El mercado vuelve a vivir momentos decisivos. Parece que ha pasado el susto de la semana pasada, al menos de momento, pero ni mucho menos se puede cantar victoria y asegurar que no vamos a ver una recaída por debajo de esos mínimos. Ni tampoco que vamos a tener un rebote sostenido. De hecho, la subida del martes no superó resistencias relevantes.
De momento, los índices se han metido en una consolidación lateral que puede prolongarse durante varias jornadas. Y despuíés llegará el movimiento decisivo, ya sea alcista o bajista. El Dow Jones recortó ayer el 0,2%, el S&P 500 se dejó el 0,22% y el Nasdaq, el 0,14%. Y es probable que hoy Europa frene sus avances y corrija, al menos ligeramente.
Estas caídas en Wall Street se achacan sobre todo a la comparecencia de Bernanke en el Senado, en la que habló de los planes de la Fed para retirar los estímulos extraordinarios, la famosa estrategia de salida. Esta retirada de liquidez llegará antes que las subidas de tipos, y además anunció una subida del tipo de descuento que no gustó nada al mercado.
En el frente de la deuda europea, la euforia del martes se enfrió bastante por la evidencia de que, aunque Alemania rescate a Grecia, el problema sigue estando ahí, y además, será mucho más difícil rescatar a países más grandes como España. Por lo demás, el díéficit comercial de EEUU creció más de lo esperado (gracias a la recuperación del consumo, que tiró de las importaciones).
El dólar retomó su escalada frente al euro, que acabó en 1,3736 dólares. Esto no impidió una nueva subida del crudo hasta 74,52 dólares, aunque el oro cayó ligeramente hasta 1.076,3. Los bonos cayeron en precio ligeramente, con lo que su rentabilidad subió al 3,64%.
Este jueves será el día del dato más importante de la semana: las ventas minoristas, para las que se espera un avance del 0,4% tras la caída del 0,3% en diciembre. Tambiíén tendremos los inventarios mayoristas y las demandas semanales de subsidios.
