Wall Street cerró un día más a la baja y el Dow Jones, su principal indicador, perdió el 0,56% tras una tanda de datos macroeconómicos peores de lo previsto y unos resultados empresariales dispares en EEUU. Ese índice, que agrupa a treinta de las mayores empresas cotizadas de EEUU, restó 81,45 puntos para colocarse en las 14.537,14 unidades, al tiempo que el selectivo S&P 500 bajó el 0,67% (-10,4 puntos) hasta las 1.541,61, y el índice compuesto del mercado Nasdaq el 1,2% (-38,31 puntos) hasta 3.166,36.
El parquíé neoyorquino cerró con esas píérdidas una jornada en la que se conocieron una serie de indicadores poco alentadores sobre la economía estadounidense, como el aumento en 4.000 de las solicitudes de subsidio por desempleo la semana pasada. Además, la temporada de resultados no pintó una imagen clara sobre la situación de las empresas en este país.
Por una parte, destacaron las cuentas mejores de lo previsto de la operadora de telefonía Verizon, que subió el 2,77% para liderar el lado positivo del Dow Jones tras anunciar que ganó 1.952 millones de dólares en el primer trimestre, un 15,8% más. Le siguió la pista American Express (1,42%), que la víspera informó que en el primer trimestre ganó 1.280 millones de dólares, el 2% más.
Pero, por otra parte, pesaron resultados peores de lo previsto como los de United Health (-3,77%), que encabezó las píérdidas del Dow Jones, seguido de Bank of America (-2,22%), que la víspera ya había decepcionado ampliamente a Wall Street.
Fuera del Dow Jones, tambiíén destacaron las caídas del banco de inversión Morgan Stanley (-5,4%) y la firma de internet eBay (-5,85%), ambos tras no haber alcanzado las expectativas con sus cuentas, mientras que el fabricante de refrescos PepsiCo sí superó las previsiones y subió el 3,04%.
La temporada de resultados seguía viva tras el cierre de la sesión con la difusión de los resultados de IBM (-1,2%), Microsoft (-0,12%) y Google (-2,2%).
En otros mercados, el petróleo de Texas subió el 1,21% hasta quedar en 87,73 dólares por barril, y el oro subió a 1.392,5 dólares. Mientras, el dólar bajaba frente al euro (que se cambiaba por 1,3047 dólares) y la rentabilidad de la deuda estadounidense a diez años retrocedía al 1,68%.
