Josíé Luis Rodríguez Zapatero se vistió ayer con el traje de ortodoxo ante los grandes inversores de Estados Unidos. El presidente del Gobierno español, reunido con financieros y gestores de fondos especulativos en Nueva York, contó lo que los asistentes querían escuchar.
Zapatero aseguró que la Administración mantiene su “firme determinación†de realizar las reformas y los ajustes fiscales necesarios para que la economía vuelva a ser competitiva. El socialista intentaba así infundir tranquilidad a los asistentes, que tienen inversiones en deuda pública española a corto y largo plazo, y despejar sus dudas sobre el futuro de la economía.
El presidente, sin embargo, no convenció a parte de los participantes en la cita, entre los que se encontraban el financiero George Soros –quien se limitó a definir la reunión como “conversación interesanteâ€â€“ y el gestor de fondos especulativos John Paulson. Todos habían sido convocados por el Tesoro a una reunión, que duró dos horas.
Zapatero, que buscaba atraer recursos de estos inversores, crispó el ambiente al inicio de la reunión, al criticar al sector financiero por su papel en la crisis de la deuda soberana en Europa, el pasado mayo. A su juicio, la banca contribuyó a las turbulencias sufridas por países como Grecia con comportamientos especulativos. Además, el presidente lamentó que su Administración haya tenido que adoptar decisiones “difíciles y complicadas†para conseguir así que los mercados “valoren†su determinación para que la economía vuelva a crecer en un futuro inmediato.
Despuíés de estas críticas, ya más conciliador, el socialista admitió su preocupación por el hecho de que el díéficit haya llegado a cifras “muy altas†a finales de 2009 (superando el 11% del PIB). En su opinión, este escenario provocará que la fase “de gasto público y estímulos fiscales se ha terminado†y que España cumpla su “ambicioso†plan de reducción del díéficit. En 2011 llegará al 6% del PIB y en 2013, al 3%.
Los inversores escucharon de boca de Zapatero las medidas que la Administración ha ejecutado y las que todavía tiene en cartera para conseguir este objetivo, entre ellas la reducción de la inversión pública en infraestructuras, la congelación de la revalorización de las pensiones para el próximo año y la reforma del mercado laboral y del sistema de pensiones. í‰ste “goza de buena saludâ€, según el presidente, pero es necesario aceptar que la evolución demográfica en la próxima díécada provocará que las pensiones realicen una fuerte presión sobre el conjunto de los fondos públicos.
Pese al repaso a los compromisos del Gobierno realizado por el socialista, la convocatoria fue definida por varios asistentes como un acto diplomático y de pura palabrería, más que como una reunión para analizar en profundidad los planes de la Administración.
Los financieros, además, se mostraron divididos sobre la confianza en la recuperación de la economía española, persistiendo las dudas de que pueda sufrir los problemas que han experimentado otros países europeos o que se incapaz de cumplir con sus compromisos de reducción del díéficit. Así lo aseguraron varios presentes en la cita a EXPANSIí“N al tíérmino de la convocatoria.
Infraestructuras
Con independencia de las divisiones sobre la evolución de España, los participantes sí mostraron su interíés por distintos proyectos que el Gobierno tiene en marcha, como la construcción de infraestructuras. Este sector interesa a los gestores presentes en la convocatoria, igual que la posibilidad de que se privaticen los aeropuertos. Las energías renovables, por su parte, tambiíén se analizaron en la convocatoria. El presidente repasó el estado de las primas públicas al sector, que se están racionalizando en el área fotovoltaica, donde los participantes tienen inversiones.
Zapatero pronunció despuíés un discurso en la Universidad de Columbia, en la que volvió a atacar al sector financiero y asegurar que los mercados habían sido "ciegos" durante la crisis. El socialista, además, aseguró que subir o bajar impuestos es una decisión que puede adoptar según convenga y que actuar así carece de tintes ideológicos.
Hay que rezar por España
Al tíérmino de la reunión entre Josíé Luis Rodríguez Zapatero y directivos de bancos de inversión y gestoras estadounidenses como Citigroup, Morgan Stanley, Goldman Sachs, Prudential, Metlife, Blackrock o Travelers, el ánimo entre los asistentes era de esperar y ver antes de pronunciarse sobre cómo evolucionará la economía española en el futuro.
Uno de los gestores, que se negó a ser identificado públicamente para evitar problemas con el Gobierno de Zapatero, aseguró que la situación de España "es desafiante" y que "hay que rezar" para que el país pueda salir de la recesión. Fuentes de Moncloa admitieron que era difícil averiguar lo que pensaban los financieros al tíérmino de la cita y que el presidente del Gobierno había hecho "los deberes". Zapatero tambiíén intentó convencer de su voluntad de reformas ante el ex presidente de la Reserva Federal y actual asesor de Barack Obama, Paul Voclker. Los dos se encontraron ayer a petición de Volcker.
La estrategia de Moncloa
1. El Gobierno español convocó a inversores y financieros estadounidenses a una reunión con el presidente, Josíé Luis Rodríguez Zapatero.
2. Zapatero buscaba vender la economía española, defender sus políticas y captar recursos de un colectivo que tiene posiciones en deuda pública.
3. El socialista aseguró que la economía se va a recuperar, aunque admitió que el díéficit le preocupa y que realizará reformas y ajustes.
4. El dirigente lamentó que el sector financiero acentuara la crisis de la deuda pública en Europa con sus movimientos y prácticas especulativas.
5. El Ejecutivo defendió que España cumplirá sus objetivos de reducción de díéficit y que se actualizará el sistema de pensiones.