El presidente Barack Obama pidió el miíércoles al Congreso que derogue millones de dólares en exenciones fiscales otorgadas a las empresas petroleras y elabore un proyecto de ley de energía limpia que permita a Estados Unidos poner fin para siempre a su “adicción a los combustibles fósiles“.
Obama pronosticó que encontrará el respaldo político para adoptar una nueva legislación que altere la forma en que el país abastece de combustible a sus viviendas y automóviles, inclusive un impuesto a la contaminación de carbono, pese a que la idea no goza de gran apoyo y sigue empantanada en el Senado.
“Los votos (para adoptarla) quizá no existan ahora, pero pienso encontrarlos en los próximos meses“, dijo Obama. “Seguiríé impulsando la idea de un futuro de energía limpia y siempre que pueda, trabajaríé con cualquiera a fin de lograrlo y lo lograremos“, agregó.
Obama dijo que la persistente dependencia del crudo de otros países pondrá en peligro la seguridad estadounidense y “ahogará nuestro planeta“.
El presidente habló mientras continúa la fuga de crudo en el Golfo de Míéxico, frente a la costa de Luisiana, y prometió: “Libramos esta batalla cada minuto de cada día“ a fin de cegar el pozo abierto en el lecho marino.
La propuesta para derogar las exenciones fiscales a las empresas del petróleo es un tema que mencionó Obama en otras ocasiones, incluso en sus últimas propuestas presupuestarias.
Ello significa mejorar la eficiencia energíética, usar las reservas de gas natural e incrementar la energía nuclear, “y significa derogar miles de millones de dólares en exenciones fiscales a las empresas petroleras para que podamos dar prioridad a las inversiones en la investigación y desarrollo de energía limpia“.
Obama dijo que el derrame del Golfo “quizá resulte ser la consecuencia de un error humano — o de las corporaciones que han usado peligrosos atajos que comprometen la seguridad“ — aunque resaltó que las prospecciones a gran profundidad son inherentemente arriesgadas, por lo que Estados Unidos no puede depender solamente de los combustibles fósiles.
El mandatario usó la ocasión además para fustigar a los republicanos con su retórica partidista, afirmando que “han permanecido mayormente al margen para vociferar desde los graderíos“ mientras su gobierno intenta apuntalar la economía.
Obama intenta encarar el doble problema del desastre ecológico en el Golfo de Míéxico --y su imposibilidad de contenerlo-- con la proliferación de crisis en el extranjero, al mismo tiempo que intenta asegurar a los estadounidenses que trabaja con denuedo en la primera angustia nacional, la economía y el desempleo, persistentemente elevado.