La banca mantiene las restricciones crediticias por el miedo a la morosidad
Víctor Relaño en La Gaceta
Antes no había nadie que se quedara sin su príéstamo hipotecario o de consumo. Dos años despuíés, la banca española se encuentra inmersa en una estrategia de aversión al riesgo. A pesar de las ayudas públicas recibidas, las entidades financieras, lejos de contribuir a suavizar la caída del consumo, siguen restringiendo los críéditos que conceden a sus clientes. Una política de negocio que supone un freno añadido en el camino hacia la recuperación económica.
Los bancos y las cajas españoles mantuvieron en agosto la política de restricción crediticia que caracteriza su comportamiento en los últimos dos años. Desde que se produjo el estallido de la crisis de liquidez por el hundimiento del sistema de príéstamos subprime estadounidense, las entidades financieras han entrado en una fase diametralmente opuesta a la concesión de críédito sin límites que caracterizó la última etapa alcista del ciclo.
Las entidades financieras españolas concedieron príéstamos por un importe global de 8.646 millones de euros durante el pasado mes de agosto, según las últimas cifras difundidas por el Banco de España. Se trata de un dato que supone una reducción del 13,06% respecto al mismo periodo del año 2008.
Prudencia extrema
En aquel mes, la banca ya había abierto el proceso de reducción de la oferta crediticia por parte de las entidades financieras. La crisis de liquidez de la banca mundial, sumada al estallido de la burbuja inmobiliaria, ha sumido a los bancos españoles en una etapa de extremada prudencia en la concesión de príéstamos de cualquier naturaleza. El temor a la morosidad es moneda de cambio entre bancos y cajas, lo que ha conducido a endurecer de una manera drástica las condiciones de acceso al críédito. Según el último dato, la morosidad bancaria se encuentra en el nivel del 5,17% y no se descarta ya que finalice el año en las cercanías del 7%.
El volumen de los príéstamos para la adquisición de vivienda disminuyó el 5,67%, mientras que en el caso de los destinados a la compra de bienes de consumo duradero se redujo el 12,39%. La mayor restricción en críéditos se ha producido en los destinados a otros fines (compra de terrenos o de valores, entre otros), que cayeron el 24,95%.
Como se sabe, la crisis financiera condujo a las entidades bancarias a cerrar el grifo de los críéditos a sus clientes, para minimizar los riesgos de impago entre sus clientes. El paro constituye el peor enemigo para el mantenimiento de una política monetaria flexible, pero desde que comenzó la crisis, el desempleo se ha incrementado casi en dos millones de personas, lo que constituye diez puntos porcencuales más de paro. Una vez disipado el efecto de la inyección de fondos a los ayuntamientos, que ha provocado una caída ficticia del paro en los últimos tres meses, el desempleo ha vuelto a subir a buen ritmo tanto en los meses de agosto como de septiembre.
Subastas de liquidez
La política de restricción de liquidez se produce despuíés de que el Estado llevara a cabo una serie de subastas de adquisición de activos bancarios, mediante la que proporcionó fondos a las entidades financieras por importe global superior a los 19.000 millones de euros.
Las entidades financieras no modificaron su posición de prudencia y restricción de príéstamos a los clientes, a pesar de las fuertes críticas que recibieron en su momento, desde todo tipo de estamentos.
Encarecimiento
Las restricciones del críédito de los bancos se han llevado a cabo al tiempo que se ha realizado una subida generalizada de los tipos de interíés en todos los príéstmaos a clientes. El tipo medio de los príéstamos al consumo registró un alza de 0,84 puntos, hasta situarse en el nivel del 10,70%, mientras los príéstamos para otros fines (compra de terrenos o de valores) se encarecieron en 0,18 puntos, hasta el nivel del 5,33%.