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Autor Tema: entrevista a Eduard Punset  (Leído 2210 veces)

alken

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entrevista a Eduard Punset
« en: Junio 16, 2008, 01:24:55 pm »
Entrevista en 'Redes'


El dí­a 21 de Enero de 2001 se emitieron seguidamente, como era costumbre entonces, los programas 'Negro sobre Blanco' y 'Redes' en la 2 de TVE. El programa de Fernando Sánchez Dragó tuvo como invitado a Eduard Punset, presentador de 'Redes'. A continuación, y para seguir con el juego, 'Redes' contó con la presencia de Fernando Sánchez Dragó, que fue entrevistado por Eduard Punset sobre la religión y la vida despuíés de la muerte en el programa titulado 'El espí­ritu del milenio'. La entrevista que a continuación se reproduce pertenece a la entrevista a Fernando Sánchez Dragó realizada por Eduard Punset:

Eduard Punset. ¿Dicen que la ciencia es la nueva religión?

Fernando Sánchez Dragó. Bueno, ya lo fue en la antigí¼edad cuando religión, ciencia y filosofí­a estaban unidas en la noche egipcia, helíénica y luego se separaron. Yo creo que una de las cosas más esperanzadoras que están sucediendo en estos momentos es que poco a poco vuelven a unirse ciencia, teologí­a, filosofí­a y religión.

EP. ¿ Podemos hablar de la vida en el más allá en tíérminos cientí­ficos?

FSD. Sólo se puede hablar de la vida en el más allá en tíérminos cientí­ficos. Lo demás es fe y la fe es siempre superstición. Yo no creo en nada. Yo sólo acepto aquello que verifico. Desde este punto de vista cuando se habla de religión yo señalarí­a que hay dos grandes tipos de religiones y que la una no tiene nada que ver con la otra: la religión exotíérica y la religión esotíérica.

La religión exotíérica está basada en unas sagradas escrituras y te exige la creencia, la fe ciega en lo que dicen las sagradas escrituras. Por ejemplo, te dicen que Moisíés atravesó el Mar Rojo, que Jesús nació de madre virgen o te dicen, como en el hinduismo, que el globo terráqueo descansa sobre un elefante y que este elefante descansa sobre una tortuga y que esta tortuga descansa sobre una serpiente, y cuando les preguntas en quíé se apoya la serpiente cambian la mirada y ya no saben quíé responderte.

Frente a este tipo de religiones, que son las que generan las iglesias, hay otro tipo de religión que es la del mí­stico, que es la religión esotíérica. El mí­stico es un señor que actúa como un cientí­fico. Tiene un laboratorio que es su propia conciencia y a travíés de unos experimentos como la meditación, el ayuno, la soledad o la ingesta de alimentos provoca la modificación de los estados de conciencia, los observa y llega a conclusiones sobre la trama del universo.
Este tipo de religión es esotíérica, es distinta. Lo que dice el mí­stico budista, Juan de la Cruz o Teresa de ívila es lo mismo. En cambio lo que dicen las religiones exotíéricas, las religiones que generan iglesias es completamente distinto.

EP. ¿En las religiones exotíéricas metes a la cristiana?

FSD. En todas las religiones hay un doble nivel, la religión basada en la fe y en las supersticiones, que es para el común de los mortales, y otras para aquíéllos como los mí­sticos, los filósofos, los sabios, los cientí­ficos, que han accedido a zonas más elevadas del saber. En todas las religiones existe lo que se llama la Teorí­a del Conocimiento. En el cristianismo existe el gnosticismo, que fue de los cátaros de Alejandrí­a, el del Islam, el sufismo, etc. En el hinduismo, el budismo y el tantrismo todo esto serí­an las vertientes esotíéricas, es decir las vertientes mí­sticas de las religiones.

EP. Tú te mueves bien en estas fronteras entre ciencia y religión. No ves esta historia de las dos culturas. Yo veo cientí­ficos que entrevistamos en 'Redes' que me dan respuestas más precisas que los novelistas, sobre los grandes interrogantes que tiene la gente...

FSD. La respuesta de estos cientí­ficos, que a lo mejor no son cientí­ficos sino tíécnicos, es siempre más precisa porque simplifican el problema. A mayor simplicidad del problema, mayor simplicidad de la respuesta. Cuando dices las dos culturas... pues yo creo que aquí­ está la madre del cordero, Eduardo. Monismo y dualismo. El pensamiento occidental es un pensamiento dualista: hay un dios y un demonio, la vida y la muerte, la naturaleza y el ser humano separado de ella.

En cambio, en el pensamiento oriental lo que hay es monismo no hay vida ni muerte. Todo es una misma cosa, fases diferentes de un mismo proceso.

El Bhagavad Gita, que es uno de los textos poíéticos más sublimes que jamás se hayan escrito, es tambiíén uno de los textos cientí­ficos más racionales que jamás se hayan escrito. El Bhagavad Gita, que serí­a el evangelio mayor del hinduismo, es un fragmento del Mahabharata en el cual el prí­ncipe Arjuna tiene que entrar en combate con un ejíército formado por sus primos, hermanos y... titubea. Entonces se le aparece Krishna y le explica el por quíé del universo. En el pensamiento occidental no se cree que la vida y la muerte sea una sola cosa y por esto estamos todos enfrentados: hombres contra mujeres, las derechas contra las izquierdas y los obreros contra los patronos. Es un mundo troceado, no religado. Lo positivo, lo positivo del pensamiento religioso es que nos explica un mundo en el que no hay enfrentamientos. Mira el diagrama del yin y del yang que se ha puesto tan de moda tambiíén en el mundo occidental. Hay una interpenetración de occidente en oriente y de oriente en occidente.

EP. Si formamos parte de esta realidad yo empezarí­a a entender por quíé tú crees en la otra vida. Se dijo que creí­as en Dios y en la otra vida...

FSD. Yo ya te he dicho que no creo en nada. Verifico. No creo en nada y menos que nada en la otra vida. De la misma forma que hay infancia, adolescencia, juventud, madurez y vejez y luego llega la muerte. Todo esto sigue porque hay formas más complejas de realidad. Por supuesto, yo no creo en dios alguno.

Yo no creo en un dios separado del universo que con su dedo diga "hágase la luz" y que la luz se haga. Lo que yo creo es que hay una energí­a, la fuerza del "jedi" por decirlo de alguna manera, y esta energí­a va creando, va desarrollándose a lo largo de la historia universal a partir del inicio. Esta energí­a va creando formas más complejas de existencia. Cuando morimos seguramente se nos abren las puertas de este mundo sutil, nos desposeemos de los condicionamientos del mundo denso de la carne, del cuerpo, de las enfermedades y pasamos a otra dimensión de la misma realidad.

EP. Fernando, ¿nos ha ayudado en tu discurso este aparato que tenemos aquí­ en el plató, que es una imitación de la imprenta original?

FSD. Bueno yo cuando vi este artefacto pensaba que era una guillotina. Yo creo que todo esto es ambiguo. Te voy a decir que yo hago un programa 'Negro sobre Blanco' y que...

EP. Vamos a ver lo que es un libro electrónico.

FSD. En este puñetero libro electrónico yo he visto dos cosas. Uno es el libro electrónico que se imprime que no es más que un perfeccionamiento del artefacto de Guttenberg. El libro electrónico de verdad íéste que nos ha enseñado el reportaje y que parece una pantalla. Bueno... yo te digo... esto realmente puede sustituir al libro tradicional, no síé. Yo cuando leo doblo las páginas, anoto, hago observaciones.

Siempre leo varias horas al dí­a. Mientras viajo. No hay tiempos muertos. En un artilugio como íéste, ¿quíé pasará si en el momento más interesante de la lectura se apagan las pilas? Todo esto son modas que jamás fraguarán, ya lo verás. La gente seguirá recurriendo siempre al viejo concepto de libro.

EP. Fernando, querí­a saber si a la audiencia de 'Redes' le gustarí­a saber cuál serí­a el proyecto más seductor para ti...

FSD. Este milenio no va a durar mil años. Va a durar mucho menos. Va a durar poquito. Estoy convencido de que el paso del "homo sapiens" por el globo terráqueo está a punto de terminar, precisamente por el impacto de la tecnologí­a. Yo siempre vivo el presente, sólo acontece lo que sucede. Yo lo único que deseo para progresar es un barril para protegerme. Pero bueno, el proyecto en el que yo me embarcarí­a es el más serio que tiene delante de sí­ el ser humano: la revolución del cerebro.

Todos sabemos que cada persona desarrolla una parte mí­nima del cerebro. ¿Por quíé vamos a crear cerebros artificiales, si sólo hemos desarrollado una mí­nima parte de nuestro cerebro? ¿No serí­a mejor que alcanzáramos la fusión de lo derecho y lo izquierdo, de los dos hemisferios?

Y otro conseguir, que no fuera el cerebro reptiliano, el paleocortex, el que condicione nuestras acciones. Es verdad que somos poseedores de una tecnologí­a que nos permita, sabe dios quíé maravillas, pero es verdad que utilizamos esta tecnologí­a en función del cerebro reptiliano y no del neocortex, que serí­a lo especí­ficamente humano. El cerebro reptiliano nos sirve para reptar, como su nombre indica. El cortex nos sirve para caminar. El neocortex nos sirve para volar mientras que l'amigdala y el cerebro reptiliano están condicionando nuestras acciones y no conseguimos avanzar por mucho que sea nuestra tecnologí­a.

Tú sabes, Eduardo, que lo que estás haciendo o lo que estoy haciendo en 'Negro sobre Blanco' no sirve para nada. Los mensajes de la televisión estan programados a una cierta velocidad y perforan el cortex, el neocortex y van directamente al cerebro reptiliano, lo que significa que no se racionalizan, por lo que fácilmente los olvidamos. Para lo único que sirven es para fomentar nuestros miedos que es para lo que sirve el cerebro reptiliano. Los niños, a fuerza de ver televisión, luego van al colegio y matan a algunos de sus compañeros. Están actuando en función de estos mensajes que perforan su cerebro.

EP. Son las hipotecas geníéticas... Fernando, ¿crees que hay vida antes de la muerte?

FSD. Es una vida al ralentí­, es una vida mutilada, es una vida condicionada por el cerebro reptiliano del que hablábamos antes... por el paso de lo denso. Pero por supuesto hay un proceso de crecimiento a lo largo de esta vida. Es la única vida que hay.

EP. ¿No será una alucinación?

FSD. Bueno, ya sabes que en el pensamiento oriental a lo que ellos llaman "maya" nosotros lo llamamos ilusión. Cuando uno modifica sus estados de conciencia es cuando Isis rasga su velo y presenciamos el espectáculo de la verdadera realidad, que es cuando empezamos a entendernos a nosostros mismos.

Lo que entendemos es que la vida es un banco de pruebas, es un campamento espartano en el cual tendremos que aprender a forjarnos y a averiguar quiíénes somos. Por supuesto que antes de la muerte hay una vida pero lo que nos espera despuíés de la otra vida es infinitamente más feliz, más placentero porque la muerte nos abre las puertas de la percepción, entenderemos el verdadero estadio mí­stico de comprensión holográfico del universo que se alcanzará despuíés de la muerte. Esto no es una hipótesis lí­rica, sino una realidad cientí­fica. Estamos todos muriendo constantemente. Se puede aprender a morir. Todos hemos llevado a cabo experiencias de muerte. Sin ir más lejos sabemos que las neuronas y las cíélulas van desapareciendo y que cada 7 años, esto lo dice la ciencia, todas las cíélulas mueren. Todas las cíélulas, todo tu cuerpo se ha modificado y sin embargo la conciencia de tu yo sigue existiendo en ti. Averiguar cuál es el soporte, la sede de esta conciencia, es el problema.

 

(Entrevista realizada por Eduard Punset para el programa de TVE 'Redes', 21 de Enero de 2001)