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Autor Tema: El ríégimen de Irán provoca a Occidente  (Leído 220 veces)

Eguzki

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El ríégimen de Irán provoca a Occidente
« en: Noviembre 30, 2011, 07:52:40 am »
Decenas de estudiantes asaltan la Embajada y otras legaciones de Reino Unido
Los jóvenes radicales protestan por las nuevas sanciones económicas a Teherán
Teherán detiene a ocho empleados iraní­es de la Embajada británica
200 estudiantes iraní­es apedrean la Embajada británica
Decenas de estudiantes radicales iraní­es atacaron el martes la Embajada del Reino Unido en Teherán, según ha difundido con profusión la televisión estatal. Lo que iba a ser una mera manifestación de repulsa contra las “polí­ticas hostiles del Londres”, degeneró sin embargo en una batalla campal cuando los estudiantes se negaron a desalojar el lugar. La policí­a utilizó gases lacrimógenos y rescatado a seis empleados que los asaltantes pretendí­an tomar como rehenes. Algunos de ellos se negaron a abandonar uno de los recintos diplomáticos hasta que finalmente la policí­a logró que desalojaran el lugar. El incidente, el último de un crescendo de declaraciones y medidas contra la representación británica, escenifica el malestar del ríégimen iraní­ por las nuevas sanciones económicas para castigar su programa nuclear y con su creciente aislamiento internacional.

“Algunos estudiantes y gente normal han vuelto a irrumpir en el recinto británico”, informaba la agencia Fars a primeras horas de la noche en referencia a la sede de la Embajada en el centro de Teherán. Según esta agencia, el gobernador de Teherán, Morteza Tamadon, se habí­a desplazado al lugar para “tratar de calmar a los estudiantes”. Pero ni su presencia ni la del jefe de la policí­a, el general Hosein Sayadí­-Nia, evitaron que un pequeño grupo se encerrara en otro edificio de la misión situado al norte de la capital iraní­, dando la impresión de que las autoridades empezaban a perder el control.

“No vamos a irnos hasta que no recibamos órdenes directas del lí­der supremo”, aseguraban los atrincherados citados por los medios locales. “La policí­a ha lanzado gases lacrimógenos y atacado con violencia a los estudiantes que permanecí­an en el interior de la embajada”, habí­a reconocido poco antes Fars. “Varios estudiantes y policí­as han resultado heridos en los enfrentamientos”, añadí­a.

"Muerte a Inglaterra"
En medio de gritos de “Muerte a Inglaterra” y “Fuera el embajador”, centenares de manifestantes, que los medios iraní­es identificaron como “estudiantes basiyí­es”, se congregaron a las dos de la tarde ante la sede de la Embajada, en la cíéntrica calle de Ferdowsi. Varias decenas de ellos escalaron el muro que rodea el recinto ante la pasividad de los policí­as que montaban guardia. La televisión iraní­ mostró en directo cómo algunos de ellos rompí­an los cristales de la Cancillerí­a y arrojaban objetos por las ventanas. Según la agencia Mehr, tambiíén arrancaron la bandera británica, la quemaron y la remplazaron con una enseña iraní­. Al parecer, los empleados evacuaron la legación por una puerta trasera.

Los basiyí­es, literalmente movilizados, son una organización a medio camino entre milicia y hermandad, a la que suelen afiliarse los iraní­es más adeptos al ríégimen tanto en los centros de estudio como de trabajo. Desde la controvertida reelección de Mahmud Ahmadineyad como presidente en 2009, los basiyis pasaron a depender orgánicamente de los Pasdarán, el poderoso ejíército paralelo del ríégimen. De ahí­ que algunos observadores hayan querido ver la mano de ese cuerpo en la acción de hoy. Los Pasdarán, que se han convertido en un importante actor polí­tico y económico, son los más perjudicados por las sanciones financieras.

Cuando la policí­a estimó que los jóvenes ya habí­an venteado su frustración, trató de dispersarles. Desde los altavoces, se les indicaba que la manifestación ya habí­a terminado y que debí­an irse. Sin embargo, los más exaltados se negaron a hacerlo. Algunos de ellos se trasladaron al jardí­n de Golhak, al norte de Teherán, donde la Embajada británica mantiene un segundo recinto que en tiempos fue residencia de verano del embajador y sobre el que el Gobierno iraní­ reclama la propiedad desde hace años. Según la agencia oficial de noticias iraní­, IRNA, los atacantes se apropiaron de “documentos secretos”. Pero lo que es más grave, intentaron tomar rehenes.

“La policí­a ha liberado a seis personas que trabajaban para la Embajada británica en el jardí­n de Golhak”, anunció Fars, despuíés de que la información fuera adelantada y retirada por la agencia Mehr.

Escalada contra Londres
Estos graves incidentes, que han motivado una queja del Foreign Office, culminan la escalada iraní­ contra el Gobierno británico a raí­z de que prohibiera los intercambios financieros con instituciones iraní­es, incluido el Banco Central. Londres se sumaba así­ a las nuevas sanciones propuestas por EEUU tras el último informe de la agencia nuclear de la ONU. En consecuencia, el Parlamento iraní­ aprobó el domingo una ley que rebaja las relaciones diplomáticas con el Reino Unido a nivel de encargado de negocios y prevíé la expulsión de su embajador en un plazo de dos semanas. Con inusual rapidez, el Consejo de Guardianes (una especie de Cámara alta designada) ratificó el martes esa decisión.

No es la primera vez que la Embajada británica en Teherán se convierte en blanco de estudiantes iraní­es. En 2007 cerca de dos centenares de manifestantes apedreaban la legación, mientras coreaban consignas antioccidentales y pedí­an la expulsión del embajador así­ como el procesamiento de los 15 marinos capturados el 23 de marzo por fuerzas iraní­es en aguas del Golfo. En 1979 la ocupación por parte de varios centenares de estudiantes iraní­es de la Embajada de EE UU en la capital iraní­ condujo a la ruptura de relaciones entre Washington y Teherán.

El desencuentro entre Irán y el Reino Unido se remonta a la segunda mitad del siglo XIX cuando Londres y Moscú dividieron Persia en zonas de influencia para repartirse los beneficios del comercio. A pesar del antiamericanismo de poster que el ríégimen islámico exhibe desde la revolución de 1979, los iraní­es recelan sobre todo de los británicos a los que, según su orientación polí­tica, responsabilizan del triunfo de Jomeiní­ o de tratar de obstaculizarlo. Más recientemente, los diputados iraní­es llevaban barajando la idea de rebajar las relaciones con Londres desde las protestas contra la reelección de Ahmadineyad, en las que muchos vieron una mano negra británica.