WASHINGTON.- "Dirija su propio banco de inversión, una entidad con 158 años de Historia, en pleno centro de Manhattan (...). El comprador deberá asumir todos los pasivos del banco y de sus subsidiarias (...). Todas las propuestas serán consideradas con independencia de la fuente de financiación, la nacionalidad o la defensa de la competencia".
El anterior texto apareció el jueves en la red social craiglist.org, el sitio web favorito de los estadounidenses para vender todo tipo de trastos viejos que ya no sirven para nada. Duró poco tiempo. A primera hora de la tarde, había sido borrado por los administradores del sitio web. Acaso porque, en el fondo, era una broma de mal gusto. O acaso porque el Tesoro y la Reserva Federal no querían que alguien pensara que aquello iba en serio.
Claro que, en realidad, eso es lo que el Gobierno estadounidense estaba haciendo el jueves: buscar un comprador para un banco de inversión que se colapsaba. No era, además, un banco normal. Era Lehman Brothers, la cuarta mayor entidad de Wall Street. Y el decano de la banca de inversión de EEUU.
El jueves por la noche, Lehman estaba buscando un comprador. Y el Tesoro y la Reserva Federal le estaban ayudando. No era una tarea fácil, sin embargo, y el mercado proveía que aún pasen algunos días antes de que la crisis se solucione. Sin embargo, el diario 'The New York Times' en su edición de Internet señala al británico Barclays y al Banco de Amíérica entre los posibles compradores de la entidad.
Gran desgaste político
Despuíés del tremendo desgaste político de las garantías públicas de 19.000 millones de dólares para que JP Morgan comprara otro gigante destruido por la explosión de la burbuja inmobiliaria, Bearn Stearns, y de la nacionalización de las agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, cuyo monto total podría ascender a varios cientos de miles de millones de dólares, el Gobierno estadounidense no se puede permitir otra operación de salvamento con dinero público.
Así que el jueves todo apuntaba a que Washington buscará un 'pool' de bancos que asuma los costes de sanear Bear Stearns. No será fácil. El banco valía 2.000 millones de euros, despuíés de que su cotización haya caído un 95% desde que estalló la crisis de las hipotecas-basura, hace 13 meses.
Por poner un ejemplo, sólo las necesidades de capital de Lehman para llevar a cabo la reconversión que había anunciado el miíércoles, mientras sus títulos se despeñaban, costaría 7.000 millones de euros. Con semejantes cifras, acaso el Tesoro debería considerar un anuncio en craigslist.org, a ver si aparece algún comprador.
Fuente:elmundo.es