Telefónica y Jazztel están negociando un acuerdo para aumentar la extensión de sus despliegues conjuntos de redes de fibra óptica hasta el hogar (Fiber to the home o FTTH). En octubre de 2012, ambos pactaron compartir los tendidos verticales de tres millones de hogares hasta el primer trimestre de 2015, de los que cada operador desplegaría 1,5 millones para cederlos a su rival. Cuello de botella Los despliegues verticales son el cuello de botella de la fibra óptica, por su coste, la dificultad para lograr permisos de las comunidades de vecinos y la escasez de espacio libre en los conductos interiores del edificio. El pacto que se negocia ahora supone ampliar el alcance del acuerdo en un 50%, de forma que del objetivo inicial de tres millones de hogares se pase a otro de 4,5 millones. El reparto se mantendría a partes iguales, de forma que si antes cada operador se comprometía a construir 1,5 millones de accesos, ahora esta cifra se elevaría en 750.000 hogares para cada uno, llegando a 2,25 millones. La reciente ambición de Telefónica no es ajena a este cambio. En septiembre de 2012, Luis Miguel Gilpíérez, presidente de Telefónica España, anunció que la operadora llegaría al 50% de los hogares españoles con tendidos de fibra óptica en 2015. Ese objetivo suponía alrededor de ocho millones de domicilios, de los aproximadamente diecisíéis millones que existen en España. Como Telefónica había anunciado que acabaría 2013 con tres millones de hogares con fibra disponible (hogares pasados), la apuesta de Telefónica significaba que en los años 2014 y 2015 debía llevar la fibra a otros cinco millones de domicilios, una media anual de 2,5 millones de hogares. Sin embargo, el pasado 19 de diciembre, Gilpíérez subió la apuesta. El grupo español no se va a conformar con llegar a tres millones de hogares en el pasado ejercicio, sino que pretende alcanzar los 3,5 millones. Además, ahora, el nuevo objetivo es que en 2014 se va a duplicar esta cifra para acabar este año con siete millones de domicilios pasados por fibra óptica. Eso significa que el ritmo de despliegue de Telefónica en 2014 va crecer mucho, de los 2,5 millones de hogares previstos a 3,5 millones, un cuarenta por ciento más. Y para afrontar ese crecimiento la operadora española busca ahora una fórmula para reducir los costes, por lo que mira a su rival y socio Jazztel. Al mismo tiempo, la dinámica de los acontecimientos está metiendo más presión a sus rivales. Orange y Vodafone pactaron en marzo de 2013 un despliegue conjunto para llegar a 0,8 millones de hogares en marzo de 2014, a tres millones de domicilios en 2016 y a seis millones en 2017. Sin embargo, tras el nuevo anuncio de Telefónica, este proyecto puede quedarse corto. Los clientes de fibra óptica son muy fieles, y su índice de bajas es más reducido. Por eso es importante llegar antes, puesto que el operador que llega primero a una zona puede quedarse con lo mejor del mercado. Y si Telefónica llega a siete millones de hogares a finales de 2014, la cifra de Orange-Vodafone para esa misma fecha, y que podría alcanzar unos dos millones de hogares, parece demasiado reducida
