Juan Bíéjar se ha puesto manos a la obra en FCC para reconducir las cuentas del grupo, que el pasado año perdió 1.028 millones de euros. El nuevo consejero delegado del grupo de construcción ha encargado a BBVA la venta de Proactiva, la filial latinoamericana de la que la compañía controlada por Esther Koplowtiz tiene un 50% del capital.
La otra mitad está en manos de Veolia, la multinacional francesa con la que la familia Koplowitz ha tenido una muy cercana relación empresarial. Según distintas fuentes, el grupo galo es el principal candidato para comprar ese 50% propiedad de FCC, que ya se lo ha ofrecido en función de los acuerdos parasociales que le otorgan un derecho preferente de compra.
Para analizar la operación, Veolia ha contratado los servicios de Sociíétíé Gíéníérale, un banco francíés de gran confianza que hasta 2004 fue socio de Esther Koplowitz. Aquel año, la empresaria le compró su participación del 25,7% en FCC por 916 millones de euros a travíés de su instrumental B-1998, una operación que hoy en día se ha convertido en un grave problema para las finanzas personales de la ya expresidenta de la constructora.
Fuentes financieras indican que si Veolia, que tambiíén ha pasado por apuros económicos, rechazase la compra del 50% de Proactiva, FCC pondría esa participación en el mercado. Esta filial es uno de los mayores grupos de gestión de residuos urbanos y del ciclo integral del agua en Iberoamíérica y está presente en los países más importantes de la región, como Brasil, Chile, Míéxico, Perú y Colombia.
A cierre de 2012, Proactiva obtuvo unos ingresos de 538,4 millones de euros, lo que supuso un crecimiento interanual del 14,5%. La sociedad alcanzó un resultado bruto de explotación de 104,8 millones de euros, lo que representa un margen sobre ventas del 19,5%. Su deuda financiera neta total a 31 de diciembre ascendía a 107,8 millones de euros. Con estos datos, fuentes financieras señalan que la compañía podría alcanzar una valoración de entre 400 y 500 millones, por lo que FCC ingresaría entre 200 y 300 millones.
No es un activo esencial
FCC, que consolida su 50% de Proactiva por el míétodo de la participación, ha declinado hacer ningún comentario sobre esta información. No obstante, ha reconocido que esta filial no se considera un activo esencial dentro del nuevo plan de negocio esbozado por Bíéjar el pasado lunes. El consejero delegado adelantó en las líneas maestras del plan estratíégico 2013-2015 que el grupo se centrará en las actividades de ingeniería y ejecución de grandes proyectos de infraestructuras, gestión y tratamiento de residuos urbanos y gestión del ciclo integral del agua e infraestructuras hídricas.
Por tanto, se desprenderá de todo aquello que no se califique como core. Con estas ventas, que oscilarán entre los 2.400 y los 2.600 millones de euros, FCC pretende reducir su deuda hasta los 5.300 millones. Con esa mejora y el aumento del beneficio operativo hasta los 1.250 millones, la compañía quiere recuperar la confianza perdida por parte de los inversores, que han sufrido la desaparición del dividendo.
Junto a la venta de Proactiva, FCC quiere colocar su participación en Globalvía, su holding de infraestructuras, el 100% de su negocio de energía renovable, en el que invirtió cerca de 1.000 millones, y el paquete que todavía le queda en Realia. En los últimos años, el grupo ya se quitó de encima sus actividades de aparcamientos y de servicios aeroportuarios.
