Desde que CaixaBank finalizó la integración de Banca Cívica en abril de 2013 hasta el pasado mes de junio el banco ha llevado a cabo varios procesos de reestructuración que han supuesto la salida de más de 5.000 empleados (sin incluir las firmadas en julio de 1.119 trabajadores), con un coste de casi 1.600 millones