Ante el creciente problema de la inseguridad en Míéxico, la venta de armas de fuego se ha disparado, con un aumento de por lo menos 30% en los dos últimos años, de acuerdo con cifras de la Defensa Nacional.
Hasta 2006, se vendían alrededor de 3,500 armas cortas. Dos años despuíés la cifra pasó a 5,000, por la demanda de personas que las compraron para sentirse seguros en sus casas, dice en entrevista el teniente coronel y encargado de la Tienda de Armas de la Sedena, Raúl Manzano Víélez.
Uno de los problemas derivados de la venta de armas, aunque sea legal, es que hasta ahora no se lleva un seguimiento de los ciudadanos que las adquieren. No se sabe si en verdad las utilizaron para protegerse, las vendieron o si generaron algún accidente en casa, precisa.
Tener un arma en el domicilio es un riesgo latente, enfatiza el teniente. Su uso, sólo se justificaría en legítima defensa cuando un agresor intente usar otra arma en contra de la víctima. Y, para ello, tiene que haber una comprobación rigurosa de la defensa contra el agresor.
Sobre los requisitos que se tienen que cumplir para comprar un arma de fuego, Manzano Víélez señala que los dos principales son no tener antecedentes penales y comprobar que se tiene una fuente de ingresos segura, un trabajo lícito y estable.
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Aunque trata de cumplir todos los requisitos legales, el crecimiento de la comunidad armada encierra un riesgo: se desconoce quiíénes de ellos saben usar un arma. No hay datos ni registro oficial al respecto.
Especialistas en seguridad proponen que se regule esta situación proporcionando capacitación al ciudadano que compre un arma y, al mismo tiempo, aplicarle un examen psicológico. Otros expertos no ven un peligro latente en este negocio, ya que es un derecho constitucional del ciudadano comprar un arma.
La Secretaría de la Defensa Nacional, por medio de la dirección de Comercialización de Armamento y Municiones, es la única corporación legalmente autorizada para vender armas cortas y largas para protección de domicilios, cacería y a corporaciones policíacas.
La Asociación de Editores de los Estados visitó la Tienda de Armas para ver el equipo en venta y el procedimiento de su adquisición. Para adquisición de cartuchos y municiones hay en el país casi 200 almacenes autorizados por el Ejíército.
El requisito mayor para que un ciudadano compre un arma es no tener antecedentes penales, así como depender de un trabajo estable.
í‰ste es el procedimiento: Obtener un certificado de antecedentes no penales; presentar documentos personales, como comprobantes de domicilio, identificación oficial con fotografía, una carta de trabajo para demostrar el modo honesto de vivir y llenar una solicitud.
Despuíés, la Tienda de Armas investiga la identidad de la persona para comprobar la documentación que presenta.
Al tratarse de protección a domicilio, el usuario solo puede adquirir un arma. Una segunda solicitud es rechazada. En Míéxico sólo se permite tener arma en un hogar para protección. La portación de armas está prohibida por las leyes.
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Los ciudadanos se están armando. La ola de violencia en todo el país ha incrementado en los últimos dos años en un 30% la venta de armas cortas para protección de hogares.
Según estadísticas de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en 2007 se vendieron 5,000 armas a personas que las compraron para sentirse seguras en sus casas. Esta cifra se mantuvo durante este año. Hasta 2006 se vendían alrededor de 3,500 armas cortas.
Tras dar a conocer estas cifras, el teniente coronel encargado de la Tienda de Armas de la Sedena, Raúl Manzano Víélez, señaló que la inseguridad en el país impulsa a los ciudadanos a protegerse en los hogares.
“Al año se están vendiendo alrededor de 5,000 piezas, para protección de un domicilio, cuando antes se vendía un 70% de esas cantidadesâ€, dijo. “Pero la tendencia de que compren en este establecimiento nos da un sesgo de que las personas físicas, para la protección de su domicilio, lo están haciendo con una mayor transparencia y quieren tener las cosas legales para contar con una factura y un registro de esa armaâ€.
Por ser datos reservados, la Sedena no da conocer cuál es el número de ciudadanos por Estado que se han armado para proteger sus domicilios. Pero tampoco lleva un seguimiento de las personas que adquieren un arma. No se sabe si en verdad las utilizaron para protegerse, las vendieron o si generaron algún accidente en casa. Esa tarea le corresponde a las procuradurías estatales y corporaciones municipales, afirma Manzano Víélez.
El teniente coronel, sin embargo, reconoce que tener un arma en el domicilio es un riesgo latente. Su uso sólo se justificaría en legítima defensa cuando un agresor intente usar otra arma en contra de la víctima. Y, para ello, tiene que haber una comprobación rigurosa de la defensa contra el agresor, asegura Manzano.
Uno de los casos de personas que han comprado armas es el de Omar, un ciudadano de 37 años de edad y padre de tres hijos, quien ya siente la inseguridad a la puerta de su casa. Le robaron hace unos días las copas de las llantas de su automóvil.
“Lo que sigueâ€, dice, “es la casa o uno de nosotrosâ€.
Lo que ve, oye y lee en noticias le incrementa su miedo: secuestros, asesinatos y asaltos a la orden del día en el país.
Funcionario del Poder Legislativo, con una vida tranquila y sin vicios, Omar tiene un motivo para comprar un arma: “Para sentirme seguro, para sentirme que estoy protegido si pasa algo en la casaâ€, confiesa al ser entrevistado en la Tienda de Armas del Ejíército en el momento que fue a pedir la información para adquirirla.
Sin embargo, en toda su vida Omar no ha disparado una pistola. No sabe si se atrevería a hacerlo, las implicaciones que tendría y en quíé momento lo haría. Así como íél, 10 mil personas se han armado en los dos últimos años en el país.
