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Autor Tema: El FROB pretende conseguir como mí­nimo 1.000 millones por CatalunyaCaixa  (Leído 110 veces)

Eguzki

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El FROB pretende obtener un mí­nimo de 1.000 millones de euros en la subasta de CatalunyaCaixa, según fuentes conocedoras del proceso. Por debajo de esa cifra, no está dispuesto a seguir adelante con la venta puesto que considerarí­a "malvender" la fusión de cajas catalanas. En realidad, al fondo de rescate le gustarí­a que el comprador pague alrededor de 2.000, una cantidad cercana a los fondos propios actuales. Pero la inexistencia de EPA y una serie de riesgos en el balance rebajarán el precio, aunque en ningún caso por debajo de los 1.000 millones. La cuestión es si a los compradores les salen las cuentas con ese precio.
 
La teorí­a del director general del FROB, Antonio Carrascosa, es que se vende una entidad limpia que ha transferido su exposición inmobiliaria al banco malo (Sareb) y que ha recibido 9.084 millones de dinero del rescate para mantener el nivel de solvencia mí­nimo exigible. Por tanto, la referencia para fijar el precio es el valor de su capital, es decir, el valor en libros. ¿Cuál es? Los bancos de inversión contratados por el FROB alcanzaron en diciembre una valoración negativa de CatalunyaCaixa de -6.674 millones. Como despuíés se le inyectaron los citados 9.084 millones, la diferencia (2.410 millones) serí­a el valor en libros. Tras algunos ajustes, esta cifra se quedarí­a en unos 2.000.
 
Por tanto, íése serí­a el objetivo teórico del FROB. Pero ahí­ los interesados empiezan a restar cosas. Para empezar, las fuentes consultadas aseguran que la entidad catalana mantiene una exposición inmobiliaria de unos 3.000 millones que no ha sido traspasada a Sareb, bien porque son unidades pequeñas -no se han traspasado los inmuebles de menos de 100.000 euros y los críéditos de menos de 250.000-, bien porque son críéditos que estaban mal clasificados. Y esa exposición puede tener una píérdida importante.
 
Además, los potenciales compradores tienen en cuenta otras posibles píérdidas en otras carteras, especialmente de pymes, que no estíén suficientemente cubiertas con las provisiones actuales, y los costes de reestructuración en que tendrán que incurrir; en este caso el ajuste laboral no ha sido asumido por el FROB, a diferencia de NovaGalicia y Banco de Valencia, sino que tendrá que costearlo el comprador. Este coste depende de la presencia que cada interesado tenga ya en Cataluña, pero las fuentes citadas lo evalúan en no menos de 500 millones. Asimismo, hay otros problemas como la dificultad para repreciar (subir los tipos) un activo con un gran peso de hipotecas minoristas a 30 años con diferenciales muy pequeños.
 
En el lado positivo, los candidatos tienen que considerar el valor de la marca y el valor presente de las sinergias que estima que podrá obtener en el futuro. Con todos estos ingredientes, cada entidad tendrá que estimar cuál es el precio que está dispuesto a pagar. Francisco González, presidente de BBVA, aseguró el viernes que la cifra tiene que "crear valor" para el comprador, porque si no, no interesa. Pero si nadie está dispuesto a pagar más de 1.000 millones, el FROB está dispuesto a aplazar la subasta. El propio Carrascosa dijo la semana pasada que no subastará la entidad nacionalizada "a cualquier precio" y que "si no hay una oferta razonable, no se venderá".
 
Además, el comprador tendrá que levantar capital para integrar los activos de CatalunyaCaixa en su balance, parte de los cuales puede obtener con el canje de preferentes y subordinada con quita al que obliga Bruselas. Para entenderlo, supongamos que un candidato paga los 2.000 millones de fondos propios. Entonces integra en su balance 20.000 millones de activo y 18.000 millones de pasivo; la diferencia son los fondos propios. Esos 2.000 millones se anulan con los 2.000 pagados por principio contable, con lo que siguen faltando 2.000 millones para que el comprador mantenga sus niveles de capital anteriores a la adquisición. Y captar ese capital tiene un coste que tambiíén hay que tener en cuenta.
 
Críéditos fiscales con función de EPA
 
El precio podrí­a elevarse mediante un EPA (esquema de protección de activos) de las carteras problemáticas, pero el Banco de España se ha negado en redondo al entender que está suficientemente saneada y que las píérdidas que queden deben ser asumidas por el comprador. Ante esta negativa, los candidatos han propuesto que los críéditos fiscales generados por las píérdidas de CatalunyaCaixa (se restan de los impuestos futuros que debe pagar el comprador) puedan computarse dentro de su capital, algo que dejará de permitirse con las nuevas normas de Basilea III. Se tratarí­a de hacer una excepción que minorarí­a el impacto en el capital de las posibles píérdidas futuras de esas carteras no traspasadas a Sareb y no cubiertas por un EPA.
 
Como adelantó El Confidencial, Popular y KutxaBank se han retirado de la puja, por lo que íésta queda en manos de Santander, BBVA y Sabadell. Además, algunas fuentes aseguran que se ha sumado al proceso Deutsche Bank. Todos ellos han comenzado ya la due diligence -no ha habido nuevo cuaderno de venta- y tendrán que presentar a Citigroup las ofertas no vinculantes el 28 de febrero.