El Banco de España hará públicos los test de estríés realizados a las entidades en nuestro país para calmar a los mercados financieros. Esta iniciativa ha sido aplaudida tanto por el sector como por el Gobierno. El objetivo es demostrar la solvencia del sector y su capacidad de resistencia ante unas circunstancias económicas mucho más adversas a las actuales.
El Santander, con un escenario de crisis brutal en nuestro país, sería capaz de asumir las píérdidas asociadas a su cartera crediticia con sus ingresos ordinarios. El agujero previsto en este caso en su red en España y en su filial Banesto "no superaría el 80% del margen de explotación de 2009 en ninguno de los ejercicios de 2010, 2011 y 2012", según indica en su informe anual. De esta manera le quedarían en torno a 1.000 millones para hacer frente a los gastos operativos y a los impuestos.
No obstante, el grupo contaría con otros negocios para compensar las dificultades que podrían surgir en el mercado español, que de todas maneras "ve muy lejana" la llegada de unos años excesivamente complejos. La más crítica de las coyunturas manejadas por el Santander en su test de estríés consiste en una intensa contracción del Producto Interior Bruto (PIB) en España para 2010 y 2011 y un ligero crecimiento en 2012, con caídas en el precio de la vivienda adicionales a las ya observadas, hasta alcanzar un 41% acumulado.
Probabilidad reducida
El banco considera que a este escenario le asigna una probabilidad muy reducida debido a la "experiencia histórica. Debido a las exigencias del Banco de España, está obligado a realizar de manera periódica pruebas de solvencia teniendo en cuenta los riesgos en sus carteras de críédito.
El Santander resalta además que cuenta, a cierre de 2009, con unas provisiones de 6.727 millones para hacer frente a posibles impagos, un colchón que limitaría los efectos de un aseveramiento de la recesión en nuestro país.
El test de estríés hecho por la entidad y analizado por el supervisor indica que, con una crisis brutal, el sector inmobiliario y el de la construcción aportarían unas píérdidas de 4.208 millones.
España contribuye a la cuenta de resultados del grupo cántabro en menos de un 30% y este año está previsto que represente en torno al 20 por ciento. La diversificación es subrayada siempre por sus responsables, principalmente por su presidente. Emilio Botín destaca que una de las armas para resistir a la crisis es la dispersión geográfica de su negocio. Brasil será a partir de ahora el nuevo motor del grupo, que aportará un 23% de los beneficios totales en 2010.
La misma prueba ha sido realizada por todos los supervisores europeos a las principales entidades. Fuentes del Gobierno español avanzaron ayer que el Santander ha recibido la mejor calificación. El otro gran banco de nuestro país, BBVA, aparece en el segundo lugar.
Botín, satisfecho
Botín afirmó que es una "gran noticia" que la entidad que preside ocupe el primer puesto en las pruebas de estríés. "Estoy muy contento de haber ocupado el número uno. Si estábamos ya primeros en Europa en capitalización en bolsa y en beneficios, me ha gustado muchísimo que estemos primeros en temas de solvencia", declaró en Canarias tras desvelarse la noticia.
Estos datos fueron comentados ayer por el presidente el Gobierno español, Josíé Luis Rodríguez Zapatero, y el primer ministro británico, David Cameron, durante una entrevista en Bruselas. Zapatero se mostró partidario de publicar los test de manera individualizada para que los mercados discriminen en función de datos objetivos.
El presidente de la Comisión Europea tambiíén defendió la necesidad de revelar los datos de las pruebas a todos los bancos, que se hará efectivo en julio. El FMI, por su parte, apremió a que se publiquen lo antes posible.
Horas previas, el vicepresidente del Santander, Matías Rodríguez Inciarte, y el responsable de la AEB, Miguel Martín, consideraron este hecho un "paso fundamental".
