El dólar se sitúa en el centro del huracán
por Carmen Ramos en Expansión
La reunión de la Reserva Federal ha sido el acontecimiento más esperado de la semana bursátil. Como se estimaba, la entidad mantuvo los tipos de interíés en los niveles actuales y no mostró ninguna prisa por modificarlos.
Tambiíén se esperaba que Bernanke, su presidente, ratificara las palabras de Obama y sin tapujos hablara de la ralentización de la economía y de la disposición del organismo para tomar las medidas necesarias.
Que la institución afirmara que estaba preparada para intervenir si la situación lo requiere, fue el mensaje que inicialmente caló en los inversores, de manera que la primera reacción de Wall Street fue al alza. Sin embargo, en el discurso del máximo responsable de la Fed tambiíén había muchas sombras, de manera que las dudas afloraron con rapidez.
En principio, la institución no concretó ningún tipo de medida, y sólo seguir inundando de liquidez el mercado, a travíés de nuevas compras de Deuda Pública, conlleva muchos riesgos, pero lo que más inquietó a los mercados fue la preocupación que Bernanke mostró por los niveles actuales de los precios. En agosto, la inflación se situó en el 1,1%, por debajo de los niveles que se consideran adecuados para que se anime el consumo y el empleo. Entrar en un proceso deflacionista es lo peor que le puede ocurrir a una economía, ya que el consumo se paraliza ante la previsión de nuevos descensos de los precios.
Pensar que Japón lleva diez años luchando por salir de ella ya dice todo. Las alertas saltaron en diversos mercados. Si, por una parte, el dinero se refugió en los mercados de deuda, provocando un repunte de su precio y, por tanto, una caída de la rentabilidad; por otra, los mercados de oro y divisas acapararon la atención de los inversores.
Se vendieron de forma másiva dólares y se compró oro, de manera que el precio del vil metal ha alcanzado un máximo tras otro. Para unos, el refugio seguro; para otros, un paso más en la formación de la próxima burbuja.
Paralelamente, el tipo de cambio del euro frente al dólar ha alcanzado el nivel más alto desde el pasado abril, recuperando los niveles anteriores a la crisis griega. Tal vez , sea un exhausto dólar el que tire de las exportaciones estadounidenses y logre sacar adelante a la economía.