Por... Juan Josíé Hoyos
¿Dónde están los millones de barriles de petróleo crudo arrojados al mar por la plataforma de la British Petroleum que estalló en llamas y se hundió bajo las aguas en el Golfo de Míéxico? Desde abril, cuando ocurrió la explosión frente a las costas de Luisiana, esta ha sido la pregunta que más ha preocupado a los científicos dedicados a investigar el desastre petrolero.
Para empezar, hasta hoy nadie sabe a ciencia cierta cuánto crudo se escapó de las tuberías colapsadas en las profundidades del ocíéano. Según la British Petroleum, el pozo pudo verter al mar unos 210 mil galones diarios de crudo. Grupos de ecologistas calculan las fugas en un millón 50 mil galones diarios. El gobierno de Estados Unidos estima que la plataforma averiada dejó escapar al menos 4 millones 900 mil barriles de crudo.
La fuga fue controlada provisionalmente hace un mes.
Miles de barriles fueron recuperados por barcos equipados con potentes máquinas de bombeo. Miles más fueron diluidos usando dispersores químicos. Sin embargo, para sorpresa de los oceanógrafos, la mayor parte de la gran masa de petróleo derramado se había esfumado, por lo menos a primera vista.
El misterio empezó a aclararse esta semana. Una investigación sobre los efectos del derrame de crudo publicada en la revista Science reveló que un grupo de oceanógrafos encontró en el golfo, a unos 900 metros de profundidad, una enorme estela de sustancias químicas de 200 metros de alto, dos kilómetros de ancho y 35 kilómetros de largo, casi todas derivadas del petróleo. La enorme masa, oculta bajo el mar y hasta ahora imperceptible, contiene bencina, tolueno (un diluyente), etilbenceno y xileno. La expedición fue promovida por Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI), una prestigiosa institución privada sin fines de lucro dedicada al estudio oceanográfico, con sede en Massachusetts, Estados Unidos. El estudio se realizó usando un barco oceanográfico de última generación, sondas y un vehículo autónomo submarino. Los científicos analizaron más de 57 mil muestras tomadas en distintas partes del golfo.
Richard Camilli, jefe de la expedición, dijo que la gigantesca estela fue detectada en junio y se desplazaba lentamente hacia el sudeste del sitio donde estalló la plataforma. "Hasta ahora esta estela era considerada teórica", explicó Camilli. El estudio asegura que no está formada de "petróleo puro", sino de numerosos componentes petrolíferos y productos químicos dispersores. Dada la extensión de la masa de esta "nube" submarina de hidrocarburos y residuos, íésta podría "subsistir en el ocíéano mucho más tiempo de lo que se pensaba".
Los resultados de la investigación del WHOI fueron confirmados por otro estudio de la Universidad de Georgia, tambiíén dado a conocer esta semana. De acuerdo con sus conclusiones, tres cuartas partes del crudo vertido por el pozo Macondo fluyen todavía bajo la superficie del Golfo y pueden representar una amenaza para los ecosistemas marinos. "La idea de que el 75 por ciento del petróleo ha desaparecido y ya no es preocupante para el medio ambiente es absolutamente incorrecta", dijo Charles Hopkinson, director del equipo científico que realizó la investigación. Según sus palabras, hasta el 79 por ciento de los 4,9 millones de barriles de petróleo que se calcula se derramaron al mar permanecen en el Golfo.
El problema de fondo es aun más grave: según varias organizaciones ecologistas, algunos de los fabricantes de dispersores químicos usados despuíés del desastre están protegidos bajo una cláusula de Información Confidencial de Negocios. Mildred Real, de La Onda Verde, dice que "esto les permite guardar silencio amparándose en la Ley y no revelar el potencial impacto que pueden causar estos dispersores en el ambiente, la calidad del agua y del aire y la salud humana, especialmente ahora que han sido usados en un lapso de tiempo prolongado y en cantidades que nunca han sido evaluadas".
Todo indica, entonces, que los daños provocados por el derrame petrolero del golfo de Míéxico no son los que hemos visto en la superficie de las aguas y en las costas del sur de Estados Unidos: son profundos y están en lo profundo. Y por mucho tiempo seguirán sepultados como un secreto en el fondo del mar.
