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Autor Tema: Activación del centro pineal  (Leído 728 veces)

Scientia

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Activación del centro pineal
« en: Septiembre 17, 2013, 08:28:38 pm »
http://tusaludpuravida.blogspot.com.es/2013/09/activacion-del-centro-pineal.html





Míédicos alemanes de la Escuela de Medicina de la Universidad de Berlí­n han descubierto que entre las glándulas pineal y pituitaria existe un fino canal más delgado que un cabello, que une las hormonas que secretan ambas y cuando ello ocurre quí­micamente, se produce un estado mí­stico en la persona. La unión de estas dos secreciones hormonales puede facilitarse voluntariamente cuando la persona mediante míétodos especí­ficos, logra cruzar el umbral que separa al ser fí­sico del ser divino que lo complementa.
La Ciencia del siglo XXI explica desde la fí­sica, la quí­mica y la biologí­a, algo que desde hace díécadas se nos decí­a desde las Energí­as Superiores. Hoy informamos que según las últimas canalizaciones llegadas durante el 2007, a travíés de Maestros Ascendidos, tanto la glándula pineal como la pituitaria, unidas, constituyen el más alto portal vibracional del cuerpo humano. Es el sistema endocrino, el portal que úne lo fí­sico de la materia vital y con los reinos de la energí­a luminosa. Es así­ como esta fusión quí­mica al ingresar al torrente sanguí­neo producen un aumento vibracional, que produce ondas balanceadas de energí­a, que la persona siente armónica y equilibradamente.
Los efectos son diferentes en cada individuo, ya que el subconsciente manifiesta sus propiedades acordes con cada personalidad. La combinación de esa explosión lumí­nica, más las manifestaciones del subconsciente dan paso a la apertura de la catedral del alma, y el ser se encuentra con su esencia.
Hay muchos sobre tu bendito plano que están luchando arduamente para estar —y así­ es en verdad— iluminados,algo realmente valioso. Sin embargo, hay muy pocos que entienden verdaderamente lo que el tíérmino significa.
Estar iluminado simplemente significa estar «en luz de», tener cocimiento de; tener conocimiento disponible para poder aplicarlo de cualquier modo que elijas.
¿Cómo se llega a la iluminación?
No por medio de la unción. La única manera de llegar a la iluminación es permitiendo que el pensamiento entre en tus propios procesos de pensamiento, abrazándolo hasta la emoción y experimentándolo hasta la sabidurí­a.
¿Por quíé es importante el conocimiento?
Es tu mayor tesoro. Pues cuando has sido despojado de todo lo demás, lo único que permanece y que nunca te será arrebatado es el conocimiento que te da la capacidad para crear otra vez. Cuando tienes el conocimiento, tienes libertad, tienes opciones; puedes construir reinos ilimitados.
Cuando tienes el conocimiento, no hay nada que temer; pues entonces no hay cosa, elemento, principio o entendimiento que pueda amenazarte, esclavizarte o intimidarte. Cuando al miedo se le da conocimiento, eso se llama iluminación.
El conocimiento permite a tu mente razonar y contemplar por encima de lo que tú ya sabes. Te permite profundizar más en la sabidurí­a de todo lo que existe, y crecer en tu capacidad de recibir incluso mayor conocimiento. El conocimiento te urge a expandirte, a buscar una identidad en continua ampliación, a transformarte. Así­, te saca de las fronteras de una vida limitada, llevándote hasta una extensión más ilimitada.
A travíés del conocimiento y la aventura hacia el aprendizaje, aumenta tu simplicidad. Y en esa simplicidad encontrarás la paz en el ser y la alegrí­a de la vida.
Ahora, me gustarí­a darte un entendimiento sobre la ciencia del conocimiento: cómo es que tienes la capacidad de conocer todas las cosas.
¿Por quíé es esto importante?
Porque cualquier cosa que conozcas, en ello te convertirás. Y cuando aprendas a conocer todas las cosas que existen, te convertirás en todo lo que es —que es Dios— completamente: saber interior ilimitado, vida ilimitada, la totalidad del pensamiento. Y en ello eres, una vez más, la libertad ilimitada y la alegrí­a de ser.
Para entender cómo puedes llegar a conocer todo lo que es, primero debes entender que no sólo todo existe a partir del pensamiento, que es la mente de Dios, sino que cada cosa emana el pensamiento de su ser de vuelta a la mente de Dios.
Todas las cosas tienen un campo de luz que las rodea. No existe nada que no estíé rodeado por una corona de luz, pues eso sostiene la imagen del pensamiento y crea el ideal hasta darle la forma llamada materia.
A travíés de ese campo de luz, cada cosa emana el pensamiento de su ser de regreso a lo que se llama
«flujo de conciencia» o el rí­o de pensamiento, que es la mente de Dios.
Mira la alfombra, la planta, la luz, el cuero de tus zapatos. Mira tus manos, o a otra entidad.
¿Quíé tienen estas cosas en común?
Todas ellas existen. Y por la virtud de su existencia, cada una emana desde su ser no sólo el pensamiento de íéste, sino tambiíén su conciencia de cuanto hay a su a alrededor; es lo que se llama «percepción colectiva».
Al mismo tiempo que la alfombra es consciente de los colores que hay en ella o de quiíén se sienta sobre ella, o una planta es consciente de la habitación donde está, esa consciencia se emite a travíés de la luz de su ser hacia el flujo de conciencia. Y a cada momento esa conciencia cambiará, pues Dios, el rí­o de pensamiento
en el que existen todas las cosas, está en continua expansión y movimiento.
Cada sistema estelar, cada partí­cula de polvo, cada entidad, visible e invisible de íéste y de todos los demás universos, emana el pensamiento de su ser hacia la mente de Dios, pues de ahí­ es de donde procede. Todo vuelve al pensamiento. Así­ es como se saben todas las cosas.
¿Cómo tienes la capacidad de saber todo lo que hay por saber?
Tu cuerpo fí­sico está rodeado por un maravilloso campo de luz llamado aura o campo áurico.
El aura es el campo luminoso que rodea y mantiene unida la materia de tu cuerpo. Gracias a la fotografí­a Kirlian tus cientí­ficos ya han fotografiado el primer campo circular del aura. Sin embargo, hay campos electromagníéticos mucho más grandes aún que rodean tu cuerpo, pues el aura se extiende desde la densidad de la electricidad —la aureola azul que rodea tu cuerpo— hasta lo infinito del pensamiento.
El aura es el espí­ritu de tu ser. El espí­ritu de tu ser —al cual yo llamo el Dios de tu ser— está conectado directamente a la mente de Dios, el flujo de conciencia donde se saben todas las cosas.
Una parte del aura es un poderoso campo electromagníético de electrum positivo y negativo. Más allá del campo electromagníético no hay divisiones en el electrum, sino una esfera de luz indivisible que es energí­a pura.
La esfera de luz permite a todo el pensamiento del rí­o de conocimiento fluir a travíés de este inmenso y poderoso campo. Los pensamientos que tú llegarás a saber están determinados por tus procesos de pensamiento, pues la porción electromagníética de tu aura atrae el pensamiento hacia ti de acuerdo con tu manera de pensar.
Tu espí­ritu es como una criba en el banco del rí­o de pensamiento, siempre cambiante y en movimiento. A travíés de esa luz recibes la mente de Dios, el flujo de pensamiento en donde está todo el conocimiento. De este modo, tienes la capacidad de conocer todo lo que hay por conocer, pues estás en el flujo continuo de toda la conciencia, el rí­o de todo el conocimiento.
La conciencia es como un rí­o, y la totalidad de tu Yo —incluyendo cada cíélula de tu cuerpo— se alimenta continuamente de íél, pues el pensamiento sustenta y da críédito a tu vida.
Vives del pensamiento que proviene del flujo de conciencia.
Así­ como tu cuerpo vive del flujo de sangre que lleva las sustancias alimenticias a cada cíélula,
la totalidad de tu Yo se sustenta de la sustancia de pensamiento que emana del flujo de conciencia.
Tú creas cada momento de tu existencia con el pensamiento que proviene del flujo de conciencia. Estás continuamente tomando pensamiento del rí­o de pensamiento, sintiíéndolo en tu alma, alimentando y extendiendo la totalidad de tu ser a travíés de esa emoción, y devolviendo tu Yo ampliado al rí­o, lo que expande la conciencia de toda la vida. Puede que contemples un pensamiento de creatividad este dí­a, y al hacerlo, el pensamiento se siente, se graba en tu alma como una frecuencia elíéctrica; y esa misma frecuencia abandona tu cuerpo y se va a la conciencia para que alguien más la recoja y cree a partir de ella. Todos tienen acceso a lo que tú piensas y sientes.
Ellos se alimentan de tus pensamientos y tú de los de ellos.
La conciencia está constituida por todos los pensamientos que emanan de todas las entidades y de todas las cosas. Los pensamientos que forman la conciencia son de diferentes frecuencias elíéctricas. Algunos son pensamientos de frecuencia muy baja o lenta, aquellos que predominan aquí­ en la conciencia social. Otros son pensamientos de frecuencia más alta: los pensamientos más ilimitados de la superconciencia.
La conciencia es la suma de todos los diferentes valores de frecuencia de pensamiento, con cada valor de pensamiento atrayendo valores semejantes desde todas partes.
La conciencia social es una densidad de frecuencias elíéctricas de pensamiento y, sin embargo, es más ligera que el aire. La densidad de la conciencia social se constituye de pensamiento expresado, pensamiento que ha sido expresado a travíés de la emoción por cada entidad; esto es, está compuesta de pensamiento cristalizado, pensamiento que cada entidad ha tomado, sentido en su alma, y distribuido a travíés de su campo áurico de vuelta al rí­o de pensamiento para que todos los demás se alimenten de íél.
Los pensamientos que alimentan tu plano son limitados, son los pensamientos de baja frecuencia de la conciencia social. Estos pensamientos son muy restrictivos, muy arbitrarios y muy severos, porque tu vida está gobernada por actitudes relacionadas con la supervivencia y el miedo a la muerte, ya se trate de la muerte del cuerpo o del ego. Por lo tanto,tu conciencia esta ocupada por los pensamientos de alimento, refugio, trabajo, oro; los juicios sobre lo propio e impropio, lo bueno o lo malo; la moda, la belleza, la aceptación, la comparación, la edad, la enfermedad y la muerte. Estos pensamientos de baja frecuencia pasan fácilmente a travíés de tu campo áurico porque son los que predominan en el modo de pensar de aquellos que te rodean. Así­, estás continuamente siendo alimentado por pensamientos limitados de una conciencia muy estancada y restrictiva.
Y al mismo tiempo que permites que estos pensamientos te alimenten, enví­as su sentimiento de regreso, regenerando y perpetuando el pensamiento limitado del hombre.
La conciencia en vuestras grandes ciudades es particularmente limitada, porque la mayorí­a de los que habitan en ellas son muy competitivos, el tiempo y la moda tienen mucha importancia para ellos, y son muy temerosos e incapaces de aceptarse unos a otros. Por eso, todas vuestras grandes ciudades están envueltas por una espesa densidad de conciencia. Lo que ven sobre vuestras ciudades aquellos que vienen de otros universos, es una densa red de luces multicolores, pensamientos de baja frecuencia de una conciencia muy limitada que se manifiestan como un campo de luz.
Los pensamientos de alta frecuencia de la superconciencia son aquellos del Ser, la vida, la armoní­a, la unidad, la continuidad. Son los pensamientos del amor. Son los pensamientos de la alegrí­a. Son los pensamientos del genio. Son pensamientos ilimitados que están, en verdad, más allá de ia expresión incluso de estas palabras, pues los sentimientos del pensamiento ilimitado están por encima de las palabras de la descripción.
Los pensamientos de alta frecuencia pueden experimentarse más fácilmente en la conciencia de la naturaleza, lejos del pensamiento estancado del hombre, porque allí­ la vida es simple, siempre continua, sin la existencia de
tiempo y en completa armoní­a consigo misma. Allí­, lejos del juicio del hombre, puedes oí­r el latir de tu propia sabidurí­a interior.
¿De quíé manera eres capaz de tomar el pensamiento del flujo de conciencia?
La porción electromagníética de tu aura atrae el pensamiento hacia ti de acuerdo con tus procesos de pensamiento y tu estado de ser emocional.
Para que el pensamiento te pueda alimentar —para que lo sientas y lo realices dentro de tu ser— primero debe ser reducido hasta una forma de luz. Una vez el pensamiento se encuentra con el espí­ritu de tu ser, la luz que rodea tu cuerpo explota en un estallido de luz. Esto es, el pensamiento se enciende una vez se encuentra con la luz. La luz reduce la sustancia del pensamiento; de esta forma, la luz ha atraí­do hacia sí­ lo que se le asemeja. El pensamiento, que es invisible, se vuelve visible a travíés de una explosión de luz.
El pensamiento en forma de luz, entra en tu cerebro y se transmuta en una propulsión de luz elíéctrica de una determinada frecuencia, de acuerdo con el valor del pensamiento que está siendo recibido.
En el momento en que te vuelves consciente de cualquier cosa, estás recibiendo su pensamiento. Y en el momento en que recibes el pensamiento, el cerebro recibe la luz de ese pensamiento. Hay entidades que ocasionalmente perciben destellos luminosos, normalmente en la periferia de sus ojos.
Lo que ellos perciben, en la mayorí­a de los casos, es cómo su espí­ritu acepta el pensamiento. El momento en el que ven esta brillante manifestación de luz ante ellos, es el instante en que el pensamiento ha penetrado en su campo áurico y se ha expuesto a sí­ mismo dentro del cerebro.
Si cierras los ojos y ves un movimiento de colores o una expansión de diseños, estás percibiendo el aspecto del pensamiento cuando entra en tu cerebro.
Tu cerebro es un gran receptor de frecuencias elíéctricas de pensamiento; sus diferentes partes fueron diseñadas para recibir, almacenar, y amplificar las diferentes frecuencias de pensamiento.
Las distintas secciones tienen diversos potenciales para almacenar y electrificar el pensamiento de acuerdo con la densidad del agua en sus paredes celulares. Algunas secciones tienen la capacidad de albergar y amplificar sólo las frecuencias de pensamiento más altas; otras albergan y amplifican sólo las frecuencias de pensamiento más bajas.
Tu cerebro no crea el pensamiento, contrariamente a la creencia popular.
Simplemente permite que el pensamiento que emana del flujo de conciencia entre en íél. Es un órgano diseñado por los dioses especí­ficamente con el propósito de recibir y almacenar el pensamiento que llega a travíés del espí­ritu de tu ser, transformarlo en corriente elíéctrica, amplificarlo, y enviarlo a travíés del sistema nervioso central a cada parte de tu cuerpo para que pueda manifestarse en forma de entendimiento.
En vuestra tecnologí­a, existe lo que se llama receptores de radio, con dispositivos indicadores que determinan el volumen del sonido y el megahercio o nivel de frecuencia que se recibe. Bueno, el cerebro es tambiíén un receptor con indicadores, y puede recibir una frecuencia dada sólo si la parte de tu cerebro designada para albergar dicha frecuencia ha sido activada.
La capacidad que posee tu cerebro para recibir diferentes frecuencias de pensamiento, está controlada por un poderoso dispositivo llamado la glandula pituitaria, que se aloja entre los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro. La pituitaria, que tambiíén se llama el síéptimo sello, gobierna tu cerebro. Es responsable de activar las distintas partes de tu cerebro para recibir y almacenar las diferentes frecuencias de pensamiento.
Es la puerta que abre tu capacidad para contemplar y razonar con el pensamiento, realizarlo a travíés de tu cuerpo, y manifestarlo como experiencia para un mayor entendimiento.

La pituitaria es una glándula diminuta, pero maravillosa, que muchos llaman  el «tercer ojo»,  aunque nadie tiene un tercer ojo, pues no hay sitio para íél en tu cabeza. La pituitaria ni siquiera parece un ojo; parece más bien una pera con una pequeña boca en su punto más estrecho, en forma similar a un píétalo.
Tu cerebro está gobernado y controlado por las funciones de esta poderosa glándula a travíés de un complejo sistema de flujos hormonales. La pituitaria, que es una glándula endocrina o de secreción interna, segrega una hormona que fluye por el cerebro hasta la boca de la pineal, que es otra glándula endocrina situada cerca de la pituitaria, en la base del cerebelo inferior y encima de la columna vertebral.
La pineal, o sexto sello, es responsable de amplificar las frecuencias de pensamiento para que puedan ser enviadas a travíés de todo el cuerpo.
El flujo de hormonas que va de la pituitaria a la pineal es lo que activa las partes de tu cerebro para recibir y albergar las distintas frecuencias de pensamiento.
Las funciones del cuerpo se mantienen en armoní­a mediante el flujo de hormonas que proviene de las glándulas endocrinas y se introduce en el riego sanguí­neo. La pineal es responsable de mantener esta armoní­a.
Su flujo de hormonas activa todas las demás glándulas para que segreguen sus hormonas en armoní­a unas con otras, y crear así­ lo que se llama el «equilibrio hormonal». El nivel de este equilibrio está determinado por las frecuencias de pensamiento colectivo que recibe el sistema pineal. Cuanto más altas sean las frecuencias de pensamiento, mayor será el flujo de hormonas a travíés del cuerpo. Tambiíén, cuanto más grandes las frecuencias, más activará la pineal a la pituitaria para segregar su flujo de hormonas, lo que activa al cerebro para recibir frecuencias de pensamiento incluso más elevadas.
¿Cómo se cristaliza dentro de tu ser el pensamiento que viene del flujo de conciencia?
Cuando el pensamiento pasa por tu aura, íésta no lo define, o sea, no juzga o altera dicho pensamiento: deja que llegue ilimitado. Cuando los propulsores del pensamiento llegan al cerebro, viajan primero hasta el hemisferio superior izquierdo, donde residen las funciones del intelecto o razonamiento y se expresa el ego alterado.
Ahora, ¿quíé es el ego alterado?
Es el entendimiento obtenido gracias a la experiencia humana que está almacenado en el alma y que se articula a travíés de las secciones encargadas del razonamiento en el cerebro.
Son las actitudes colectivas del Dios-hombre viviendo meramente como una criatura de supervivencia, en la sombra de la conciencia social. Y esa visión colectiva rechazará cualquier frecuencia de pensamiento que no encaje dentro de su seguridad, que no ayude a asegurar la supervivencia de la entidad.
El ego alterado es la negativa a permitir que todos los pensamientos sean recibidos y contemplados para una mayor realización dentro del cuerpo.
Cada frecuencia de pensamiento que el ego alterado permite entrar en el cerebro, se transforma en corriente elíéctrica y se enví­a a aquella porción del cerebro que ha sido activada por la pituitaria para albergar dicha frecuencia. Esta porción del cerebro, entonces, amplifica la corriente y la enví­a al sistema pineal.
El sistema pineal gobierna tu sistema nervioso central. Recoge cada frecuencia de pensamiento que se le ha dado, la amplifica y la impulsa a travíés del sistema nervioso central, el cual recorre la columna vertebral como si fuera una autopista de pensamiento elíéctrico. La corriente elíéctrica que procede del sistema pineal fluye a travíés del lí­quido del sistema nervioso central—que es agua— bajando por la columna, y luego por cada nervio hasta cada una de las cíélulas de tu cuerpo.
Ahora, a travíés del suministro de sangre, cada cíélula se alimenta de un gas derivado de la acción de las enzimas en la ingestión del alimento. Cuando la corriente elíéctrica del pensamiento entra en las estructuras celulares, lo hace como una chispa de luz. La chispa enciende la cíélula, causando que el gas se expanda, lo que permite que la cíélula se duplique a sí­ misma en lo que se llama el proceso de clonación; le permite crear otra cíélula para regenerarse a sí­ misma. De este modo, la totalidad del cuerpo se alimenta mediante ese solo pensamiento. Así­ es como se consolida la vida dentro de las estructuras moleculares del cuerpo, gracias a los efectos de todos los pensamientos que te permites recibir en cada momento de tu existencia.
Como el pensamiento alimenta continuamente a cada cíélula, todo el cuerpo responde a su impulso elíéctrico, la totalidad de tu cuerpo. Es así­ como el efecto del pensamiento, experimentado a travíés de cada cíélula, crea un sentimiento, una sensación, una emoción, o lo que se llama una «sacudí­da» dentro del cuerpo.
Ese sentimiento es entonces enviado a tu alma donde queda grabado
Tu alma es como una magní­fica grabadora, una computadora imparcial que registra, muy cientí­ficamente cada emoción sentida dentro de tu cuerpo. Cuando te sientes emocional, estás sintiendo un pensamiento que ha bombardeado la estructura luminosa de tu ser, ha sido aceptado a travíés de su cerebro, y fue enviado a travíés del sistema nervioso central para producir una sensación en cada cíélula de tu cuerpo. El alma entonces graba esa sensación en forma de emoción para usarla como referencia, lo que se llama memoria.
La memoria no tiene tamaño, es una esencia. No es un recuento visual, es más bien un recuento emocional.
Es la emoción la que crea la imagen visual. El alma no graba figuras o palabras en su memoria; graba las emociones de dichas imágenes y palabras.
El alma toma la emoción creada por el pensamiento que ha sido sentido por todo del cuerpo y busca en sus bancos de memoria una semejanza, algo que las secciones encargadas del razonamiento en el cerebro —lo que llamas intelecto— puedan identificar y así­ seleccionar una palabra con la cual describir este sentimiento.
Todo lo que puedas describir tiene ciertos sentimientos asociados, basados en la experiencia. Sabes que la flores una flor gracias a tu experiencia emocional con ella: has visto, tocado, olido y usado esta estructura que llamas flor.
Por lo tanto, sientes la flor de cierta manera. Conoces la seda como tal porque asocias con ella ciertas sensaciones y experiencias emocionales, y íéstas dan lugar al entendimiento que llamas «seda». El alma ha grabado toda esa información procedente de tus experiencias emocionales. Por lo tanto, cuando se siente el sentimiento que procede del pensamiento, el alma lo graba y busca en sus bancos de memoria sentimientos similares correspondientes a pensamientos experimentados anteriormente. Entonces enví­a esa información de vuelta al cerebro para indicar que el pensamiento se ha cristalizado, entendido en su totalidad a travíés del cuerpo.
El pensamiento no se manifiesta simplemente a travíés del cerebro; se manifiesta en la totalidad de tu cuerpo.
La porción encargada del razonamiento en el cerebro te permite entonces formular una palabra para describir el sentimiento.
¿Cómo se conoce y cristaliza el pensamiento?
Por medio de la emoción. El conocimiento es totalmente un sentimiento. El pensamiento de cualquier cosa no puede conocerse hasta que primero se lo siente; entonces tiene una identidad. Conocer un pensamiento es aceptarlo en tu cerebro y despuíés permitirte sentirlo, experimentarlo a travíés de tu cuerpo.
El conocimiento no es la prueba de ninguna cosa; es la certeza emocional de ella.
Una vez tienes el sentimiento dentro de ti, entonces puedes decir: «Lo síé, lo siento. Lo síé».
Dentro de ti, mi amado maestro, yace, en efecto, la puerta a todo el conocimiento. El fuego que se consume dentro de ti es el mismo fuego que vibra en cada átomo diminuto, en cada estrella gigante, en cada forma celular, en todas las cosas que existen. Es el mismo e idíéntico fuego. Tu unidad con toda la vida se realiza a travíés del principio de la luz. Pues la luz que da críédito a la emoción en tu alma es la misma luz que da vida a las flores, a las estrellas y a todo cuanto existe. Así­ que dentro de ti posees la capacidad de saber todas las cosas. Saber algo no es entenderlo a travíés de la retórica intelectual que está rodeada de palabras sofisticadas que no significan nada. El saber de la flor se alcanza en el ser interior a travíés de los sentimientos. Tú siempre puedes saber lo que algo está pensando por la frecuencia que emite, llamada emoción. Si quieres saber alguna cosa, todo lo que tienes que hacer es sentirla; y siempre estarás absolutamente correcto.
¿Cómo crea el pensamiento las experiencias de tu vida?
La pineal es el sello del conocimiento transformado en manifestación. Cualquier conocimiento que te permitas recibir se convertirá en una realidad, primero en tu cuerpo, pues la pineal es responsable de enviar ese pensamiento en forma de corriente elíéctrica por todo el cuerpo, para que sea registrado como emoción. Cuanto más ilimitado sea el pensamiento, más veloz y mayor será la frecuencia enviada a travíés de tu cuerpo; del mismo modo, mayor será el «subidón»o la «sacudida» experimentada en el cuerpo.
Ese sentimiento quedará entonces grabado y almacenado en tu alma como una frecuencia determinada.
El sentimiento de cada pensamiento, grabado en tu alma, pasa entonces a tu aura como una expectativa; y esa expectativa activa la porción electromagníética de tu campo de luz, para atraer hacia ti —como un imán— lo que se asemeja a cualquiera que sea el conjunto de actitudes de tu forma de pensar. Atraerá hacia ti situaciones, cosas, objetos o entidades que crearán los mismos sentimientos experimentados en tu cuerpo a raí­z de todos tus pensamientos.
¿Por quíé?
Para que puedas experimentar tus pensamientos a travíés de una realidad tridimensional, adquiriendo así­ el premio de la experiencia llamado sabidurí­a.
¿Cómo se manifiestan tus deseos?
Un deseo no es más que el pensamiento de satisfacción percibido a travíés de un objeto, una entidad o un experiencia. (N.T.) En el original en inglíés «high» (elevado),palabra que se usa generalmente para referirse el estado de euforia que se alcanza por efecto de la droga.
Cualquier pensamiento de satisfacción que te permitas sentir abandona tu cuerpo a travíés de tu campo electromagníético, y llega hasta el flujo de conciencia para atraer hacia ti cualquier cosa que produzca el mismo sentimiento a partir del deseo que experimentó tu cuerpo. Mientras más completa e intensamente sientas ese deseo dentro de tu cuerpo, más completa será su satisfacción.
Y cuanto más sepas con absoluta certeza que tu deseo va a ser satisfecho, más rápida será su manifestación; pues el conocimiento absoluto es un pensamiento de alta frecuencia que acrecienta la expectativa enviada a travíés del campo áurico, amplificando así­ tu poder para manifestar tus deseos.
Tú tienes la capacidad de saber todo lo que hay por saber. Tu cerebro se diseñó para eso, para que un dios que habitara un plano fí­sico en un cuerpo fí­sico pudiera experimentar y comprender cualquier dimensión de Dios que deseara a travíés de formas tridimensionales. Cualquier pensamiento que te permitas conocer a travíés de tu maravilloso receptor, se convertirá en una realidad experimentada, primero dentro del cuerpo, y despuíés a travíés de las condiciones de tu vida. Y cualquier cosa que desees, tú tienes la capacidad —a travíés del conocimiento— de manifestarla en tu vida en un abrir y cerrar de ojos. Así­ es como creas el reino de los cielos en la Tierra.
Es una ciencia muy simple. Recuerda: el pensamiento existe; luego se ve la luz, y íésta se reduce a impulsos elíéctricos. Los impulsos elíéctricos son a su vez reducidos y reducidos hasta convertirse en masa y a travíés de la masa se reducen para representar el ideal del pensamiento. La misma verdad opera en el cuerpo. Es pensamiento, luz, unidad receptora. A partir de la unidad receptora, toma el electrum y lo transmite a la masa para que íésta pueda comprenderlo a travíés del sentimiento. Para manifestar tus deseos, todo lo que tienes que hacer es sentir cualquier cosa que desees, y el sentimiento regresa al Padre para satisfacer tus deseos. Eso es todo. ¿Demasiado simple? ¿Lo quieres más complicado?
Aunque tu cerebro fue diseñado para recibir cada frecuencia de pensamiento de la mente de Dios, de la totalidad del conocimiento, se activará para recibir sólo aquellas frecuencias que tú le permitas recibir. Y de todos los pensamientos maravillosos que bombardean al Dios que te mantiene unido, el único conocimiento que la mayorí­a permite recibir son los pensamientos de baja frecuencia de la conciencia social, los cuales son muy  limitados y enclaustrados, como tú has podido experimentar bien. Y cuando vives de acuerdo con la conciencia social, y razonas sólo con las frecuencias que dominan en su pensamiento limitado, las únicas partes de tu cerebro que se activan son los niveles superiores izquierdo y derecho del cerebro, y algunas porciones del cerebelo inferior, que está situado sobre la columna vertebral.
La mayor parte de tu cerebro permanece dormida;  no hace nada. Esto es debido a que rehusas admitir cualquier pensamiento que no concuerde con el pensamiento limitado de tu familia, tus amigos, la sociedad o el dogma. No lo dejas entrar. O sea: sólo te permites contemplar y razonar aquellos pensamientos que serán aceptados por los demás.
Vosotros teníéis un tíérmino llamado «mente cerrada».
Bueno, esa es la descripción exacta. Cuando rehusas aventurarte en pensamientos que sobrepasen las fronteras de la conciencia social, hay porciones de tu cerebro que quedan literalmente cerradas a las frecuencias de pensamiento más altas. Esto se debe a que tu glándula pituitaria ha sido activada para abrir su boca sólo un poquito, y por lo tanto, ha puesto en uso sólo aquellas partes de tu cerebro que reciben las frecuencias bajas de la conciencia social.
La única razón por la que alguien es un genio y sabe cosas que tú no sabes, es porque íél ha abierto su mente para contemplar las posibilidades, los pensamientos extraordinarios y brillantes que van más allá del pensamiento limitado del hombre. í‰l se ha permitido considerar y razonar estos pensamientos mientras que tú los has rechazado.
Tú eres incapaz de recibirlos porque aún tienes que activar aquellas secciones de tu cerebro que te capacitan para razonarlos. Entonces, ¿quíé ocurre con los maravillosos pensamientos de entendimiento ilimitado que continuamente bombardean tu estructura luminosa? Rebotan en tu unidad receptora y son enviados a travíés del espí­ritu de tu ser de vuelta al rí­o de pensamiento.
Tener la mente cerrada es estar cerrado a la posibilidad de cualquier cosa que exista fuera de los valores que pueden ser experimentados por los sentidos de tu cuerpo. Sin embargo, en el reino llamado Dios, nada es imposible. Si algo se puede concebir o reflexionar, existe; pues cualquier cosa soñada o imaginada ya es parte del reino de la existencia. Así­ es como la totalidad de la creación llegó a existir. Cada vez que le digas a alguien «es sólo tu imaginación», lo estás programando para la estupidez y la creatividad limitada. Y eso es, de hecho, lo que les ocurre a los niños de este plano.
A todos vosotros.
Yo te digo: cualquier cosa a la cual se le permita ser pensada, existe, y todo aquello que te permitas pensar lo experimentarás, ya que tu campo electromagníético lo atraerá hasta ti.
¿Sabes?
La atrocidad de poseer una mente cerrada es que ello te impide conocer la alegrí­a. Te mantiene esclavizado a las ilusiones del hombre. Te impide conocer tu gloria y la de Dios. Mientras tengas una mente enclaustrada, y vivas y pienses de acuerdo con la conciencia social, nunca te aventurarás hacia lo desconocido, ni contemplarás la posibilidad de realidades más grandiosas por miedo a que ellas signifiquen cambio. Y ciertamente lo hacen, porque habrá mucho más que ver, que entender y de lo cual formar parte que lo que habí­a anteriormente en un mundo ordenado, que vive y muere. Mientras aceptes sólo los pensamientos limitados que se te han inculcado, nunca activarás mayores porciones de tu cerebro para recibir y experimentar otros pensamientos distintos de aquellos con los que te encuentras cara a cara cada dí­a de tu existencia.
Cada vez que aceptas un pensamiento superior a los que has aceptado como patrón, ese pensamiento activa otra parte más de tu cerebro para darle un uso significativo. Cada vez que hagas esto, el pensamiento superior se ofrecerá como «portador» para extender tu razonamiento a partir de este punto. Esto activará otras porciones de tu cerebro para más pensamiento, más recibimiento y más conocimiento. Cuando deseas experimentar la superconciencia, el pensamiento ilimitado, tu pituitaria empieza a abrirse y florece como una magní­fica flor. Cuanto más se abre, mayor es el flujo de hormonas, y más se activan las partes latentes de tu cerebro para recibir las frecuencias más altas de pensamiento.
¿Sabes?
Ser un genio es muy simple. Todo lo que tienes que hacer es pensar por ti mismo.
El cerebro ha sido un gran misterio que ha dejado perplejos a muchos. Algunos lo extraen para mirarlo y no pueden encontrar nada en íél excepto sus fluidos, que son agua. El agua es conductora de la corriente elíéctrica
Cuanto más densa es el agua, mayor es la amplificación de la corriente elíéctrica que pasa a travíés de ella. En las porciones latentes de tu cerebro, el fluido es más denso para poder amplificar las frecuencias de pensamiento más altas hasta convertirlas en corrientes elíéctricas más potentes y enviarlas a travíés del cuerpo a mayor velocidad.
Así­, cuando permites que más de tus pensamientos se alojen en las partes latentes del cerebro, tu cuerpo se activa para volverse más rápido y profundo en sus respuestas. Una vez que la totalidad de tu cerebro está en uso, puedes hacer cualquier cosa con tu cuerpo. A travíés de tu alma
—que está grabando y manteniendo constantemente la emoción de cada pensamiento que recibes—
tu cerebro, con sus impulsos hacia tu cuerpo, puede transformar tu cuerpo de cualquier manera que tus pensamientos determinen que sea.
¿Sabes que si tu cerebro se usara al máximo de su capacidad, podrí­as transformar tu cuerpo en una chispa de luz en sólo un momento, y tu cuerpo vivirí­a para siempre? ¿Sabes que tu cerebro tiene la capacidad de hacer que un miembro crezca de nuevo si lo has perdido?
En un estado de total funcionamiento, tu cerebro tiene la  capacidad de curar completamente tu cuerpo en un esplíéndido momento, o cambiarlo fí­sicamente a cualquier ideal que le des.
La totalidad de tu capacidad cerebral es inmensa; sin embargo tú, debido a tu pensamiento limitado, sólo has sido capaz de usar un tercio de ella.
¿Para quíé crees que es el resto? ¿Para llenar un hueco?
Tu cuerpo se mantiene de acuerdo con tu cerebro y tu pensamiento colectivo, pues cada pensamiento que permites que entre en tu cerebro electrifica y alimenta cada cíélula de tu cuerpo. Sin embargo, desde que eras un niño y podí­as razonar en la conciencia social, aceptaste la programación de que debí­as crecer, hacerte viejo, y luego morir.
Fue así­, al aceptar ese pensamiento, como empezaste a degradar la fuerza vital dentro de tu cuerpo, porque el pensamiento de envejecimiento enví­a una chispa elíéctrica de frecuencia baja o lenta a cada estructura celular. Cuanto menor sea la velocidad, mayor será la píérdida de agilidad dentro del cuerpo, pues disminuirá la capacidad del cuerpo de rejuvenecer y restaurarse a sí­ mismo. De esta manera, se da lugar al envejecimiento, y en última instancia, a la muerte del cuerpo. Sin embargo, si te permitieras recibir continuamente frecuencias de pensamiento más altas, enviarí­as corrientes elíéctricas más rápidas y más poderosas por todo tu cuerpo, y íéste permanecerí­a para siempre en el momento, y de este modo, nunca avanzarí­a su edad ni morirí­a.
Pero todos aquí­ saben que van a envejecer y morir, así­ que, lentamente, la corriente disminuye más y más.
Aquellas partes de tu cerebro que aún no han sido activadas, tienen la capacidad, con sólo saberlo, de reconstruir cualquier parte dañada de tu cuerpo, sea lo que sea. En el momento en el que sabes que tu cuerpo puede curarse a sí­ mismo, ese pensamiento enví­a una chispa mayor, a travíés del sistema nervioso central, hacia la parte dañada, lo que causará que el factor de ADN dentro de cada cíélula se duplique y reconstruya la cíélula perfectamente. ¡Perfectamente!
¿Crees que esto es milagroso?
Así­ deberí­a ser, y así­ es.
Tú crees que la única manera de curar tu cuerpo es por medio de doctores y medicinas. Y todo esto funciona porque tú crees que funciona. Tambiíén se te ha dicho —y lo crees— que no podrí­as hacerlo por ti mismo, y por eso no puedes, porque este saber interior está presente. Sin embargo, hay entidades que han ido en busca de curanderos sabiendo que lo que iban a oí­r serí­a una verdad absoluta; y al saberlo, se convirtió en verdad absoluta dentro de su cuerpo; y así­, se curaron en un momento. Eso es lo que hace el saber interior, y puede cambiar tu cuerpo de la manera que tú quieras.
Tú tienes la capacidad de ser ilimitado, incluso en el movimiento de tu cuerpo,
porque fue diseñado para que así­ fuera.
Cada momento de tu existencia, estíés dormido o despierto, consciente o inconsciente, estás continuamente recibiendo pensamiento de la mente de Dios.
textos extraí­dos de
EL LIBRO BLANCO ( RAMTHA )