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Autor Tema: La pandemia del coronavirus muestra el error de las licencias médicas  (Leído 600 veces)

OCIN

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Por... Jeffrey A. Singer y Richard P. Menger


Jeffrey A. Singer y Richard P. Menger consideran que el sistema de licencias médicas a nivel de los estados en EE.UU. ha generado una escasez artificial de médicos y atención médica, sin ser este necesario para garantizar la calidad de los servicios.

De las muchas lecciones que nos ha dejado la pandemia del COVID-19, una de las más obvias es la necesidad de reevaluar las leyes de licencias estatales que impiden el libre y rápido movimiento de trabajadores de salud a donde son necesitados. Muchos gobernadores suspendieron los requisitos de licencias estatales a principio de marzo para que los médicos, enfermeros y otros profesionales de la salud con licencias en otros estados pudieran ayudar con la crisis de salud pública en sus estados. Estos gobernadores no deberían retomar las prácticas del pasado cuando termine la crisis.

Los requisitos individuales de licenciatura estatal para los trabajadores de salud no ayudan a los pacientes ni garantizan calidad. Más bien, sirven como un mecanismo para proteger los intereses de los proveedores de atención médica.

Desde su inicio en 1847, la Asociación Médica Estadounidense busco reducir el número de médicos en ejercicio mediante la promoción de leyes de licencias estatales.  No fue una campaña exitosa hasta después de la Guerra Civil. Luego, los capítulos estatales de la AMA persuadieron a las legislaturas para que promulgaran juntas de licenciatura, argumentando que protegerían al público de la incompetencia. Desafortunadamente, como lo sabrán muchas víctimas de negligencia médica, la concesión de una licencia no ofrece tal protección. Sin embargo, las restricciones de licencias restringen el suministro de proveedores de servicios de salud en un momento en que la población mayor de edad en EE.UU. presagia una escasez de médicos con proporciones de crisis.

Cuando los estados que fueron gravemente afectados por la pandemia del COVID-19 eliminaron las barreras de licencias, permitiendo a médicos de otros estados ejercer y ayudar a sus residentes, la pregunta obvia fue por qué es necesario tener restricciones médicas estatales en primer lugar. ¿Existe una diferencia legítima entre la calidad y la necesidad de certificaciones adicionales para un médico en Alabama versus Arizona?

El requisito de escuela de medicina, los requisitos del exámen nacional de licenciatura médica y los requisitos de capacitación de residencia son casi todos iguales en todos los procesos de licenciatura estatal. Sin embargo, en la mayoría de los casos, una licencia médica no es transferible de un estado a otro.

Un médico de la ciudad de Nueva York no puede practicar medicina en Nueva Jersey o Connecticut sin tres licencias médicas distintas, utilizando el mismo examen, titulo médico y capacitación especializada de la junta nacional. Estas mismas regulaciones de licencia impiden que los pacientes reciban telemedicina de proveedores de otros estados. Es como si un estado prohibiera que alguien conduzca en su carretera con una licencia para conducir de otro estado.

Además, tener una licencia no garantiza una atención de calidad. Las organizaciones privadas de acreditación y certificación, como la Junta Estadounidense de Cirugía y la Junta Estadounidense de Cirugía Neurológica, investigan la capacitación y competencia de los profesionales que los consumidores de atención médica necesitan cuando buscan asesoría médica. Los sitios de calificación del consumidor de atención médica, como Healthgrades o Vitals califican a los proveedores de salud, mientras que sitios como Leapfrog o Consumer Reports califican las instalaciones.

Una vez que obtienen una licencia, los médicos en la mayoría de los estados pueden practicar cualquier especialidad en sus consultorios. Muchos hospitales o compañías de seguros, por otro lado, pueden requerir que sus paneles de proveedores estén certificados por una junta especializada. Por ejemplo, un médico sin entrenamiento formal o certificación en psiquiatría puede poner “psiquiatra” en la puerta de su oficina, pero no podrá ejercer de psiquiatra en un hospital. Las licencias no protegen a las personas. Las credenciales protegen a las personas al examinar y verificar cuidadosamente la profundidad de la capacitación y experiencia de los médicos en el área en la que afirman tener experiencia.

Los sitios web de licencias estatales pueden ser fastidiosas de navegar. A los consumidores les puede resultar difícil ver y comprender completamente cualquier queja fuera del estado que un médico pudo haber tenido antes de mudarse a su estado. El economista ganador del Premio Nobel Milton Friedman entendió esto cuando criticó las leyes de licencias médicas. La regulación de los doctores se hace mejor estándo más cerca de los doctores en el hospital, el grupo o nivel de certificación de especialización.

El aparato de concesión de licencias también es un esquema de hacer dinero. Cuesta $315 dólares obtener una licencia en Alabama. Cuesta $500 dólares obtener una licencia en Arizona. Cuesta $375 dólares más crear el portafolio necesario para enviar la aplicación a través de la Federación de Juntas Medicas del Estado. Además de eso están los costos generales del examen de licencia, los cuales suman más de $1.000 dólares. Se ha desarrollado una industria artesanal para ayudar a los médicos a navegar el proceso. Durante los últimos 100 años más o menos, los gremios de la “medicina organizada” se han asociado con las legislaturas para erigir un oculto sistema médico/industrial de licencias.

En 2019, Arizona se convirtió en el primer estado en otorgar reconocimiento recíproco a todas las ocupaciones que posean licencias fuera del estado, que están en buena posición y que deseen establecer operaciones dentro de sus fronteras. Poco después, Montana y Pensilvania hicieron lo mismo. Missouri se convirtió en el último estado en hacerlo en mayo. Todos estos son pasos en la dirección correcta, pero estos estados todavía requieren que los licenciatarios de otros estados mantengan ubicaciones físicas dentro de sus fronteras.

Una mejor reforma seria definir el “lugar de servicio” como el estado en el que el proveedor posee la licencia, no el estado en el que reside el consumidor. EE.UU. es una zona de libre comercio en los 50 estados. Los consumidores pueden comprar bienes y servicios a través de las líneas estatales sin obstrucciones. No obstante, se les prohíben los servicios provistos por personas que deben obtener una licencia estatal para poder desempeñar el trabajo del que viven.

La escasez artificial se desarrolla donde hay barreras de entrada para nuevos proveedores. Las leyes de licencias médicas reducen artificialmente la disponibilidad de médicos y la disponibilidad de atención. Mediante la suspensión de emergencia de las leyes de licencias estatales, los gobernadores de los estados que son “puntos críticos” del COVID-19 admitieron lo anterior de manera tácita. Esperamos que la lección de esta crisis la aprendan los gobernadores y sus legislaturas una vez que la crisis haya terminado. Las suspensiones deben hacerse permanentes y formar la base para una revisión integral de las leyes de licencia médica.


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