Portugal despedirá a la troika el 17 de mayo sin la ayuda de un “rescate tutelado†y regresará por sus propios medios a los mercados, como lo hizo Irlanda. Tambiíén España salió sin ayuda del rescate bancario. Durante los últimos meses se han sucedido los rumores y las teorías variadas sobre si el país podría (o le convendría) volver a depender por entero de sí mismo. El mismo presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, se había mostrado partidario de algún tipo de red financiera europea. Pero el primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, disipó ayer las dudas en una alocución televisada: “Portugal saldrá sin ningún tipo de rescate tutelado. Es la mejor opción a esta altura y en estas circunstanciasâ€.
Passos Coelho enfatizó que el próximo 17 “será un día de homenaje a todos los portugueses, más allá de los partidos, porque los portugueses son los que han conseguido estoâ€. “Esto†es, entre otras cosas, recuperar “a autonomía perdidaâ€. El primer ministro añadió que Portugal dispone de financiación asegurada durante un año, lo que sirve de colchón económico frente a las adversidades y recordó que los intereses del bono portuguíés se encuentran en mínimos históricos, lo que garantiza un regreso tranquilo a los mercados.
Hoy, el bono luso a 10 años tiene un interíés de un 3,6%, casi el mismo que Irlanda cuando despidió a la troika en diciembre y mucho menor que el imposible 10,6% que alcanzaba cuando Portugal pidió el rescate en abril de 2011. Passos Coelho recordó ese día: “El país estaba al borde de la bancarrota, sin financiamiento posible y a un paso de salir del euroâ€.
Han pasado casi tres años. Durante este tiempo se han llevado a cabo las inspecciones periódicas de la troika y las sucesivas y crecientes medidas de ajuste y de austeridad exigidas como contrapartida a los 78.000 millones de euros que el BCE, el FMI y el BCE prestaron al país. La oposición ha acusado a Passos Coelho de ir más allá de las exigencias de la troika y este siempre se ha defendido asegurando que tenía las manos atadas. Sea como fuere, los impuestos han subido brutalmente, las pagas extras de funcionarios y pensionistas se han volatilizado, el IVA ha escalado hasta más allá del 23% (la última subida se ha producido la semana pasada) y los servicios públicos se han resentido. Los expertos vaticinan que la salida de la troika no significa el fin de la austeridad, pero que constituye el primer paso.
La forma de despedir a la troika es la más arriesgada. El semanario Expresso, en su edición del sábado hacía público extractos de un documento elaborado para consumo interno del Gobierno en el que se apuntaban las razones que abalaban la decisión. Entre ellas hay una clara: “Existe un factor incierto en este tipo de rescates blandos. No hay precedentes. Nadie sabe quíé condicionalidad está asociadaâ€. En otras palabras: no se sabe quíé otras medidas de ajuste o de recortes iban a pedir Europa y el FMI a Portugal. Y añadía: "Si una línea de rescate blando funciona en el fondo como una red que se considera que no se va a tener que utilizar, ¿Para quíé concretizar ya sus condiciones?".
Pero si es cierto que los intereses del bono portuguíés son bajos tambiíén lo es que cualquier vaivíén financiero repercutirá en Portugal: “A la mínima señal de inestabilidad en Europa, corremos el riesgo de que los mercados se ceben con las víctimas de costumbreâ€, aseguraba el sábado un ministro a Expresso.
El FMI, por medio de un comunicado, se felicitó de la decisión de Portugal y aseguró que el país se encuentra ahora en “una posición fuerte para ir más allá en las reformas estructuralesâ€. Pero quiso cubrirse las espaldas y añadió: “Aunque aún hay riesgos y desafíosâ€. Tambiíén la Unión Europea, por medio de un comunicado del vicepresidente de la Comisión Europea Siim Kallas, quiso hacerse eco de la elección del Gobierno portuguíés: “La Unión Europea toma nota y apoyará a las autoridades y al pueblo portuguíés en esta soberana decisiónâ€. Despuíés recalcó algunos de los logros de la economía portuguesa: “En los últimos tres años, el díéficit ha sido conseguido y el acceso a los mercados se ha conseguido remarcablementeâ€.
El pasado viernes, la troika dio el visto bueno a la duodíécima y última inspección de las cuentas y las previsiones portuguesas y giró la última entrega del príéstamo de 78.000 millones. A cambio le exigió una última subida de impuestos y la citada subida del IVA. Con todo, el viceprimer ministro portuguíés, Paulo Portas, resumió la situación con una frase: “Misión cumplidaâ€.