Mediaset España no está dispuesta a quedarse como mero accionista financiero de Canal+. Según anunció ayer el grupo italiano en una conferencia con analistas, reclamará el derecho de veto en el Consejo de Administración de la plataforma digital a principios de 2012, una prerrogativa que pactó con el Grupo Prisa y que la Comisión Nacional de Competencia (CNC) torpedeó a finales de 2010. A petición de la compañía de Paolo Vasile, la institución que preside Joaquín García Bernaldo de Quirós tendrá que volver a pronunciarse sobre la cuestión en los próximos meses, lo que impedirá hasta al menos septiembre de 2012 que Prisa pueda hacer caja con la venta de su 17,3% de Telecinco.
El propio responsable financiero de Prisa, Fernando Abril-Martorell, fijaba los plazos en una conference call celebrada esta misma semana. Según explicó, Mediaset tiene derecho a solicitar el derecho de veto en el Consejo de Administración de Canal+ hasta marzo de 2012. Despuíés se abriría un proceso de seis a nueve meses en que la CNC debe decidir de nuevo. Un escenario que podría bloquear cualquier decisión hasta finales de 2012. Prisa, necesitada de reducir sus crecientes 3.500 millones de euros de deuda, se plantea hacer caja con sus activos no estratíégicos. Un cajón en el que cabe su participación en Telecinco, que hoy le aportaría en torno a 350 millones y que en su día fue valorada en cerca de 500.
Vasile y el consejero delegado de la editora de El País, Juan Luis Cebrián, cambiaron cromos en su día. En síntesis, Mediaset entraba con un 22% en Digital+ y a cambio cedía a Prisa un 17,3% de su compañía. Según constaba en la letra pequeña del pacto, la empresa de los Polanco mantenía la mayoría en la televisión de pago pero otorgaba al grupo italiano derecho de veto en su Consejo de Administración. Todos contentos menos la CNC, que birló a Vasile esa prerrogativa como condición para aprobar la operación. Tras el revíés, el empresario romano sólo siguió adelante tras arrancar a Prisa una opción preciosa para restablecer el contenido íntegro del acuerdo inicial al cabo de un año y someterlo de nuevo a Competencia. Si esta sigue en sus trece, Mediaset puede deshacer toda la transacción.
Es la vía que se abre ahora y cuyas consecuencias son impredecibles. Sobre todo para las huestes de Cebrián. “Si Mediaset decide cancelar la operación, Prisa tendría más ebitda [beneficio antes de impuestos, depreciaciones y amortizaciones] gracias a la televisión de pago, pero se despediría del dinero de una posible venta de Telecincoâ€, explican fuentes del mercado. Prisa ha puesto en marcha toda su maquinaria para inyectar fondos en la empresa y convencer a la banca de que refinancie su deuda hasta 2016. Sin ir más lejos, ha cerrado el ejercicio de 75 millones de warrants para añadir 150 millones a su tesorería, prevíé buscar en el mercado otros 500 a travíés de bonos y siempre contó con vender su 17,3% en Telecinco.
Telecinco no engañó a nadie
La decisión de Mediaset no puede ser una sorpresa para Cebrián. Sus gestores sólo confirmaban ayer lo que ya había adelantado a principios de año el consejero delegado para el área de publicidad, Giuseppe Tringali. “Aspiramos a tener una participación más industrial en Digital+. No tenemos el derecho de veto, pero vamos a pedirlo más adelante, dentro de un año, para tener una participación más activaâ€, aseguraba durante la presentación de la estrategia publicitaria del nuevo grupo ampliado con Cuatro. Y es que Berlusconi se ha cubierto bien las espaldas en su asociación con Liberty y los Polanco. No sólo puede revisar los pactos alcanzados en caso de no tener más peso en la plataforma de pago. Tambiíén puede hacerlo si, por ejemplo, si hay un cambio de control en Prisa.
A favor de la dueña de la Cadena Ser juega la mala relación que Vasile ha forjado con la CNC. “Es una de las grandes tragedias de este país. Vivimos bajo un chantaje. Su único manual de instrucciones es El proceso de Kafkaâ€, decía recientemente en un píésimo trabajo de relaciones públicas. Y añadía que no tenía la menor intención de abonar la multa que le impuso el organismo por no detallar su calendario de fusión con Cuatro. “No se pagará. Está recurrida y todos saben que se ha puesto una multa por exceso de velocidad a un coche que estaba en el garajeâ€, zanjó. Si finalmente la CNC le niega de nuevo el derecho de veto, Mediaset España tendrá que decidir si sigue o rompe con Prisa con la calculadora en la mano, en un escenario de severa crisis publicitaria.
Y es que los resultados hasta septiembre presentados ayer por Mediaset no dejan de incluir incertidumbres, en tanto recorridos por un evento puntual, como es el Mundial de fútbol de Sudáfrica. Los ingresos brutos por publicidad del grupo –Telecinco más Cuatro- alcanzaron hasta septiembre los 706,65 millones. En 2010, la entonces cadena en abierto de Prisa alcanzó los 209,23 y la de Vasile, 572,89. En total, más de 782 millones. ¿Conclusión? Mediaset no ha exprimido todavía la compra de Cuatro desde el punto de vista publicitario. Ha sacado adelante el resultado por la vía de la reducción de costes, que han pasado de más de 705 millones en 2010 a 611,55, un 13,3% menos. En suma, la compañía presentó un beneficio neto nada despreciable, de 107,65 millones.