Por... Martha Andríés Román
Mientras los Gobiernos de la Unión Europea (UE) impulsan políticas de austeridad como receta para enfrentar la crisis económica, varias organizaciones advierten sobre las negativas repercusiones de esas medidas para niños y jóvenes.
La conferencia Invertir en los niños: la prevención y la lucha contra la pobreza infantil y la exclusión social, organizada en Chipre los días 18 y 19 de octubre, se centró en la importancia de revertir ese panorama en beneficio del bienestar infantil.
En la cita, la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, alertó que las repercusiones sociales de las medidas de austeridad en toda Europa han tenido un impacto proporcionalmente más negativo en los grupos vulnerables de la sociedad.
De acuerdo con datos oficiales, un 27 por ciento de las personas por debajo de los 18 años se mantiene con riesgo de pobreza y exclusión social, cifra superior al 23,5 por ciento que caracteriza al resto de los grupos etarios.
Desde mayo pasado, Unicef había señalado que uno de cada cuatro niños en el Viejo Continente vivía en el umbral de la pobreza, fundamentalmente en hogares monoparentales o con familias grandes, con padres desempleados, inmigrantes o pertenecientes a minorías íétnicas.
En naciones como España, Grecia y Portugal, donde se aplican rigurosos recortes por ser de las más afectadas por la crisis, la situación es aún peor, pero el panorama tambiíén se muestra complejo en los países más ricos de la región.
De acuerdo con la sección española de Unicef, unos dos millones 260 mil niños vivían el año pasado por debajo del umbral de la pobreza en el país, cifra que representa un aumento de 80 mil menores en comparación con 2010.
Los datos, explicó la organización, indican que hay un total de 760 mil familias con niños donde ningún adulto trabaja, mientras un 14,4 por ciento de ellos viven en hogares con un índice de pobreza alto.
Un niño pobre en España va al colegio, claro que va al colegio, pero no tiene acceso a actividades extraescolares, y a los apoyos que necesita, más en un país con una tasa tan alta de fracaso escolar, expresó la Presidenta de Unicef en la nación ibíérica, Paloma Escudero.
En el caso de Grecia, más de 439 mil infantes presentan condiciones de miseria, de los cuales un 37 por ciento vive en hogares con serias dificultades para satisfacer sus necesidades diarias básicas.
Un estudio del comitíé griego de Unicef estima que mientras uno de cada cinco hogares vive por debajo del umbral de la pobreza, esa situación se agrava entre las familias con hijos, cuyo índice es de un 28,7 por ciento.
Con respecto a los menores, un 23 por ciento de ellos presentan carencias nutricionales, falta de recursos para satisfacer sus necesidades diarias o viven en espacios insalubres que imposibilitan su conveniente desarrollo y formación.
En el informe, el organismo consideró que las políticas de austeridad causantes del desempleo, los recortes en los salarios y las pensiones, unidas al aumento de la carga fiscal sobre las familias, están empujando a amplios sectores de las clases populares y medias hacia la exclusión social.
La situación no es menos complicada en Portugal, nación en la que un 27 por ciento de los menores de 16 años se encuentran en condiciones de miseria.
Ana Filgueiras, presidenta de la organización no gubernamental (ONG) Ciudadanos del Mundo, considera que los drásticos recortes de fondos a ese tipo de entidades, decididos por el gobierno de Pedro Passos Coelho, "van a agravar aun más la dramática situación".
No es el Estado sino nuestras ONG las que desarrollan planes más eficaces de protección a la infancia, advirtió Filgueiras, quien recuerda que los hijos de inmigrantes indocumentados son los más vulnerables, ya que les es negado el acceso al servicio nacional de salud.
Sin embargo, entre los estados miembros de la UE algunas naciones del este son las que presentan los escenarios más complejos, pues el mayor número de niños al borde de la pobreza se encuentra en Rumanía, con un 48 por ciento, seguida de Bulgaria (44,6) y Letonia (42).
Aunque en el extremo contrario se ubican países como Finlandia, con un 14 por ciento de los menores al borde de la pobreza, Suecia (14,5), Dinamarca (15) y Eslovenia (15), grandes economías regionales como Reino Unido, con 29 por ciento, Francia (23) y Alemania (22) tambiíén presentan riesgos alarmantes.
Asimismo, la ONG Aldeas Infantiles SOS, manifestó que las medidas de austeridad y los recortes tambiíén han incidido en un aumento de los abandonos de bebíés y niños, especialmente en países como Grecia e Italia.
De acuerdo con la organización, en toda Europa se registra un incremento del número de los llamados buzones bebíé, contenedores creados con el propósito de evitar casos de abandonos incontrolados y abortos, en los cuales los reciíén nacidos no deseados son entregados anónimamente.
Aldeas Infantiles SOS estimó que el gasto total por criar un hijo en la región supone entre un 20 y un 30 por ciento del presupuesto medio familiar, lo que resulta difícil de asumir para muchos padres en medio del actual escenario económico de la UE.
Pese las alarmas, la coyuntura no ofrece señales de mejoría, luego de que la CE informara que durante 2012 ha empeorado la economía de los hogares de la UE, donde los niveles de desempleo son de un 10,4 por ciento, y alcanzan un 22,5 entre los jóvenes.
A finales de octubre, el Ejecutivo del bloque comunitario que destina cifras millonarias al rescate de bancos y grandes empresas, propuso destinar dos mil 500 millones de euros a un nuevo programa de reparto de alimentos para los europeos más desfavorecidos durante el periodo 2014-2020.
Según el comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, la intención de la CE es que el programa se centre especialmente en "sacar del círculo vicioso de la pobreza a los menores sin domicilio y en situación de privación material".
Sin embargo, tal propósito resulta imposible si se tiene en cuenta que la Comisión estima en solo cuatro millones la cantidad total de personas que se beneficiarán del programa, sumando tanto los fondos europeos como los nacionales.
De ese modo, el futuro se muestra desesperanzador para niños y jóvenes cuando los gobiernos, centrados en luchar a toda costa contra la recesión y el díéficit, parecen dar la espalda a las necesidades de sus ciudadanos.
