hasta su trabajo en una firma de suministros de jardinerí­a en Dungannon, en el norte. “¿Me preocupa que se restablezca la frontera y que haya hombres armados otra vez?” dijo Madden. “No, no lo creo”.
Como muchos, Madden se concentra en el impacto económico. La caí­da de la libra afecta a la totalidad de la economí­a, desde a las compañí­as exportadoras como Netwatch hasta a granjeros como Eddie Punch, que vive a 274 kilómetros (170 millas), en el condado de Clare, en el sudoeste de Irlanda. Alrededor del 40 por ciento de las exportaciones irlandesas de alimentos tienen como destino el Reino Unido, y la agricultura es el sector más expuesto al Brexit y a posibles aranceles.

Punch, que tiene 180 cabezas de ganado, dijo que el impacto del Brexit ya se siente en momentos en que las empresas procesadoras de carne bajan los precios.

“Nos hacen ofertas ridí­culas, y algunos llegan a decir que no nos comprarán ganado en absoluto”, dijo.


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