El Ejecutivo se resiste a cambiar la ley de morosidad que ahoga a las empresas
La morosidad. Uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis con que la crisis fustiga a los pequeños y medianos empresarios -junto a la presión fiscal, el coste de la Seguridad Social y la asfixia financiera- tiene en España un involuntario y útil aliado: la pasividad de las Administraciones Públicas. Las autonomías tambiíén son cómplices por su pasividad en la inspección de los aplazamientos, mientras que los incumplimientos en los plazos de pagos son la causa del 25% de las quiebras empresariales.