Goldman Sachs cree que las operaciones impulsarán las bolsas europeas, pero los analistas se desmarcan del idílico panoramaque dibuja el banco.
Si las compañías compran, ¿por quíé no van a hacerlo los inversores?â€, se pregunta Goldman Sachs, que ve en los movimientos corporativos de las últimas semanas una oportunidad de oro para las bolsas europeas. Sus analistas se amparan en los precios históricamente bajos, la fortaleza de los balances y la necesidad de consolidación para aventurar una nueva oleada de fusiones y adquisiciones —en agosto se han anunciado 33 acuerdos en Europa—. Y los parquíés, que interpretarán la mayor disposición de los bancos a prestar como una vuelta de la confianza, aprovecharán para tomar impulso, a falta de catalizadores macroeconómicos y empresariales.
Así, la relación entre los precios y los beneficios es la más baja en 23 años: de ahí la confianza en un desatasco corporativo que supondrá “un punto de inflexión†y “proporcionará apoyo y potencial alcista durante los próximos 12 meses.
A tiro de opa
Y es que para Goldman, casi un centenar de compañías europeas son vulnerables a alguna operación. Las quinielas apuestan por la concentración de elíéctricas, telecos, bancos, metalúrgicas o compañías de distribución. Entre las firmas con mayores probabilidades, Goldman señala a Repsol, a un paso de sus mínimos anuales tras la caída del 17% en 2008, si bien Alicia Jimíénez, de SelfTrade, cree difícil una operación por su importancia estratíégica. Eso sí, su tamaño sería apto, pues la capitalización de la petrolera está cerca de 24.800 millones de euros.
Las dudas cobran fuerza
Pero los analistas se desmarcan del panorama idílico que dibuja el banco. En primer lugar, porque las compras se fraguan cuando las condiciones financieras lo permiten, y ahora no ocurre, según Nicolás López, de M&G, ante la falta de liquidez. Algo que confirma el limitado tamaño de las operaciones: la mayor de los últimos días es de 2.000 millones de dólares (1.300 millones de euros). En la misma línea, SelfTrade matiza que muchas se producen mediante intercambio de acciones y que aún perviven los miedos sobre los riesgos que comporta la compra de compañías con opacos balances e inciertos resultados, según Citi, lo que pone en evidencia el atractivo de las valoraciones.