La salud de la economía lusa preocupa a los porgueses pero tambiíén a su país vecino. Es decir, a nosotros. No es para menos. Nuestro país se juega cerca de 75.000 millones en este territorio, en concepto de bonos, según los últimos datos publicados por el Banco Internacional de Pagos.
El sector bancario es sin duda el más perjudicado. Y el Santander, el banco con mayor exposición a la deuda portuguesa, con una cartera valorada en 4.900 millones de euros en bonos, al cierre de junio. En cuestión de riesgo, le siguen el Popular, con 657 millones de euros, y el BBVA, tenedor de 630 millones.
El riesgo de impago tambiíén sobrevuela sobre entidades financieras algo menores. Es el caso del SIP Mare Nostrum y de Banco Pastor, que disponen de unas carteras valoradas en 115 y 105 millones de euros en bonos portugueses, respectivamente.
Más allá del sector financiero, las constructoras cuentan con grandes intereses en el país luso. FCC y Sacyr Vallehermoso están presentes en una docena de proyectos en Portugal. Mientras que la elíéctrica Iberdrola, maneja importantes negocios en el país vecino. Entre otros, 3 contratos, por valor de 5 millones de euros, para suministrar energía a la red ferroviaria lusa.