San Francisco— Una transacción de drogas funciona así en California:
Un mensajero con uniforme llega en un auto de alquiler a un edificio de departamentos un día de semana por la tarde. Le entrega un paquete prolijamente envuelto a un cliente de 58 años, quien lo inspecciona y se asegura de que contiene todo lo que pidió por telíéfono.
¿Un brote de mariguana orgánica para tratar sus alergias? Sí, está allí. ¿Otro de un tipo distinto de mariguana para el insomnio? Sí. ¿Pastillas y saquitos de tíé rociados con una mezcla con mariguana? Sí. Tambiíén hay una galletita bañada en mariguana, gentileza de la empresa.
El cliente paga una cuenta de 102 dólares con una tarjeta de críédito y cierra lo que fue una transacción eficiente, sin complicaciones legales.
La entrega de mariguana en la casa ha dejado de ser un delito en California. Es un negocio legítimo.
Desde que el estado legalizó la venta de mariguana para usos míédicos, una droga que el gobierno considera tan ilegal como la cocaína o la heroína ha adquirido gran importancia económica.
A juzgar por la cantidad de mariguana que las autoridades confiscaron el año pasado, la cosecha fue de unos 17 mil millones de dólares, una producción superior a la de cualquier otro sector agrícola del estado.
La hierba alimenta numerosos sectores de la economía, hace ricas a muchas personas y da impulso a negocios que venden equipo para el cultivo de mariguana usando míétodos avanzados, a clubes donde se consume la droga, los cuales pagan alquileres y emplean gente, y a cadenas de clínicas especializadas en el uso de la mariguana con fines míédicos.
El cultivo de la planta acarrea sus costos, según sus detractores.
Las plantaciones en sectores verdes remotos causan grandes daños al medio ambiente y las autoridades dicen que genera violencia en localidades pequeñas y tranquilas.
De todos modos, la producción ha alcanzado una magnitud tal que algunos legisladores quieren que la droga sea legalizada para paliar las finanzas de un estado al borde de la quiebra. Las autoridades estatales calculan que un impuesto a la mariguana, similar al que se cobra al alcohol, generaría más de 1 mil 300 millones de dólares anuales.
Una encuesta reciente indica que más de la mitad de los californianos están a favor de la legalización de la mariguana.
Los políticos “van a ver los beneficios económicos, los beneficios míédicos y se van a subir al trenâ€, afirmó Tim Blake, dueño de un retiro espiritual que realiza un concurso anual de cultivo de mariguana en el norte de California, la región marihuanera por excelencia en este estado.
Una sólida fuente de ingresos
En una propiedad rodeada de viñedos en el condado de Mendocino, Jim Hill cultiva mariguana para 20 personas que la usan con fines medicinales, incluidos íél y su esposa.
Hill, de 45 años, dijo que invirtió 10 mil dólares en el campito. No cobra por la mariguana, solo le pide a los compradores que lo ayuden a cultivarla.
“Es como vivir en un manzanal. Uno no paga por las manzanasâ€, afirmó.
Las tierras más cotizadas para el cultivo de mariguana son las de los condados de Mendocino, Humboldt y Trinity.
El impacto económico de un cultivo tan diseminado es difícil de calcular. Las autoridades dicen que las cosechas más grandes las manejan narcotraficantes mexicanos.
Pero de un modo u otro, el dinero que generan termina en las arcas locales. La mariguana aumentó el poder de compra de los residentes de Mendocino en unos 58 millones de dólares, según funcionarios del condado.
Mendocino figura 48vo entre los 58 condados del estado en cuanto a ingresos medios. Pero si se tomasen en cuenta los ingresos de la mariguana, saltaría al 18vo lugar.
Los comerciantes de Ukiah, la ciudad más grande del condado, con 11 mil habitantes, dicen que ese dinero extra es vital. “No sobreviviríamos sin íélâ€, afirmó Nicole Martensen, de 37 años, propietaria de un negocio que vende vinos y artículos de jardinería.
Si bien la policía no interfiere con los cultivos que respetan las leyes, el cultivo, compra o venta de mariguana pueden conducir a la cárcel. Todo uso de la mariguana sin fines míédicos sigue siendo un delito y las autoridades detuvieron a 74 mil personas por incidentes relacionados con la hierba en el 2007.
Sparky Rose está preso en Lompoc, cumpliendo una condena a 37 meses por venta ilegal de mariguana.
Rose, un diseñador de portales de internet, empezó a vender en el 2001 y cuatro años despuíés suministraba mariguana a una cadena de negocios en siete ciudades, manejaba 283 empleados y generaba 5 millones de dólares mensuales en ventas. A íél le quedaban unos 500 mil dólares anuales.
“La gente me decía que querían abrir un negocio similar y me pedían consejosâ€, señaló. “Yo les decía que el peor riesgo era que, tarde o temprano, empezarían a pensar que se trataba de una actividad legalâ€.