Las esposas de Iván el Terrible
Por Cárpatos
El zar de Rusia Iván el Terrible obligó a la corte de nobles que formaban su imperio a que le mandaran a palacio a todas sus hijas en edad de contraer matrimonio bajo pena de muerte para aquíél que se negara a acatar la orden.
Al parecer, consiguió llenar su palacio con más de 1.000 damiselas a las que alojó en unas 100 habitaciones del enorme palacio. Tuvo la paciencia de ir observando a cada una hasta que escogió a su esposa. Al menos tuvo el detalle de hacer un regalo a cada una de las doncellas por la 'asistencia'. Su afición a casarse y montar numeritos fue tan grande que existe una catedral en Rusia llamada de La Anunciación que tiene un porche llamado Porche del Zar Iván el Terrible.
Cuando iba ya por la cuarta boda los clíérigos le impidieron la entrada al templo pues no se permitía casarse más de tres veces. Entonces el zar se tuvo que quedar en el porche y mirar por una ventana la ceremonia.
Esperemos que las Bolsas utilicen un míétodo algo más elegante para elegir esposa. De momento sólo hay tres candidatas: el movimiento lateral, que según las quinielas tiene pocos partidarios; la tendencia bajista, que cada vez tiene más adeptos ante la grave crisis de críédito que nos sacude; y la tendencia alcista, con pocas posibilidades.
Y una de las claves está en el sector bancario. Vean el gráfico adjunto y cómo, con una caída de casi el 30%, los bancos han perdido en pocos meses todo lo que habían acumulado desde 2003. No queda absolutamente nada. El gráfico es muy bajista y necesitaremos paciencia para que cambie de tendencia por muy sobrevendido que estíé. Además, las cifras nos muestran que ese viejo aliado de las Bolsas, la cantidad ingente de dinero que entraba de las recompras de acciones propias de las compañías y las fusiones y adquisiciones, es ahora prácticamente nulo. Entre 2003 y 2007 estas entradas fueron más importantes que las compras directas de particulares y manos fuertes juntas.
El sistema no está preparado para digerir la caída de otro banco en EE UU
Hay que tener los ojos muy abiertos. En psicología bursátil se cita a menudo un curioso experimento. Se mostró a un grupo de voluntarios una película en la que se veía a un grupo de jugadores de baloncesto pasándose el balón de unos a otros. Se dividió en dos a dichos voluntarios, a unos se les pidió que contaran el número de pases que se veían en la película y al otro grupo simplemente que vieran tranquilamente la misma sin más. Durante la película, mientras los jugadores andaban corriendo y saltando por la pista, un hombre con un gran traje de gorila espectacular y muy aparatoso se colocaba en el centro de la imagen y permanecía allí cinco segundos para luego desaparecer.
En el grupo de los espectadores que tenían que contar los pases, casi el ¡60%! Ni se dio cuenta de que un gorila se había plantado en la cancha. Pero el 100% de los que no contaban los pases lo advirtieron con todo detalle. El gorila negativo podría ser la caída de algún banco de inversión más en EE UU; no está el sistema preparado para digerir eso. El gorila positivo, el que el petróleo bajara en serio y aliviara los temores inflacionistas.
De momento de las tres posibles novias bursátiles, la posibilidad bajista es la que sigue dominando.