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Autor Tema: Cimientos de barro, crónica de una muerte anunciada.  (Leído 277 veces)

Rubican

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Cimientos de barro, crónica de una muerte anunciada.
« en: Marzo 11, 2010, 08:01:06 pm »
Cimientos de barro, crónica de una muerte anunciada.

Por Francisco Escarti.

El sistema productivo español está enfermo. La era dorada del sector inmobiliario y el turismo llegó a su fin y con ella se tambalea el propio músculo económico del paí­s. Según los expertos consultados por Estrategias de Inversión las alternativas se presentan confusas debido a la falta de sectores que puedan asumir la responsabilidad de tirar de la economí­a española. Con este panorama España se enfrenta a lo que deberí­a ser un renacer de un sistema productivo deprimido por completo, en el que los pequeños empresarios deberán adquirir mayor protagonismo, pero llevará tiempo.En el primer trimestre de 2008 la economí­a española comenzó a mostrar los primeros sí­ntomas de un resfriado que ha llegado a dañar el mismí­simo pulmón económico del paí­s. El sector inmobiliario empezó a mostrar sí­ntomas de inoperancia despuíés del boom que comenzó allá a mediados de la díécada de los 90. El crecimiento perdí­a fuelle y el paí­s empezaba a afrontar una clara desaceleración.

España tardó casi 10 años en absorber una tasa de paro que a mediados de los 90 se situaba en valores cercanos al 24%. El turismo y el sector inmobiliario sirvieron de balón de oxí­geno para la economí­a, pero en menos de 2 años la herida se abrí­a con la misma fuerza y ahora se adivina “un panorama poco esperanzador, a menos a corto plazo”, según Miguel íngel Bernal, profesor de la fundación de Estudios Financieros.

Lo que comenzó como un frenazo se convirtió en una parada en seco, en una marcha atrás, en una sangrí­a de paro y díéficit, muchas son las analogí­as que se han escrito para describir la realidad subyacente: el sistema productivo español habí­a quebrado, los cimientos del sector inmobiliario se tambalearon y no aguantaron el envite de la mayor crisis financiera desde el crack del 29. En este sentido Sara Píérez Frutos, directora de Dracon Partners asegura que “el problema del sistema español es la falta de solidez y diversificación.”

En ese corto espacio de tiempo los españoles asistieron atónitos a cómo la máquina, que creí­an equilibrada en el último decenio, hací­a aguas por todas partes; pasamos del 1.927.600 parados, el 8.6 por ciento de la población a finales de 2007, a los más de 4.100.000, lo que representa el 18 por ciento de nuestra población activa en 2010, según los últimos datos publicados por el INE.

En este marco España observa, aún desde la barrera, como la recuperación económica comienza tí­midamente en el núcleo fuerte de Europa, con la eterna Alemania a la cabeza. En un paí­s donde la industria no ocupa un lugar preferente en la economí­a, muchas son las dudas que planean sobre nuestra capacidad de reacción, pero sin duda el paro es el elemento más preocupante. Con el sector inmobiliario completamente deprimido, España se desangra.

Si bien es cierto que el presidente del gobierno, Josíé Luis Rodrí­guez Zapatero sacaba pecho y denominaba el año 2006 como “el más brillante”, algunas voces trataban de desinflar el globo de la euforia y hací­an un análisis más crí­tico de la situación; no estaban mal encaminadas las palabras del entonces responsable comunitario de Asuntos Económicos, Joaquí­n Almunia quien advertí­a de la necesidad de “establecer mecanismos de cambio profundo en el sistema productivo español”.

Es evidente que España debe reconsiderar su manera de afrontar el futuro pero lo importante de un primer paso no es la distancia, es la dirección y es aquí­ donde se plantean las grandes incógnitas para este paí­s, ¿hacia que sectores deberí­a diversificar España su sistema productivo?, ¿quíé sectores van a drenar la herida del paro? Y lo que quizá plantee mayor problema: ¿que margen de maniobra tiene un gobierno cuando es el corazón de la economí­a lo que falla?

En primer lugar “el mercado laboral español necesita una revisión a fondo” según ílvaro Blasco, director de Atlas Capital. Para Sara Píérez Frutos el mercado de trabajo español es poco flexible. Además Píérez Frutos añade que “tambiíén se trata de un problema cultural y de movilidad, “a gente que vive en Madrid le ofreces un trabajo en Toledo y posiblemente no lo acepte, eso es impensable en otras zonas de Europa.”

Por otro lado, según Miguel íngel Bernal, España presenta grandes deficiencias en tres aspectos que afectan de manera directa al sistema productivo: educación, idiomas y nuevas tecnologí­as. Que la formación profesional es una asignatura pendiente no es ninguna novedad, pero es ahora cuando le vemos las orejas al lobo ya que casi el 25% del paro actual está falto de formación y eso “es esencial porque abre puertas” –asegura Píérez- “va a ser muy difí­cil recolocar a todos esos parados”, finaliza.

Otro punto importante serán las decisiones que tomen los cí­rculos polí­ticos de cara a los próximos 10 años, tiempo que según Bernal será necesario para la normalización de las cifras de paro. No es este un paí­s de grandes industrias por lo que parece que a medio-largo plazo no va a ser este el sector encargado de drenar la herida. Para Píérez Frutos “las renovables y de infraestructuras serán las empresas con mayor proyección” y coincide con Bernal en que “todas las medidas que fomenten y ayuden a los emprendedores a crear nuevas empresas, pequeñas y medianas, serán necesarias para la corrección en la tasa de desempleados.” Sin embargo para ílvaro Blasco el sector de las renovables “aunque ahora estíé de moda presentan un techo claro en cuanto a expectativas de carrera profesional.”

El turismo no presenta tampoco sus mejores cifras, “llegando a representar el 15% del PIB nacional, se coloca ahora en el 10%” asegura Bernal, lastrado como no por la sempiterna influencia del sector del inmueble, “que no se normalizará hasta dentro de cuatro o cinco años, aunque no volverá a las cifras anteriores”. Píérez Frutos es aún más gráfica: “el turismo de playa y alcohol no presenta ningún valor añadido, se puede hacer lo mismo en Croacia y mucho más barato.” Aunque en este apartado ílvaro Blasco se muestra medianamente optimista afirmando que “si los precios de la vivienda bajan lo suficiente es probable que los extranjeros vengan y compren aquí­.”

Como conclusión, los expertos consultados coinciden en que no importa el signo de los partidos que gobiernen en los próximos años ya que el problema va más allá de una tendencia polí­tica, es un problema estructural e intrí­nseco al modelo económico que nos hizo crecer en otro tiempo y que ahora de manera inevitable se resquebraja.


¡Se nos va de las manos!