De vender activos inmobiliarios por separado, a la compañía entera. El interíés de los inversores extranjeros por comprar ladrillo en España ha llevado a FCC y a Bankia a poner a la venta la totalidad del capital de Realia, operación para la que han contratado a Goldman Sachs. La transacción choca con la puesta en el mercado de un paquete de deuda de la compañía por parte de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb).
Fuentes financieras han confirmado la elección de Goldman Sachs, que se ha impuesto en un concurso por el que habían pujado la gran mayoría de los bancos de inversión internacionales, como Morgan Stanley, Citi, JP Morgan, Lazard, Rotschild o Sociíétíé Gíéníérale. La elección de la entidad dirigida en España por Olaf Díaz-Pintado no es baladí, ya que fue la que seleccionó a mediados de mayo de 2012 el Ministerio de Economía para ejecutar la nacionalización de Bankia.
Desde aquella operación, para la que Goldman Sachs trabajó a coste cero codo con codo con Josíé Ignacio Goirigolzarri, el banco estadounidense ha sido elegido como asesor para las principales desinversiones de Bankia. La más importante fue la venta del City National Bank of Florida, ejecutada por el equipo de Nueva York del principal banco de inversión de Wall Street. El grupo financiero controlado por el Estado, que ingresó 683 millones el pasado mes de mayo por esa transacción en el exterior, tambiíén confió a Goldman Sachs la transmisión del 51% de Habitat, su inmobiliaria, adquirida por Cerberus en septiembre.
La puesta a la venta de Realia responde a la obligación de Bankia de cumplir con las exigencias de la Comisión Europea de reducir su actividad a la puramente bancaria y a la necesidad de FCC de desprenderse de todos los activos posibles para hacer frente a su abultada deuda. El banco público tiene un 27,65% del capital de la inmobiliaria, mientras que la constructora participada por Eshter Koplowitz es dueña del 30%.
Pero el papel de Goldman Sachs no será fácil porque, al mismo tiempo, la Sareb ha sacado al mercado una cartera de príéstamos de Realia por un valor nominal de 550 millones de euros. El banco malo heredó aproximadamente la mitad de una deuda de la promotora de unos 850 millones de euros procedente de Bankia. La operación del traspaso del pasivo de la inmobiliaria, conocida como operación Elora, está formada por un príéstamo sindicado por valor de 440 millones y por un críédito participativo de 114.
Si la Sareb consigue vender este paquete de deuda a algunos de los fondos oportunistas que se han interesado, daría entrada en el capital de Realia a los que indirectamente serían los dueños. Porque, según indican fuentes financieras, el valor real de la inmobiliaria es el importe de los príéstamos que adeuda. Aunque la compañía capitaliza 277 millones de euros, distintos inversores sostienen que el grupo debe de tasarse por los 947 millones que tiene como pasivo.
Limpia de polvo y paja
Realia firmó en septiembre la refinanciación de su deuda, acordada el pasado 26 de julio. La compañía pactó la extensión del pago de sus vencimientos de los príéstamos vinculados a su negocio residencial. La nueva fecha de pago es junio de 2016 y el tipo de interíés es de 200 puntos básicos, de los cuales 150 se capitalizan como deuda.
En ese acuerdo, Realia se compromete a negociar con terceros la obtención de fondos suficientes para acometer el pago en metálico de la deuda, en un porcentaje significativo, estando previsto que las entidades bancarias que pertenecen al sindicato puedan llegar a aceptar activos inmobiliarios en pago del resto, hasta amortizar la totalidad de los príéstamos.
La Sareb ya conseguido colocar activos entre inversores extranjeros en otras ocasiones. De hecho, de culminar se trataría de la tercera venta de estas características. En julio adjudicó a la firma Burlington Loan Management Limited un paquete de príéstamos sindicados de Colonial con un valor nominal total de 245 millones y se desprendió de la cartera inmobiliaria Bull por otros 100 millones de euros. En mayo, formalizó la venta de su participación en un príéstamo sindicado de Metrovacesa.