Los mercados viven pendientes del objetivo de díéficit y la situación de la deuda. La amenaza de una nueva recesión no parece preocupar tanto. Despuíés de todo, el Ibex ganó un 54,20% en 1993, cuando el PIB español cedía un 1%. En 2009, con una contracción de la economía del 3,7%, la Bolsa subió un 29,84%. El parquíé tiende a adelantar los vaivenes de la economía real.
Los mercados reaccionan con violencia ante los vaivenes de la deuda soberana europea, y las dudas en cuanto la capacidad de los estados para cumplir con el objetivo de díéficit acordado. El hecho de que el radical ejercicio de austeridad que han puesto en marcha los países para controlar sus cuentas, unido a la delicada situación económica, vaya a devolver a algunos países a la recesión -cuando apenas han superado la anterior- no parece preocupar tanto a los inversores. Las Bolsas han mantenido el tipo en los últimos días pese a las advertencias de organismos con el Fondo Monetario Internacional o el Banco de España de que Europa se aboca a otra crisis.
Lo cierto es que los años de crecimiento negativo, por utilizar el eufemismo habitual del sector, han sido buenos años para el parquíé. En 2009, cuando el PIB de España cayó un 3,7%, el Ibex ganó un 29,84%. La tendencia no es nueva, ya ocurrió en la crisis anterior, la de 1993. Un año en el que la economía española cedió un 1%, y la Bolsa creció un 54,20%.
La tendencia tampoco es exclusiva del panorama nacional. Los parones que ha ido sufriendo la locomotora alemana han sido aprovechados por los inversores para hacer caja. Así, en 1993, el PIB germano retrocedió un 1% pero el principal índice bursátil del país, el DAX, ganó el 46,71%. En 2003, cuando Berlín sufrió un ajuste del 0,3%, el parquíé se elevó un 37,08%. En 2009, la economía alemana cayó un 5,1%, mientras que el parquíé arrojó una subida del 23,85%.
"Esto pone en manifiesto lo complejo de la relación de los mercados con la economía real", manifiesta David Cano, de Analistas Financieros Internacionales. "Un aspecto importante, que es un tópico pero que funciona realmente, es que al final los mercados se anticipan. Se mueven más por lo que va a pasar que por lo que está pasando", desarrolla. Efectivamente, en 1992, aunque el PIB español seguía creciendo, el Ibex perdió el 9,92%. En 2008, igualmente, la Bolsa anticipó lo que se le venía encima a la economía, al registrar un descenso del 39,43%. "El comportamiento positivo de ahora puede responder a que se está anticipando una mejora para el futuro. Aunque eso sí, los mercados tambiíén se equivocan", concluye.
Habrá que esperar para ver si esta es una de esas veces, pues el Fondo Monetario Internacional prevíé una caída del 1,7% del PIB español este año. Aunque las Bolsas adelantaran ya la mejora de los siguientes ejercicios, las perspectiva del FMI para 2013 tambiíén es de recesión, del 0,3%.
"No tengo nada claro lo que estarán descontando ahora los mercados", avanza Josíé Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, "pero creo que se está apreciando mucho la liquidez que está inyectando el Banco Central Europeo y que no se está asumiendo la recesión". Para el analista, "cabe esperar que llegue un tiempo en que se asimile la recesión, y el hecho de que los beneficios empresariales van a caer, en torno a un 10%, este año. Los precios aún no están descontando eso", prevíé.