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Autor Tema: Para qué sirve la inteligencia emocional y cómo no debes pensar con la ‘cabeza fría’  (Leído 1177 veces)

Scientia

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Para qué sirve la inteligencia emocional y cómo no debes pensar con la ‘cabeza fría’
Contrario a lo que siempre has escuchado, las emociones importan y más cuando se trata de tomar desiciones. Te explicamos todo acerca de inteligencia emociona

“Piensa con la cabeza fría”, seguro que lo has escuchado, pero ¿es cierto que las mentes frías y sin emociones toman mejores decisiones? Te explicamos para qué sirve la inteligencia emocional.

Hace un par de años António Damásio, un reconocido neurocientífico y médico neurólogo respondió esta pregunta. El estudio se realizó en pacientes con lesiones cerebrales que dañaron partes del cerebro responsables de las emociones. Contrario a la sabiduría popular, estos pacientes tenían mayores dificultades para tomar decisiones racionales.

El perder la capacidad de procesar adecuadamente las señales emocionales condujo a los pacientes a tomar decisiones desventajosas a largo plazo. Así de importantes son las emociones.

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¿Qué es y cómo se desarrolla la inteligencia emocional?

Las emociones son la respuesta natural que tenemos a un estímulo: alegría, tristeza, enojo, miedo. Seguro con esto recuerdas la película animada Intensamente. Es algo parecido, pero sin “desagrado”.

Así como en la película, las emociones están presentes todo el tiempo, duran poco, pero no dejan de ser reacciones complejas del cerebro. Se distinguen con facilidad por la conducta, no se verbalizan y tienen funciones específicas como socialización y protección.

Es importante saber qué es una emoción para definir la inteligencia emocional. Una las definiciones más populares es la Daniel Goleman de 1996 que decía que la inteligencia emocional es el ser capaz de automotivarse, resistir las decepciones, controlar impulsos y demorar la gratificación, mostrar empatía y esperanza.

Se lee como una capacidad que a todos nos gustaría tener y más un lunes por la mañana. La inteligencia emocional comenzó a definirse en los 90 como la habilidad de reconocer, valorar y percibir las emociones tanto propias como de los demás, y cómo regularlas y expresarlas de forma adecuada, según el contexto.

En conjunto podemos decir que la inteligencia emocional “es importante porque nos permite conocer nuestro estado emocional, manejar esas emociones, motivarnos, reconocer a los otros, ser empáticos. En suma, manejar de forma saludable la relaciones sociales que establezcamos”, explica Augusto Martínez Ruvalcaba, experto en psicología clínica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).


Nadie nace con inteligencia emocional

“Nadie nace con inteligencia emocional. Está bien no tenerla, pero desarrollar esta capacidad de identificar y controlar tus emociones y las de los demás puede ayudarte en todos los ámbitos de tu vida”, explica Mario Carvajal, psicólogo de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Tecnológico de Monterrey”.

De acuerdo con los expertos, desarrollar esta inteligencia ayudará a crear conciencia emocional propia, valoración, autoconfianza. Autogestionar nuestras emociones. También fomenta la conciencia social, la empatía, nos permite considerar a otros y, por lo tanto, establecer vínculos de forma saludable, auténticos, donde exista respeto y apoyo.

La inteligencia emociona está compuesta por tres habilidades básicas:

Conciencia emocional: empatía hacia los demás, pero también con uno mismo

Habilidad de aprovechar las emociones y aplicarlas para hacer algo, como en la resolución de problemas

Habilidad para manejar las emociones que incluye controlar las propias emociones pero también de calmar y animar a otros

¿Cómo desarrollarla?

La inteligencia emocional se desarrolla al igual que nosotros, conforme vamos creciendo. El primer lugar es en el ámbito familiar y, después, en la escuela.

“Para trabajarla de forma adecuada es importante el contexto, deber ser un espacio donde sea posible reconocer y expresar nuestras propias emociones. También se debe fomentar el autocontrol y relaciones saludables con los demás”, dice Augusto.

Aunque esta inteligencia emocional se perfecciona –en mayor medida– hasta la adultez temprana, los expertos de la salud coinciden en que para lograrlo hay que acercarse con un psicólogo y no caer en publicidad falsa que promete en cinco pasos desarrollar esta capacidad.

“Cuando inicio con un paciente que desea ampliar su inteligencia emocional le pido unos sencillos pasos: que observe conductas y patrones de él mismo y de los demás. Que identifique las emociones que le rodean, que los describa, conozca su origen y cómo responde cuando las experimenta. De este modo, el paciente analiza si su conducta fue adecuada o no y cuando esté ante una situación similar sabrá cómo responder”, indica Carvajal.


¿Para qué sirve la inteligencia emocional?

“La falta de inteligencia emocional hace que las personas normalicen las relaciones dañinas, por ejemplo en las llamadas relaciones tóxicas”, explica Ruvalcaba.

En una relación (amorosa, laboral, familiar) cuando no hay una buena regulación de las emociones en una o ambas partes, las emociones de los demás se vuelve invisibles y en consecuencia no se toman en cuenta.

“Por lo que la relación que se establece genera daños a una o ambas partes, pero en ambos casos ninguno de los dos tiene una inteligencia emocional adecuada que les permita salir de esa situación, ya sea abandonarla por reconocer el daño que genera o porque consideran que una relación así es normal”, agrega.

Todos tenemos el potencial para desarrollar una buena inteligencia emocional y ésta puede mejorar nuestras decisiones, el trato con los demás, nos ayudará a resolver problemas laborales, familiares y por supuesto amorosas. En resumen, desarrollarla te evitará el sufrimiento emocional.