Al igual que la mayoría de los dispositivos y electrodomésticos de consumo, los coches se han vuelto mucho más inteligentes en la última década.
Esto ha dado lugar a una carrera hacia la cima en el mercado de los "vehículos definidos por software" (SDV), poniendo en desventaja o incluso al borde de la quiebra a aquellos que no consiguen modernizar la arquitectura subyacente de sus vehículos.
Ha sido difícil para muchos fabricantes de automóviles tradicionales equilibrar estas necesidades en un momento en el que están gastando miles de millones de dólares en la transición a los vehículos eléctricos, lo que ha dado lugar a nuevas asociaciones ( como Rivian y Volkswagen ) que pueden mantenerlos competitivos en la era moderna de los automóviles.