La Audiencia Nacional, Fiscalía Anticorrupción y Policía Nacional han asestado el mayor golpe al blanqueo de capitales que se recuerda en España. Como si de una película de acción americana se tratara, quinientos policías en la calle a las cinco y media de la madrugada para desmantelar uno de los principales 'china town' instalados en España. Agentes de la Interpol trasladados a Madrid y autoridades chinas colaboradoras. Eso sí, uno de los principales responsables de la investigación, el fiscal jefe Anticorrupción, Antonio Salinas, aseguró que no se trata de la mafia china sino de grupos organizados criminales liderados por chinos.
Las órdenes de detención dictadas por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ascienden a 108, distribuidas en siete países, además de en varias provincias españolas (Madrid, Barcelona, Málaga, San Sebastián, Murcia, Zamara y Alicante) 120 órdenes de registros, embargos a 122 personas y a 235 sociedades, incautados doscientos centenares de coches de lujo, además de obras de arte, joyas y armas, sin contar con los más de seis millones de euros que se han encontrado entre los locales y domicilios de los arrestados.
No sólo están acusados de blanquear dinero y no declarar a Hacienda los beneficios obtenidos por la venta de productos en los 'todo a cien', restaurantes, karaokes o tiendas de ropa, sino que se dedicaban al contrabando, soborno, cohecho y delitos contra trabajadores chinos. Sin embargo, no están relacionados con la mafia china, según Salinas. No son una única organización con un único líder sino que se trata de muchas estructuras, eso sí con la dinámica y el 'modus operandi' tan similar que es evidente que están relacionadas.
Entre 200 y 300 millones de euros han llegado a blanquear anualmente y hasta donde las investigaciones alcanzan, por lo menos lo hacen desde el año 2009. Las investigaciones se iniciaron tras la alarmante llegada de contenedores de productos chinos al madrileño polígono de Cobo Calleja. La operativa la tenían muy bien estructurada. Traían más productos de los registrados en las licencias de importación. Para ello ya tenían que cometer el primer delito: sobornar a autoridades para que les firmaran esas licencias a sabiendas de que entraba más material de lo permitido. Una vez vendido, se declaraba a Hacienda sólo una parte y el resto se convertía en dinero negro que sacaban de nuevo a China para invertir en su país.
Dos formas tenían para sacar el dinero, una más “burda†y otra más “sofisticadaâ€. La primera, a travíés de maletines en coches o trenes. Ellos mismos viajaban a China para dejar allí las ganancias. Otra parte la blanqueaban a travíés de paraísos fiscales. Tenían un grupo de unas quince personas, españolas e israelíes, con número de cuenta en el extranjero que se encargaban de mover ese dinero. Ahí entran Nacho Vidal, conocido por su trayectoria en el mundo del cine porno, y su hermana. Con su empresa, les facilitaba facturas falsas y así blanquear el dinero obtenido de manera ilícita.
Los miembros de estos grupos organizados tenían todo atado. Sobornaban a quien les podía servir de ayuda con cuestiones administrativas, falsificaban toda la documentación requerida, obligaban a trabajar a compatriotas suyos en condiciones infrahumanas y traídos a travíés de la inmigración ilegal y coaccionaban a todo aquel que podía suponer un problema en su negocio.
La 'Operación Emprador' sigue abierta y el fiscal jefe Anticorrupción no descarta que se amplíe hacia funcionarios públicos. Por ahora, están detenidos Josíé Borrás Hernández, concejal de Participación Ciudadana, Recursos Humanos y Seguridad Ciudadana por el PSOE en la localidad madrileña de Fuenlabrada, un inspector de Policía, un sargento de la Guardia Civil y una empleada de la Subdelegación del Gobierno en Zamora relacionada laboralmente con el Servicio de Extranjería.
Uno de los cabecillas de la red es Gao Ping, conocido empresario chino muy bien relacionado y propietario de numerosas naves en Cobo Calleja, y detenido en su chalíé en la localidad madrileña de Somosaguas. Según fuentes de la investigación, pretendía convertirse en un “puente†entre España y China con negocios relacionados con el arte: tenía una galería en Madrid y un gran espacio cultural, promocionado por TVE en su momento, en China llamado Iberia donde exponían artistas cotizados españoles.