Por Robert Trigaux
La pregunta de actualidad, con respecto a la mayor inversión privada jamás hecha en la zona de la Bahía de Tampa es: ¿Está la recesión, la crisis crediticia y el rescate federal poniendo en peligro la viabilidad de la planta nuclear en el Condado de Levy propuesta por la Progress Energy Florida y otras planeadas por empresas de electricidad?
Estos proyectos constituyen acuerdos monumentalmente costosos, que toman largo tiempo y que necesitan muchas fases de regulaciones y revisiones. Un error económico, un cambio político o una píérdida en el enfoque (o en la voluntad) por parte de la empresa detrás de esos acuerdos pueden demorar o hasta detener (algo concebible) tales mega-proyectos.
Aunque en estos momentos no hemos llegado a ese punto, ni sabemos cual es la profundidad de esta recesión, la cuestión del futuro de la energía nuclear –más bien cuándo que si- fue puesta de manifiesto por el periódico Wall Street Journal en un artículo titulado “Clean Energy Confronts Messy Reality†en el cual un número de empresas productoras de energía expresan dudas acerca del clima financiero para comenzar nuevos proyectos, ya sean de energía alternativa o nuclear.
La empresa Progress Energy Inc. ha presentado una solicitud ante la Comisión de Regulación Nuclear para construir dos nuevos reactores en el Condado de Levy a un costo de $17,000 millones. No obstante, esta empresa que tiene plantas elíéctricas en la Florida y en las Carolinas, está preocupada de que podría faltarle el aliento para un proyecto de tanta envergadura, dice el artículo.
Bill Johnson, presidente de la Progress Energy, cuya sede principal está en Raleigh, Carolina del Norte, quiere encontrar socios que compartan los riesgos y los gastos, y espera que el financiamiento por parte de los bancos ya estíé sólido para cuando la empresa necesita financiamiento.
Uno de los inversionistas podría ser la empresa principal de Tampa Electric, que es TECO Energy, la cual carece de los terrenos y la pericia para construir su propia planta nuclear, pero que estaría complacida en diversificar sus inversiones como inversionista industrial.
Hasta ahora, sin embargo, la mayoría en la industria de energía nuclear en los Estados Unidos parece estar despreocupada acerca de la economía.
Roger Hanna, vocero de la Comisión de Regulación Nuclear en Atlanta, le declaró a un periódico esta semana que las 17 empresas que han solicitado licencia para construir nuevas plantas siguen desarrollando sus planes para la construcción. Hannah explicó:
“Estos son proyectos de largo tiempo. Un año o dos de cambio en la economía quizás no tengan ningún efecto extraordinario de largo tiempoâ€. El añadió que financiar reactores de miles de millones de dólares no es parte de la misión de la NRC. “Eso es algo que nosotros solamente consideramos en tíérminos generalesâ€.
Naturalmente que gran parte del financiamiento para nuevas plantas nucleares saldrá del dinero que, como sobrecargo, les cargan las empresas por adelantado a sus usuarios. Por ejemplo, Progress Energy aumentará en un 25 por ciento la cuenta de sus usuarios para pagar por el combustible y por las primeras fases de su planta nuclear de $17,000 millones.
Y la Florida Power & Light, planea aumentar sus precios en el 2009, en sobrecargos que reflejan los costos iniciales de la expansión propuesta para su planta nuclear.-
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