Por… Juan Josíé Perfetti Corral
El nuevo informe de competitividad del Foro Económico Mundial 2012-2013 es útil para derivar algunas lecciones de cómo los países actúan en materia de competitividad y cómo las políticas que se adoptan o se dejan de lado tienen importantes implicaciones en el desarrollo de las naciones.
En los últimos años, dos naciones relativamente pequeñas, Suiza y Singapur, han ocupado los primeros lugares del ranquin mundial. Aunque cada una de ellas se destaca por tener altas calificaciones en los 12 pilares que considera el índice de competitividad del Foro, tienen sus respectivas fortalezas. Suiza se destaca por la innovación y la eficiencia de su mercado laboral. Singapur descuella por sus instituciones y la eficiencia de sus mercados.
Entre las naciones que regularmente se encuentran en los primeros lugares están las nórdicas que, contrario a muchos de sus vecinos europeos, han sabido mantener unos entornos macroeconómicos sanos y sólidos. Igualmente, han cuidado de sus instituciones e impulsado la innovación.
Estados Unidos y Japón han venido perdiendo posiciones con el paso del tiempo. La imposibilidad que ha mostrado la economía estadounidense para salir de la crisis de 2008 le ha afectado su capacidad de competitividad. Este hecho ha desnudado algunas de las debilidades de la gran economía del norte y ha afectado la confianza de los empresarios en las instituciones públicas. La calificación en el tema de la estabilidad macroeconómica es muy crítica: ocupa el puesto 111 en el mundo.
En comparación, Colombia, por ejemplo, tiene, en este pilar, un destacable desempeño, pues ocupa el puesto 34. Perú y Chile ocupan los puestos 21 y 14. Esto, comparado con lo que acontece en algunas naciones europeas en crisis, como Grecia, Portugal y España, dice mucho de la importancia que, para la competitividad de los países, tiene el manejo cuidadoso y responsable de las políticas macroeconómicas. En momentos de crisis, como ha ocurrido en estos años, este es en un valioso activo social que ayuda a sobrellevar las dificultades de manera más exitosa.
China, que durante estos últimos años se ha constituido, junto con otras de las grandes economías emergentes, en el principal motor del crecimiento mundial, perdió dos puestos. A pesar de su gran tamaño y de los avances en varios frentes, esta nación mantiene una serie de limitaciones que le afectan su desempeño competitivo. Entre ellas están: el bajo desarrollo del mercado financiero, la poca eficiencia de los mercados, en especial la limitada competencia en los mismos, y la falta de preparación tecnológica.
Otras grandes naciones emergentes, como India, tambiíén pierden posiciones y evidencian serias limitaciones en su capacidad competitiva. Esto pareciera reiterar la tesis de varios analistas en el sentido de que todavía falta un buen tiempo para que estas economías releven a Estados Unidos y a Europa en su condición de líderes económicos y políticos del mundo.
Finalmente, los evidentes avances que en materia de competitividad muestran algunas naciones de Europa del Este y de Asia, reafirman la tesis de que la aplicación sistemática de buenas políticas públicas rinde sus frutos.
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