Intensidad es calidad , no cantidad. El Pensamiento dirigido no consiste en pasar mucho tiempo pensando en algo -lo que solamente nos definirí a como obsesivos- sino quizás concentrando sólo algunos minutos la atención, pero intensamente. No se trata -llevándolo al terreno de la envidia- que sea problema el que nos rodeen muchos envidiosos, porque 0 multiplicado por 500 siempre va a dar cero. El problema sería que el "tono" de nuestra psiquis no sea distinto al de ese entorno.
Así que aprendamos, a fuerza de repetírnoslo diariamente, cómo tallar un perfil de hacedores en lugar de no hacedores.
Por supuesto, hay un segundo paso que usted deberá dar. La lectura de estas líneas puede dar comienzo a la alquimia, sí, pero sólo un acto de voluntad las plasmará en su realidad. Es decir, recordar estas reflexiones todos los días, aun en los peores momentos; cualquiera medita serenamente en la paz de los monasterios. El míérito estaría en poder hacerlo en el tráfago ruidoso de una ciudad. Porque la verdadera magia es mental, y no hay ciencia más oculta y más esotíérica que la ciencia de la Voluntad.
Y no se engañe: la Voluntad no es algo con lo que nacemos o no, un "don" al que nos hacemos acreedores por ignotas circunstancias. La voluntad es una función del intelecto, y como tal puede ser entrenada y desarrollada. Nunca me cansaríé de repetir esto lo suficiente, como tampoco me cansaríé de repetir lo que he escrito en otro lugar: voluntad y deseos están hechos de la misma "materia" mental. La única diferencia es su disposición. Mientras que los deseos son la voluntad desorganizada, la voluntad está hecha de deseos organizados. Mucha gente dice no tener la "suficiente" voluntad para lograr los objetivos, mas, ¿negaría no tener deseos?. Si los tiene, tambiíén tiene, en potencia, la voluntad para lograrlo.